El libro de las perversiones

La sirenita, una historia erótica

El príncipe Eric miraba hacia el cielo, un cielo despejado, muy adecuado para navegar, pero todo cambio a las pocas horas cuando el cielo se oscureció, el viento soplaba fuerte, los rayos se asomaron en el cielo que ya no estaba despejado, el príncipe es sorprendido por un gran estruendo que lo hace caer al piso del barco que navegaba con sus hombres, su cuerpo salió rodando por el piso para golpearse con el propio barco, los gritos desesperados de la tripulación no se hicieron esperar, el barco se incendiaba y las olas eran cada vez más fuertes, se siente un fuerte golpe en toda la nave, los marineros gritan al ver que el barco ha chocado con una gran roca, sin darse cuenta toda la tripulación cae al mar para luchar con las fuertes olas, el príncipe Eric se aferra a un gran tabla de madera, las olas son fuertes pero resiste fuertemente, pero se agota, sus manos ya no pueden sostenerse, él quiere vivir pero su cuerpo está muy agotado, sin darse cuenta se deja caer al mar que se lo traga rápidamente, está muy cansado, prácticamente no tiene fuerzas para aguantar la respiración, antes de perder el conocimiento siente como una mano toma su cuerpo, esa mano lo lleva a la superficie, logra ver una cabellera pelirroja, la mira a sus ojos, de un azul parecido al mar,  él esta asustado pero la escucha cantar, es un canto dulce, melodioso, que calma su miedo a morir, su cuerpo se relaja y cierra los ojos, ella lo guía hasta una isla desierta que no se encuentra en ningún mapa, lo deposita en la arena para ayudarlo a expulsar el agua que había tragado, el príncipe queda inconsciente pero está fuera de peligro.

Esa mano le pertenece a la princesa Ariel, una de las 7 hijas del rey Tritón, una sirena que habita en ese mar tan extenso, ella observa sus facciones de forma curiosa, es la primera vez que mira a un humano tan cerca, toca su cara de forma curiosa, su piel es suave, mira sus labios, un sentimiento nuevo se despierta en ella, no puede dejar de mirar a ese hombre, su camisa está abierta,  ella toca su pecho, está firme, un repentino deseo de no alejarse de ese hombre la atrapa, pero ella debe regresar al mar, su condición de sirena no le permite estar mucho tiempo fuera de ese mar que es su vida, decide volver a las profundas aguas pero una parte de ella lucha por quedarse al lado de ese humano que la ha fascinado tanto, se sumerge y sigue su camino hasta encontrase con el cangrejo Sebastián, quien la mira preocupado después de lo que ella le conto.

—Ariel debes comprender que ustedes son de mundos diferentes, él es un humano, tú eres una sirena.

—Compréndeme Sebastián, ese humano me ha impresionado, quiero volver con él a esa isla, quiero formar parte de su mundo, pero no me puede ver como soy, deseo ser una humana como él.

—Ese deseo tuyo no es posible, olvida esa idea y sigue tu vida.

Ariel se retiró de la presencia de Sebastián impotente al no poder cumplir su deseo, ambos no se dieron cuenta que eran observados por unas anguilas que pertenecían a la bruja del mar, llamada Úrsula, quien, al enterarse del deseo de Ariel, decide crear un plan para cumplir un objetivo que siempre ha anhelado, creara una pócima para volver a la princesa humana, ella sabe bien que ella es la preferida del rey tritón, si logra hacer que desaparezca el rey se pondrá muy triste y le será fácil arrebatarle el reino marino, Úrsula envía a dos anguilas, Flotsam y Jetsam, quienes le informan a Ariel de una bruja del mar capaz de hacer cualquier sueño realidad, hasta convertir a una sirena en humana, Ariel sin pensarlo visita a Úrsula en sus dominios.

—¿Qué trae a la hija del rey tritón a mis dominios? ¿En qué puedo ayudarte princesa? —le pregunto Úrsula.

—He escuchado que puedes convertir a una sirena en una humana ¿Es eso posible?

—No te mentiré princesa, eso es imposible.

Ariel al escuchar esas palabras no pudo evitar demostrar la decepción en su rostro, Úrsula capto ese gesto y sonrió levemente, era lo que esperaba.