Una vuelta mas

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Tire la carta y retrocedí tropezando y cayendo al suelo de golpe
-Esto no es verdad, tiene que ser una jodida broma- exclamé asustado y con las manos temblorosas tomé mi celular y llame al hospital donde lamentable o afortunadamente confirmaron lo que la carta mencionaba

-Muchas gracias- Di un suspiro tratando de tranquilizarme.
Me levante del suelo, y me recargue sobre la pared tratando de asimilar la información que acababa de recibir.

Al relajarme un poco, me bañe, me cambie de ropa con lo primero que pudiese encontrar; una playera negra, un pantalón de mezclilla y una chamarra azul oscuro.
Tomé mi cartera, las llaves de mi casa y una cajetilla de cigarros para el camino
Salí de mi casa y caminé unos cuantos metros hasta encontrar un taxi que pudiese llevarme hasta mi destino.
Mientras recorría el largo camino mi mente comenzó a divagar como todas las noches y en ocasiones hasta por las tardes
-¿Porque?- esa pregunta se repetía una y otra vez por mi mente. ¿Fue mi culpa?, ¿porque lo hice?, ¿porque no lo hice?
Mi mente no dejaba de atormentarme con ello al punto en que se me hizo un nudo en la garganta pero aguante las ganas de soltarme a llorar

-Ya estamos aquí- La voz del chofer me saco de mi transe de golpe
-Claro, aquí tiene-Procedí a pagarle y bajar del taxi. Ya estaba frente al hospital pero no podía o no quería entrar es como si algo me dijera No entres
Me arme de valor y me acerque a la recepción
-Buenas tardes, ¿podría darme informes de Rebecca Martínez Arzola?- Pregunté algo nervioso y dudoso a lo cual la recepcionista respondió dándome la noticia que me hizo sentir que el corazón me lo aplastaban
Soporte el dolor en mi pecho, di las gracias y salí del hospital.

A lo lejos con el viento soplando suavemente veía como la velaban, y al final como bajaban el ataúd listo para enterrarlo.
Los llantos desgarradores por su partida, la música que sonaba dándole el último adiós de este mundo y yo sin haberle podido dárselo. Viviré con esto hasta que la vea en el otro lado si es que existe

-¿Que mierda haces aquí?- Una voz femenina, qué agresivamente me hablaba me saco de mis pensamientos
-¿Disculpa?- La mire arqueando una ceja

-Tu tuviste algo que ver con su muerte- Me señalaba alzando la voz que claramente se le quebraba a causa del coraje y la situación -Si tan solo la hubieses ayudado con lo que estaba pasando ella seguiría viva, pero no, solo la usaste, la embarazaste y desapareciste-

-¿Perdón?, ¿como que embarazada?. Ella jamás me dijo que estaba embarazada de mi así que no puedes culparme de ello- Me cruce de brazos y con el ceño fruncido mostraba lo ofendido que me sentía por lo que había dicho

-Hijo de perra, te escribía casi siempre y jamás respondías, ni llamadas, ni sus cartas donde te mencionaba todo esto y su problema, ¡PERO JAMÁS TE DIGNASTE A RESPONDER BASTARDO!- Trato de golpearme directo en la cara por lo cual reaccioné rápido y retrocedí

-Bien, cumplí con venir a darle el último adiós así que me voy, gracias por los insultos tan bonitos que me dijiste- Hice una pequeña reverencia y con una sonrisa cínica
Di media vuelta y camine, tratando de salir de ahí antes de que me dijera más, pero parecía que no se cansaba aún

-Hay algo más, tú hija se va contigo, eres su padre y ella quiere conocerte- Exclamo un poco más calmada pero aún se sentía la agresividad en sus palabras

-Por supuesto que no, ella es problema de ustedes, no estoy como para cuidar de niños pequeños, gracias por la oferta pero la respuesta es no, ademas, ni siquiera sé si es mi hija o no- La mire indignado y con una ligera sonrisa

-Bueno, díselo al juez- me entregó una carta y dio media vuelta marchándose
Mire la carta y solo a mi mente vinieron malos recuerdos de mi familia

-¿Porque mierda tengo que quedarme yo con el maldito niño?, también es ¡TU! Hijo así que se va contigo- La vos de una fémina retumbaba por toda la casa por la madrugada, con claro desagrado y furia en sus palabras
-Entonces, ¿Porque tengo yo que cuidarlo solo?, es responsabilidad de ambos así que tú también cuidarás de él- Una voz masculina respondía la agresión verbal con un tono más fuerte

-¡YA DEJEN DE PELEAR!- Sus rostros son borrosos aún en mi recuerdo, pero las siluetas aún se conservan de la misma manera, siento las lagrimas recorrer mis mejillas hasta caer al suelo en un abrir y cerrar de ojos vuelvo en mi y me limpio mis lagrimas, guarde el sobre que había recibido de aquella mujer y me dispuse a regresar a mi casa a recoger todo el desastre que había provocado
Miraba la carta de reojo y con clara preocupación

Termine de limpiar me senté en el sofá a meditar un poco
Ese flashback de niño venía a mi mente una y otra vez atormentando mi paz

-No estoy listo para esto y jamás lo estaré- Miraba el techo, mientras fumaba un cigarrillo y las lágrimas comenzaban a brotar recorriendo mis mejillas como cuando niño

Llegó el día, fui a recoger a mi hija a una casa pequeña, humilde y de bajos recursos esperé afuera en mi auto a que llegara
A la distancia vi tres lobas, una de edad avanzada con su típico mandil de cocina y huaraches con los pelos blancos como la nieve
Una loba de edad más joven con unos jeans rotos de mezclilla y una playera roja algo larga y descuidada que cargaba una pequeña loba de aproximadamente tres años

-Bien, entréguenme a mi bebé y me iré-Le extendí los brazos a la bebe para recibirla a lo cual la loba mayor soltó una ligera carcajada seguida de una seriedad en su mirada

La loba joven bajó a la pequeña y se comenzó a despedir de la misma al igual que de la abuela, yo solo miraba sorprendido y subí al auto sin despedirme de ellos
La loba subió al auto y no la mire en un largo trayecto del viaje hasta que ella soltó una pregunta

-¿Acaso no vas a saludarme o preguntar mi nombre?- sentía su seriedad en sus palabras y un poco quebradas
-Bue...-
-Mi nombre es Rosemary, Rose para abreviar, tengo diecisiete años, mi color favorito es el azul porque es como el cielo- Me interrumpió con más alegría en sus palabra.
Wow, ¿diecisiete años? Olvide lo rápido qué pasa el tiempo

-Wow más despacio niña, pondremos reglas desde un principio, nada de pintar paredes ni vandalizar cosas, obtendrás tu propia comida con tus méritos y trabajo nada de tocar mis cosas sin autorización-

-No tengo doce años como para hacer tales cosas, soy mayor y soy más responsable por si no lo has notado aún, como dije tengo diecisiete años- La dulzura de su voz volvió a apagarse de golpe
Esto será más difícil de lo que creí...

Al llegar a casa ella bajo del coche y corrió a la puerta de entrada. Al entrar ella corrió de inmediato al sofá comenzó a husmear todo como si de una bebe se tratase

-Wow tu casa es increíble papá- Eso, esa palabra llego a mi como un golpe en mi corazón

-Llámame señor- Exclame serio aparentando frialdad
-Pero, eres mi pap...-
-Silencio, aún no sé si soy tu papá o no así que llámame señor, ¿quedó claro?- La mire fijamente a unos cuantos centímetros de distancia

-Entiendo señor- Bajo la mirada y solo se sentó en una silla giratoria que tenía en la sala frente a un computador

-Dormirás en la sala, espero que no tengas problema con eso, te daré una cobija y puedes usar un cojín como almohada, si tienes hambre hay algo de carne en la nevera ¡NO TOQUES NADA MÁS! la carne es para ti y lo demás lo conseguirás trabajando ¿okey?-

-¿Como que en el sofá?, déjame una cama o algo, tu casa es bastante grande para una cama más y además no puedo comer solo carne necesito más y ni siquiera puedo conseguir un trabajo por qué aún no cumplo la mayoría de edad- Respondió con agresividad frunciendo el ceño y mostrando sus colmillos

-Esas son las reglas y más vales que las aceptes- fu media vuelta y me encerré en mi habitación solo para mirarme al espejo y ver mi padre en el reflejo
Di un brinco hacia atrás haciéndome caer al suelo

-Mierda...-

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⏰ Last updated: Nov 15, 2022 ⏰

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