02 - Algo que termino con un buen final

905 107 13
                                    


Había oído ese nombre antes, Lu alguna que otra vez me lo ha nombrado, pero apenas había escuchado lo que me decía de él; era alguien muy conocido, eso era obvio. Bueno, al menos ya sabía su nombre. – ¿Qué quieres? – pregunté.

–Solo verte, que hablemos un rato a solas. Tenerte un rato para mí –dijo. Su respuesta me pareció muy rara, lo cual me hizo mirarlo desconfiado. – Te he conocido hace tiempo, te he admirado desde la distancia. No me notaste, pero he ido varias veces a tu local, solo que nunca hemos hablado. Hasta hace unos días nunca había podido hablar contigo, me pareces el hombre más hermoso que he visto.

Eso me hizo sonrojar un poco.

– ¿Hiciste todo esto para que eso? –pregunté un poco tímido. Repentinamente sus palabras me hicieron sentir un cosquilleo en mi bajo vientre. –Pudiste simplemente ir a mi local y hablarme, no tenías que hacer todo esto.

–Lo sé, pero no es lo mismo. Allí no abríamos podido estar solos como yo quería, no hubieras venido si te invitaba –dijo. –He hablado con conocidos, puse mucho de mi esfuerzo para que te enviaran una invitación pero no me importa, lo vales.

Se acerco a mí, quedando a escasos centímetros de mi cuerpo. No retrocedí, pero me mantuve alerta por las dudas. –Desde hace tiempo que quiero acercarme, tenerte así de cerca y todo para mí –dijo. –Sentía celos incluso de quienes venían a pedirte una orden. Solo me controle por ti, por ver tu sonrisa, tu hermosa sonrisa. Me traes loco.

Tartamudee en voz baja. – Wang Y-Yibo... –logre decir, antes de sentir un cosquilleo en los labios. Sus dedos acariciaron mis labios, luego su mano termino en mi nuca empujando mi boca a la suya.

Nuestros labios apenas se rosaron, en besos suaves.

Tiro de la tela que sostenía mi mascara, quitándomela para tirarla al suelo y volver a besarme, con más intensidad esta vez. No sabía dónde poner mis manos, o si alejarlo e irme; Yibo tomo mis manos y las dejo detrás de su cabeza. Mis dedos se enredaron en sus cabellos, atrayéndolo más hacia mí.

Comenzaba a sentir calor.

—Siempre he deseado... – dijo contra mis labios y comenzó a acariciar la tela de mi camisa, a la altura de mi pecho. Se alejo apenas de mi rostro, mirando hacia mi pecho; empezó a jugar con los botones. A continuación subió su mano acariciando mi cuello hasta llegar a mis labios, con su dedo pulgar empezó a rozar mi labio inferior— tu suave piel...

Podía sentir el calor subiendo por mi cuerpo y el que emanaba del suyo. Abrí ligeramente mi boca para que él pudiera jugar con mis labios. Esbozó una sonrisa sensual, tomó mi rostro por las mejillas, a continuación acercó su rostro al mío dejando milímetros de espacio.

Sentí su cálido aliento.

Su penetrante mirada llena de deseo estaba clavada en la mía; de pronto, pasó el brazo que tenía libre por mi cintura a modo de aprisionarme. Enseguida nuestros labios se unieron en un apasionado y violento beso. – Quiero devorarte, conejito –dijo contra mis labios. – ¿Quieres ser devorado por mi?

Interrumpí el beso y con la mirada lo dije todo.

En sus penetrantes ojos podía percibirlo, podía ver en ellos una oscura tormenta cargada de deseos, y yo lo quería, quería ser absorbido por esa oscuridad, quería ser poseído por él, quería ser dominado por él.

Él esbozó una sonrisa de satisfacción cargada de lujuria, acarició mi rostro y seguidamente me volteó con ímpetu quedando yo de espaldas, posteriormente pasó sus manos por mis hombros hasta llegar a mi pecho y de fuerte tirón me abrió toda mi camisa, con suerte había elegido la que tenia botones a presión, dejando mi torso desnudo.

𝙴𝚕 𝚕𝚎ó𝚗 𝚢 𝚜𝚞  𝚙𝚛𝚎𝚜𝚊 - [Yizhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora