Mentira ||C.V&TÚ||TERMINADA

Capítulo 20. No tienes que huir

—¿Y entonces? ¿Qué sugieres que haga? ¿Qué llegue con Christopher ahora para decirle que ahora sí quiero ser su esposa? —Pregunté con ironía, Vicky asintió sin problema

—Si, apuesto lo que fuera que Christopher moriría por qué le dijeras eso —Responde Vicky mientras la mira a los ojos, _______ solo deja salir un suspiro cansado —Es hora de pagarle a Ezra con su misma moneda, ahora se tú quien inicie una nueva vida, ahora debes ser tú la que no tenga tiempo para él... Christopher estaría más que feliz de que dejaras quererte —Comentó mientras tomaba la copa vacía de mis manos y la colocaba sobre la mesa de centro para servir más vino

—¿Y si no funciona?... ¿Y si a él no le importa? —Pregunté con cierto temor

—Date la oportunidad, de una u otra forma terminas ganando, Christopher no te hara arrepentirte de eso —Añadió Vicky

Por más que sonaba tentador, era algo que debía pensar un poco más.
No es fácil tomar una decisión así, simplemente cambiar todo lo que tengo con Christopher a una relación de verdad

Ni siquiera estoy completamente segura de que sea buena idea, pero tal vez Vicky tiene razón... Debería intentarlo.

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—¿Cuál le gusta más? ¿El rojo ladrillo o este hermoso color perla? —Pregunta una de las vendedoras mientras me enseña el par de bolsos de lujo, yo solo observó ambos con curiosidad mientras trato de elegir lo mejor

¿Cuál le gustará más a mi madre?

—Creo que me llevaré el color perla, va más adecuado a mi madre —Respondí con una sonrisa, la vendedora sonrió ampliamente mientras me entregaba el bolso para revisarlo —¿Y podrias enseñarme los zapatos que tienes por allá en mi talla? —Comenté y la vendedora asintió, ella sabía perfecto de que número calzaba, está era mi tienda favorita.

Mientras esperaba a la vendedora, comencé a buscar en mi bolso un labial para retocarme, fue entonces que noté una pequeña discusión afuera de la tienda
Antony, uno de los hombres que Christopher había puesto a mi cuidado hace tan solo un par de días por seguridad, parecía discutir con otro tipo afuera, al cual pude identificar fácilmente, era Marcus, el jefe de seguridad y gran amigo de Ezra

¿Él estará por aquí?

No, no por favor

Me pongo de pie y me acerco un poco a la entrada, tratando que no me alcancen a ver, en efecto, podía ver a 3 hombres aparte de Marcus tratando de entrar a la tienda, pero Antony puso resistencia.
Hace una semana, Christopher me había comentado de que habían tratado de emboscarlo en la carretera, me dijo que no quería que yo anduviera sola y desprotegida, por eso hizo que Antony y Joshua me cuidarán, acompañándome a cualquier lado... Ahora me preguntó si fue por eso o por Ezra... Aunque bueno, si supiera lo que Ezra, creo que me habría matado

—Aquí estan lo zapatos, señora Tavelman —Comenta la vendedora, yo asentí sin quitar la mirada de la entrara, viendo como forcejean aquellos hombres

—Esta bien, empacalos, me los llevo ahora... Por favor, date mucha prisa —Comenté mientras me daba la media vuelta, la mujer se dirigió a empacar las cosas —¿Sabes qué? Quisiera que me los enviaran a casa, debo irme ya, por favor, solo cobralo de la tarjeta de crédito —Dije buscando en mi bolso mi chequera para pagar, ella comenzó a hacer el proceso de cobro, mientras yo miraba constantemente hacia atrás, esperando que ellos no entrarán a la tienda y me vieran, si no, aquí habría problemas. Cuando termina de facturar, al instante pregunto —Oye ¿Tienes puerta trasera? Necesito salir de aquí ya —Comenté con nerviosismo, la chica asintió mientras comenzaba guiarme hacia la salida

En cuanto salí de la tienda, corrí con apuro hacia mi camioneta para irme a casa, crucé el estacionamiento con el miedo de encontrarme a uno de los hombres del equipo de Ezra, lo que menos me esperé fue contarme al mismo Ezra en el estacionamiento, afuera de mi camioneta, solo con dos hombres cuidandolo

—Carajo —Susurré con frustración, él no tardó más de dos segundos en identificarme

—No tienes que huir de mi, amor —Dijo, yo solo negué mientras me daba la media vuelta y comenzaba a caminar con apuro hacia otra parte

No tenía el valor de enfrentarlo, no podía simplemente

Cuando comencé a escuchar pasos tras de mi, entre de vuelta a la plaza comercial, debía salir por otro lado, buscar un taxi e irme a casa rápido.

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Camino con nerviosismo hacia la biblioteca, las manos me tiemblan un poco de solo pensar en hablar con Christopher

¡Vamos! ¡No hay que ser cobarde en este momento!

Cuando estoy a solo unos pasos de llegar a las puertas de la biblioteca, siento como una mano me dijera el brazo

—Lo siento señora, Christopher está algo ocupado en este momento, no creo que pueda recibirla —Me incida Zabdiel, la mano derecha de mi esposo, fruncí el ceño mientras me soltaba del agarre

—¿Qué es tan importante que no puede verme?...