𝙏𝙝𝙚 𝙇𝙞𝙗𝙧𝙖𝙧𝙮 [Kaisoo]

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Las cosas se habían puesto un poco tensas entre KyungSoo y JongIn, y en esta ocasión, JongIn realmente no tenía la culpa.

A pesar de no ser el causante del daño, se sentía con la responsabilidad de pedirle disculpas, solo que no sabía cómo hacerlo, se sentía un tanto nervioso al respecto.

Mordió la goma de su lápiz mientras observaba hacia la puerta cada cierto tiempo, ya era segundo día en el que KyungSoo no se aparecía por la biblioteca, tampoco respondía sus mensajes, ya solo tenía como última opción ir directamente a su casa para hablar con él y aclarar todos los malos entendidos.

El día pasó con total calma, JongIn se decidió por preguntarle a Taemin sobre la dirección de KyungSoo, la cual, le proporcionó sin mucho problema, y solo esperaba que KyungSoo al menos lo escuchara y así poder llevar de nuevo su rutina en la que se veían a diario en la biblioteca, pasando un buen momento sin necesidad de hablar, simplemente disfrutando de su compañía.

—¿Crees que Kyungsoo si quiera recibirme cuando vaya a su casa?—preguntó por tercera vez, nervioso. Nunca había hecho algo como eso, pero no quería solo dejarlo así, el desastre de sus amigos debía de solucionarlo.

Taemin rodó los ojos y asintió, terminando de ordenar las últimas mesas.

—A menos que te encuentres con Minho y no te deje entrar—comentó.

—No digas eso, lo que menos quiero es tener que discutir con él—bufó, dejándose caer sobre su silla, tapando su rostro con su antebrazo con cansancio.

—Para tu buena suerte, Minho viene en camino, saldré con él, así que tienes pase libre a la casa de los Do.

JongIn apartó su brazo y sonrió, sintiéndose esperanzado. Terminó de arreglar su escritorio y cuando todo se encontraba en orden, la campana de entrada sonó.

—Vámonos, Tae—dijo Minho al entrar, ignorando completamente a JongIn, quien de seguro, lo miraba con disgusto.

—¿No puedes esperar afuera? Acabamos de hacer limpieza y- —se detuvo, dándose cuenta de que detrás de Minho, KyungSoo se encontraba en total silencio, viendo directamente hacia sus pies—KyungSoo...—hizo amago de acercarse, pero Minho le dio una dura mirada, causando que se detuviera de golpe.

—No viene aquí a verte, solo vinimos por Taemin—explicó el más alto, viéndolo con molestia.

—Sabes, KyungSoo también puede hablar, no es necesario que me digas a qué viene o a qué no—estrechó los ojos, viéndolo con un evidente ceño fruncido.

—Sólo vámonos—dijo al fin en voz baja el castaño, jalando con incomodidad la camisa de su mejor amigo.

Había estado evitando a JongIn, algunas inseguridades en cuanto a él mismo aparecieron y ahora sólo podía sentir vergüenza. Los amigos de JongIn tal vez tenían un poco de razón, y ahora no sabía cómo olvidarlo o pasarlo por alto; todavía le gustaba mucho el pelirrojo, solo que ahora no sabía cómo debía acercarse sin parecer un tonto.

—Nos vemos mañana—Taemin se despidió un poco incómodo de JongIn agitando su mano, yendo hacia la puerta con Minho a su lado y KyungSoo tras ellos.

—Soo... Deja de ignorarme—volvió a hablar Minho, su voz escuchándose cada vez más apagada, importándole poco que Minho y Taemin tuvieran que escucharlo de esa forma—Mis amigos se fueron, no volverán a molestarte, lo prometo.

—E-Está bien—asintió sin apartar la mirada—No hiciste nada malo.

—Entonces hablemos, vamos por algo de comer, lo que tú quieras, yo invito—sonrió débilmente.

Minho suspiró sonoramente y negó con la cabeza, conociendo a su mejor amigo, aceptaría.

—Yo no... No sé, es que-

—Soo, deja a este idiota ¿está bien? Si no quieres ir con él, solo dile que no y ya, de todas formas íbamos a ir a la feria, te prometí un algodón de azúcar.

—¡Deja de meterte!—JongIn exclamó, desesperado por tener que lidiar con Minho, ¿quién se creía de todas formas?—Necesito hablar con él y ese no es tu problema.

—Dejemos que hablen, es cosa de ellos, no tuya—Taemin le susurró, tomando su mano para empezar a caminar, pero Minho se soltó.

—¿No es mi problema?—rio con sarcasmo—KyungSoo nunca se había sentido tan mal por alguien, así que felicidades, eres el primero.

—Minho... —Kyungsoo trató de intervenir, solo quería irse y disfrutar con sus amigos, no necesitaba más problemas.

—Tú y tus odiosos amigos arruinaron algo que él trató de mantener por mucho tiempo a pesar de las cosas que tiene que escuchar de los demás, ¿no crees que hicieron suficiente? KyungSoo no necesita a un chico como tú.

—¿Cómo yo? ¿Exactamente cómo es eso?

—Idiotas, del tipo de superficiales que solo buscan dañar a los demás sin importar qué con tal de tener algo de qué reírse.

JongIn ardía en furia, no estaba pensando con claridad, solo quería responder a todo con lo que estaba siendo atacado, llevándolo a decir una muy pésima respuesta de la que se arrepintió demasiado rápido.

—Así cómo tú que solo sales con Taemin porque fue una apuesta con tus amigos, ¿a eso te refieres con lo de tener algo de qué reírse? Eres el menos indicado, Minho.

KyungSoo miró con expresión confundida a su mejor amigo, ¿de qué estaba hablando? Minho nunca sería capaz de eso, lo conocía muy bien.

Taemin no podía creer que realmente se lo dijera frente a otras personas, ¿cómo se le pudo salir algo así?

—Tú... Tú solo cállate, Kin.

Minho vio a Taemin quien se mantuvo mirando hacia el suelo, trató de formular una excusa que sonara creíble, pero nada salía, sumergiéndose en un abrumador silencio que estaba empezando a sofocarlos a todos con el montón de dudas al respecto.

—Perdón... Solo lo dije y... Y no lo pensé—JongIn se disculpó de inmediato, más no obtuvo una buena respuesta de nadie.

Taemin sólo negó con la cabeza, viéndolo, y salió rápidamente de la biblioteca sin decir nada.

—¿Es eso cierto, Min?—KyungSoo le preguntó, preocupado y con un leve dolor en el pecho, su mejor amigo no podía ser así—¿De verdad hiciste algo como eso? ¿A Taemin?

—Soo... Te veo en casa, ¿está bien? Hablaremos luego de esto—fue lo único que dijo antes de salir tras el pelirosa con desesperación.

JongIn sabía que lo había arruinado en grande, porque si antes no habían motivos para ser odiado, ahora sí que los habían. Taemin estaría muy enojado, Minho de por sí ya lo odiaba y Kyungsoo... Bueno, Kyungsoo parecía demasiado triste, y eso era mucho peor.

—¿Por qué dijiste eso?

—Se me salió, yo solo-

—¿Entonces si es cierto?

El pelirrojo despeinó su cabello con frustración, temeroso bajo la decepcionada mirada del menor.

—Taemin ya lo sabía... No tuve que decirlo yo, lo sé.

KyungSoo asintió lentamente, tan decepcionado de su mejor amigo, no quería creer que realmente tuviera ese tipo de intentiones con alguien como Taemin.

Sin decir nada más, se dio la vuelta, todavía muy confundido con toda la situación. No tenía ganas de hablar con JongIn, ni con Minho, ni con nadie; solo deseaba quedarse encerrado en su habitación hasta que toda esa tristeza se desvaneciera por completo.

Sabía que no debía salir de casa.

JongIn sintió una opresión en el pecho al verlo irse en ese estado, incapaz de seguirlo, y ahora, más decidido que nunca, encontraría la manera de recuperar la sonrisa de Kyungsoo, y de disculparse con Taemin.