El Rey Zorro

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El cuento de Devilish Fox - capítulo 9

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Cuando el sol se puso detrás del horizonte, cinco figuras voladoras abandonaron Konoha. Pasaron completamente desapercibidos, volando cerca del nivel de las nubes. Desde el suelo, uno podría confundirlos con algunas aves.

Akamaru ladró alegremente mientras hacía una doble voltereta. Junto a él, Kiba trató de imitarlo pero fracasó miserablemente. En cambio, terminó girando como un sacacorchos hasta que estuvo volando sobre su espalda. Naruto se rió de sus payasadas.

"Deberíamos concentrarnos". Temari regañó al trío. "Esta misión podría decidir la guerra incluso antes de que comenzara".

"Vamos. Estaremos bien. Esos bastardos tuvieron suerte en el onsen, pero ahora sabemos qué esperar".

"Ano... Todavía deberíamos estar en guardia". Hinata se unió. "Quién sabe lo que el enemigo podría enviar".

"Vamos. Ni siquiera saben dónde estamos. Además, no hay forma de que hayan preparado nada si lo supieran. Acabamos de dejar el pueblo".

Naruto voló hacia el frente. "Tienen razón, ¿sabes? Tenemos que concentrarnos aquí. Muévete rápido, llega al destino y estaremos libres en casa".

"Bien..." se quejó Kiba, pero él y Akamaru detuvieron sus payasadas.

La mayor parte de la noche fue sorprendentemente pacífica. El grupo no vio fuerzas enemigas ni bandidos. Aunque tuvieron cuidado de evitar volar sobre senderos populares, tal vez no fue realmente tan extraño.

El sol estaba saliendo cuando llegaron al área general de su destino. La ubicación estaba en la frontera de Nami no Kuni y Kaze no Kuni. Cuando el grupo aterrizó para descansar sus alas y descansar, Kiba olió algo.

"Chicos... creo que tenemos que movernos".

"¿Qué es?" Temari ladró. Sostenía su ración a medio abrir en la mano mientras miraba a su alrededor.

"Huelo... no estoy seguro de qué es, pero es una especie de cadáver".

"¿Qué quieres decir?" Naruto convocó a un clon y comenzó a recolectar energía de la naturaleza, por si acaso.

"Es... ¡Lo sé! ¿Recuerdas ese viaje al museo en la academia? Había un tipo realmente delgado en la pantalla".

"¿Te refieres a una momia?" Hinata suministró.

"Sí. Tenía un olor similar. Como un cadáver que no se pudrió".

"Sea lo que sea, no es bueno". Temari sacó su abanico. "¿Qué tan lejos?"

"Sobre... ¡Cuidado!"

Una ola de calor barrió el campo, convirtiendo instantáneamente todo en cáscaras marchitas. Plantas, animales... todo estaba muerto.

En lo alto del aire, Naruto y su equipo se deslizaron sobre las alas del diablo. Los instintos puros y la advertencia de Kiba fueron todo lo que los separó de sufrir el mismo destino que todos en el claro. Akamaru gruñó hacia donde venía la ola.

Cuatro figuras caminaron desde el bosque. Primero fue una mujer. Llevaba Suna Hitai-ate en la frente. Su cabello era verde, pero tenía dos flequillos naranjas enmarcando su rostro. Su estómago estaba envuelto con vendajes que sujetaban su vestido negro.