Disolución oscura

El chico de la mirada muerta

Narrativa de autor.

Los movimiento rápidos y calmados establecen un orden, un suspiro inicio el día, y una voz femenina dijo en voz alta,--Ángel baja a desayunar--, dijo un adolescente de cabello largo despeinado de tono negro, con una expresión de aburrimiento, la mirada de alguien que pareciera no sentir nada,--Ya voy mamá--, respondió con pereza antes de levantarse.

Un ambiente frío inundaba la casa, un ambiente provocado casi en su totalidad por Ángel, el hijo Mayor de la familia Brown, una familia acomodada económicamente, conformada por el Señor Jose Brown, la señora Jesica Maritines, las hermanas gemelas, Diana y Denis Brown, siendo el mayor es el hijo más extravagante y destacado por su gran forma de no destacar, por su comportamiento tan callado y pulcro.

Ángel bajó las escaleras sosteniendo su mochila en su regazo, casi en completo silencio, este dio un suspiro sentándose a comer su desayuno ignorando las emocionadas palabras de sus padres y hermanas, por entrar al nuevo instituto, casi como si fuera ajeno a todo lo que pasara a su alrededor.

--Oye hijo, ¿te sientes bien?, ¿Acaso no te gusta la idea de ir al Colegio nuevo?--, preguntó su madre de manera alegre.

Angel miro a su madre, solo sonrió omitiendo el hecho de decir palabra alguna, El señor José nunca entendió a Angel y su forma de ser, desde que fue adoptado, es casi como solo hubiera aprendido a sobrellevarlo de manera diaria, evitando el contacto con o simplemente ignorándolo, el hecho de su adopción fue idea de su madre, José siempre tuvo un cierto temor o desagrado hacia aquellos ojos fríos e impredecibles.

Por otra parte la relación con su madre era diferente, esta lo trataba con cariño y paciencia, siendo la persona con la más hablaba en general, fomentándolo ha hacer cosas nuevas y superar esa insensibilidad esa extraña frialdad.

Ángel podía parecer muerto pero era alguien muy curioso, y en silencio sostenía habilidades que pocos tendrían, siendo una razón de que la madre se motivara a seguir fomentando su inteligencia, pero al mismo tiempo despertando cierto instinto de miedo en los demás, siendo su madre la única que no parece notarlo.

Al llegar al colegio, de manera disimulada Su madre le conto de la situación de su hijo a su maestra, siendo percibida de inmediato por aquel chico da la mirada muerta, el cual dio un suspiro y se alejo, sentándose en su banca, con los ojos en el infinito, mirando por la ventana percibiendo el ambiente,--hoy hace un muy buen día--.

Una pequeña sonrisa se esbozo en su rostro, llamando la atención de otros alumnos algo incomodos por ser nuevos.

Perspectiva de Ángel.

La profesora, se puso al frente de la clase, llamando la atención de todos en el aula de manera rápida,--Muchos ya me conocerán, soy la profesora Emilia Santos, seré su tutora este año, por lo que veo hoy tenemos a muchos alumnos nuevos, quisieran presentarse por favor--, dijo la profesora con un animo tan fingido que me sorprendió que pudiera sostener una sonrisa.

No entiendo por qué lo hace, el hecho de que los alumnos se mezclaran con el resto del aula en unos días es simple, solo los hace pasar vergüenza, solo unos pocos mantienen algún tipo de emoción diferente a la vergüenza en esta clase de situacion.

Sin darme cuenta la profesora había llegado hasta mí, haciendo resaltar su presencia con un tono relativamente molesto,--bueno señor Brown, es su turno de presentarse--.

Me levante y aparte un poco el cabello de mi rostro y dije,--Buenos Días, compañeros y compañeras, es un gusto encontrarme aquí con ustedes, Mi nombre es Ángel Brown, espero que podamos llevarnos bien--, dije de manera simple, imitando casi de manera completa la presentación de otro compañero.