𝙏𝙝𝙚 𝙇𝙞𝙗𝙧𝙖𝙧𝙮 [Kaisoo]

Extra

KyungSoo resopló irritado al notar que su maleta no cerraba, puso la rodilla sobre la parte de arriba para hacer presión y así poder cerrarla, pero seguía siendo imposible, nada parecía funcionar.

—Ya te dije, saca las cosas que no vas a necesitar—Minho rodó los ojos, viéndolo desde la cama.

—Todo es sumamente importante, no puedo sacar nada—frunció el ceño, forzando el cierre de la maleta que apenas se movía.

—No necesitas llevarte esos peluches, Soo, sácalos.

KyungSoo hizo un puchero, negándose a abandonarlos en su habitación.

—Si es necesario—se cruzó de brazos_No puedo dormir sin ellos, lo sabes.

—¿JongIn deja que duermas con peluches cuando estás con él?

—Obvio.

Minho suspiró mientras negaba con la cabeza, se bajó de la cama y puso ambas manos sobre la maleta, presionando con fuerza.

—¡Hazlo, ciérrala!

KyungSoo se apresuró a buscar el cierre y con todo su esfuerzo, logró cerrarla por fin. Sonrió satisfecho, y aunque la maleta parecía que explotaría en cualquier momento, al menos ya estaba cerrada.

—¡Gracias MinMin!—le sonrió ampliamente.

Minho solo asintió con una corta sonrisa, pensando en que al final, su mejor amigo tendría que abrir de nuevo esa maleta en algún momento y volvería a frustrarse por cerrarla.

Bueno, será problema de JongIn.

JongIn subió la maleta de KyungSoo al baúl del auto de su madre y luego ambos se subieron en los asientos traseros. Jisung se encontraba demasiado emocionado, nunca había ido a la ciudad, y según había escuchado, era maravillosa, ruidosa e iluminada.

Los Do dejaron que KyungSoo se fuera con los Kim luego de que insistió mucho en ello. No estuvieron muy de acuerdo con dejarlo ir a un lugar desconocido, pero la señora Kim  les prometió que regresarían a salvo y que estaría pendiente de KyungSoo, y tras hablarlo entre adultos, por fin accedieron. Y a pesar de que solo estaría en la ciudad por tres días, Kyungsoo no cabía de la emoción.

Durante el viaje, todos se mantuvieron hablando y riendo, en especial KyungSoo que no dejaba de admirar cada cosa que veía tan pronto salieron del pueblo. Una hora y media más tarde, algunos edificios empezaron a verse en el camino, cosa que mantuvo a Jisung pegado a la ventana.

—¡Ese edificio es demasiado alto!—siguió viendo hacia arriba, sorprendido.

—Es un edificio de departamentos, es de los más altos de la ciudad—explicó cortamente JongIn, sonriendo enternecido.