♜ XIV ♜

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"El sueño podría haber sido más que un sueño. Era como si una puerta en la pared de la realidad se hubiera entreabierto... y ahora todo tipo de cosas no deseadas volaban a través de ella."

—Stephen King

Se quedó lo que resto de la noche y parte de la mañana en su habitación. La confesión que hizo a Jennie fue por más innecesaria pero resulto siendo un desahogo en su máximo esplendor. No quería levantarse de su cama, ni siquiera para ir a desayunar, tenía deberes y en realidad...no quería saber nada de ellos.

Como el deber de devolver algo que no era suyo y si de Cedric Lalisa.

Sentía fluir el miedo a través de sus manos como una corriente eléctrica y se dijo a si misma que debía tener mucho cuidado y estar alerta siempre. El hecho de que la especialista no la buscara y ni siquiera intentara dar con su paradero en estos días era más que preocupante.

Su silencio era encorozó.

No podía negar que le temía a sobre manera, pero eso no era un impedimento para enfrentársele y más ahora teniendo a Jennie de su lado, por el momento. O eso creía.

Tras no encontrar consuelo en su lecho, Scarlett se dirigió al restaurante. Hubo una época en la que habría ido a la carrera y ansiosa por ver a aquel ser que hacía temblar todas sus extremidades, pero aquellos días pertenecían ya al pasado. Ahora iba caminando lento, respirando larga y pausadamente para apaciguar su corazón.

Llego hasta las cazuelas de frutas, arroz y sándwiches que había para el desayuno. Al fondo a la izquierda podía visualizar a Sophia balanceándose en su silla, comiendo probablemente gummy bears. Se acercó hacia su mejor amiga azotando la bandeja sobre la mesa para asustarla, Sophia la miro con cólera ante el atrevimiento de espantarla.

— ¿Acaso quieres un ojo morado desde temprano? Idiota. —Sacudió su bolsa de gummy bears en la mano extendiéndole algunos cuantos.

—No te cansas de comer esta porquería llena de azúcar ¿Cierto? —La ojiazul se los echo a la boca masticándolos con asco. —Agh, están más asquerosos que los anteriores.

—Estos los estoy guardando desde hace un mes y sin embargo tú me lo recibiste.—Sonrió con sorna victoriosa.

Scarlett volvió su cara hacia su bandeja de comida llevándose varios trozos de fruta a la boca para quitar el azucarado sabor de los ositos caducados. El día se veía bonito a través de las ventanas del restaurante. Su mente divago en los recuerdos de ella y sus padres en Houston; recuerdos mucho más coloridos de la relación parental definitivamente muerta que tenía ahora.

—Tenemos que escapar Scarlett. —Sophia miro directamente a una ojiazul absorta en sus pensamientos. —Escapar, antes de que Cedric Lalisa vuelva y nos entierre vivas por no devolverle sus pastillas.

Scarlett terminaba de a poco su bandeja. Tranquila levanto sus manos y las llevo directo a su mejilla remojando sus labios para después morderlos delicadamente gesticulando unas palabras que, tal vez para sus principios odiaría escucharlas salir de su garganta

—La esperaremos.

 —¿Tienes un plan? —Sophia abrió sus ojos.

No obstante, pensaba miles de cosas que podían ocurrirles si tal entrega no llegaba a las manos de la doctora. Pero no importaba, ya tenía casi en sus manos al ser por el cual Cedric Lalisa estaría dispuesta a olvidarlo todo. Miro de reojo como las pacientes en el comedor se habían ido y las pocas que quedaban eran de la zona, a muchas de las cuales Scarlett conocía por el nombre.

Quería imaginar que el mayor objetivo de Cedric Lalisa era acabar con su vida, Sacarla de su camino. Un pensamiento completamente descabellado e racionable cruzo por su mente en aquel momento en donde su boca saboreaba el último pedazo de fruta que le quedaba. Deseaba con una fuerza desconocida que la despedazara y la volviera ceniza para por fin demostrarle lo mal que la había dejado.

Oscura Devoción [Jenlisa G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora