15 - ¿Que quieres con ella?

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Nora.

Una semana antes.

Él hombre con anteojos, de traje oscuro y corbata azul marino se encuentra de pie terminando de explicar sobre el nuevo proyecto de la corporación M&H. Inc. Es el único diferente en la sala. Sus rasgos asiáticos se conocen desde lejos.

—De esa forma la venta de los productos será más eficaz. Mejor que de costumbre diría yo —explica Kim, quien de pie desde su lugar nos mira con atención.

Hay varios sentados en la larga mesa de vidrio, en dónde reposan las carpetas y las botellas de agua. Nada más que escuchando en silencio lo que está explicando Kim.

—La verdad me parece bien —refiere Travis a mi lado, quien observa a Kim —. Creo que es uno de los mejores proyectos que has traído desde Corea —anuncia tranquilamente.

—Digo lo mismo —me acomodo sobre la sillas cruzando mis piernas y dejo caer las palmas de mis manos sobre las carpetas en donde está plasmado el proyecto con lujos y detalles  —. Te felicito —hago una afirmación con la cabeza y le regalo una sonrisa.

—Gracias, señorita Nora —murmura Kim.

Está vez miro a Travis quien con mucha concentración pasa cada hoja de la carpeta que hay frente a él.

—Usted tiene la última palabra, señor Masson —espeto mirando a Travis.

Travis después de unos segundos cierra la carpeta y eleva su mirada hasta Kim, para después elevarse de su asiento mientras acomoda el chaleco de su traje negro con elegancia.

—Luz verde, Kim —refiere mirándolo y agarrando la carpeta —. Tu proyecto será totalmente bienvenido a nuestra empresa.

Kim, quien casi saltaba en una pata asintió rápidamente, para después pegar las palmas de sus manos y hacer una reverencia.

—Gracias, gracias —vuelve acomodar su postura y deja caer con suavidad su mano sobre su pecho —. Será un gusto trabajar con M&H. Inc.

Travis hizo una afirmación.

—Para nuestra empresa también es un completo plaser, señor Kim —masculla Travis.

—Entonces...—digo mirando a las demás personas en la larga mesa llena de lápices y carpetas con la misma información —, hay que festejar por este gran proyecto que será un exitazo —refiero con una sonrisa.

Las demás personas se levantaron de sus puestos y comenzaron a aplaudir.

Kim de inmediato se acerca hasta Travis y extiende su mano hasta él pelinegro.

—Un placer, señor Travis.

Travis también estrecha su mano.

—Bienvenido, Kim —dice él.

—Señora, Nora. Un gusto conocerle. —esta vez con una sonrisa simpática estira su mano hasta mi lugar.

Sonrío mirándolo a sus ojos cafés.

—Para mi también —refiero estrechando su mano.

—Bueno, entonces nos vemos esta noche para la celebración —espeta Kim, quien con su sonrisa diminuta, eleva su mano para acomodar sus anteojos.

Después de conversar un rato más Travis y yo decidimos volver a la oficina. Allí estaba Alison la secretaria y Preston la encargada de M&H. Inc. Quién salió antes que nosotros dos de la sala de conferencia.

Al acercarnos al escritorio vemos a Preston de espaldas luciendo su lindo vestido ejecutivo color negro ceñido, que hace ver bien su figura curvilínea y sus botines altos de cuero color negros.  Se puede ver su cabello pelirrojo recogido con una coleta alta.

—Todo salió muy bien —refiere ella quien al sentir nuestra presencia de inmediato se gira y nos observa con sus grandes ojos verdes.

—¿Soy el único que piensa que esos asiáticos tienen buenas ideas? —dice Travis, quien de inmediato se acerca al escritorio y toma asiento en el cómodo sillón.

Me detengo al lado de Preston y está de inmediato se da la vuelta para mirar a Travis mientras sostiene unas carpetas.

—Por algo los esclavizan con las clases ¿No? —digo tomando asiento sobre una de las sillas del escritorio, y de ese mismo modo acomodo mi cabello rubio a un lado que se encuentra extendido.

—Alison. Ve por tres Cappuccinos, por favor —le pide Preston quien toma asiento en la silla a mi lado.

La rubia de ojos cafés y su típico uniforme de falda negra tipo lápiz, una camisa blanca mangas largas con un chaleco también del mismo color de la falda. Asiente y después se comienza alejar de nosotros para salir de la oficina.

—¿Dónde será la cena de esta noche? —inquiere Preston cruzando miradas con Travis y conmigo.

—En uno de los restaurantes de Travis —aviso mirando mi teléfono.

—Norita, hablando de mi restaurant —escucho que dice Travis tranquilamente.

¿Y ahora con que me saldrá? Cada vez que me dice Norita es por algunos de sus planes sucios. Es que lo conozco más que el mismo. Bueno, nos conocemos desde la secundaria. Eso explica lo apegado que somos y lo que hemos hecho y levantado juntos. He incluso compartir nuestros más oscuros secretos.

Despego la mirada de mi teléfono y la elevo hasta sus ojos azules.

—¿Qué? —pregunto y sólo miro como saca su teléfono de su bolsillo y comienza a buscar algo.

Travis deja de mirar su teléfono y después me lo entrega. De inmediato lo agarro para ver la foto de una de las chicas del club o mejor dicho una de las mejores.

De inmediato lo miro con seriedad.

—¿Qué quieres con Barbra, Travis? —inquiero y enarco una ceja con una expresión seria.

—De hecho quiero algo contigo. Hace poco me enteré. Es mi empleada también.

Le entrego su teléfono.

—Si quieres salir con ella no es… —me detengo —. ¿La viste en el club? —pregunto.

Me recuesto del respaldo de mi asiento y lo observo mientras me cruzo de brazos.

Travis asiente.

—Ya que es tu empleada en el club obviamente necesito tú aprobación —refiere lentamente.

—Veamos —digo observándolo.

—Quiero que sea mi bailarina exclusiva. Sólo bailará para mí. Es que debo arreglar un problema con un dinero que me debe y… encontré la forma en el cual me pagará —explica.

Preston suelta una risa.

—Oh… seamos claros, Travis. No es por el dinero —sonríe jocosa.

Travis mira a Preston.

—Exacto, es porque me gusta su forma de bailar. Es una muchacha muy talentosa.

Sonrío con sarcasmo —Hay que buena persona eres, Travis. Quieres explotar sus talentos.

—Yo, por supuesto —espeta con voz inocente —. Puede que la lleve a la cama, digo a la fama —corrige.

—No seas idiota, que sé lo que quieres. O lo que maquina esa perversa cabeza, amigo mío.

—Nora, por favor —refiere mirando a otro lado —. Barbra sólo va a pagar es todo.

—Quieres que después baile sobre tu verga Travis. Eso es todo y lo que realmente quieres con la chica —musito mirándolo con los ojos entrecerrados.

—¿Entonces? Ya el contrato está listo. Sólo debes firmar y tendré a Barbra para mí.

—Travis… —de inmediato me interrumpe.

—Ya hable con ella y accedió. Ahora falta que tú des la aprobación —espeta mirándome.

—Travis tienes a cinco putas de la Mansión a tu disposición. ¿Acaso ellas no saben bailar? No seas tan ambicioso a las mujeres, joder —cuestiono.

—Como Barbra, no. Dios mío, esa mujer mueve las caderas como diosa.

Lo miro por unos segundos.

—Y si no fuera por el dinero que te debe ¿La buscarías?

Travis mirándome deja relucir una sonrisa maliciosa.

—Si. De igual manera la escogería a ella.

—Cuando el señor Masson pone el ojo sobre  una mujer, no lo quita hasta que la tiene —dice Preston con tranquilidad, quien mira su teléfono.

Si. Yo soy más reservada por esa parte. Pero Travis es tan mujeriego y adorador a las mujeres. Son su perdición y adicción.

Pero su empeño en Barbra Evans. Sé que no es sólo por el baile. Algo más quiere con ella. Si tiene a sus ladys que son única y exclusivamente para él, ningún otro hombre de la Mansión las puede tocar, solo él. Tiene mujeres para pasar el rato. Para que buscar a otra. Bueno, debo destacar que Barbra no está mal. Lo entiendo. ¿O quiere que sea una de ellas? No sé. Pero algo está procesando esa mente turbia de Travis.

—Esta bien. Daré él permiso para que pague esa deuda —hago comillas con mis dedos —. Hablaré con Katy.

Travis me regala una sonrisa victoriosa.

—Sabia que ibas acceder, Norita.

—Sabes muy bien como hacemos este tipo de cosas, Travis —lo miro con seriedad.

—Ya, cariño —dice Preston a mi lado —. Relájate, que tú también estabas en esa —recuerda.

La miro a sus ojos verdes y no agrego nada. Para después mirar a Travis con atención.

—Sabes que deseo. Travis.

Travis quien nos mira a las dos habla.

—¿Qué? —pestañea.

—Que ojala conozcas a un ser igual que tú,  versión mujer. Para que te acomodes, hombre.

Travis sólo suelta una risa ronca baja llena de diversión.

—La esperaré con ansias. Pero mientras voy a disfrutar con las que pueda —asegura —. Además todo con ella será bajo perfil. No habrá nada personal del cual debamos hablar. Eso estará prohibido entre nosotros —informa.

Si también estoy consiente de que él a tratado de mantener todo en equilibrio. La verdad era que quien iba dañar todo era yo. Pero gracias a él. No sucedió nada.

En público somos tan diferente a como lo somos en privado. Eso es lo que nos ha mantenido y ayudado a lograr el imperio que ahora los dos tenemos.


A Oscuras  [01]✔️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora