Capítulo 28.

877 88 3
                                    

|°| Sospechas confirmadas y otro ataque|°|

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

|°| Sospechas confirmadas y otro ataque|°|

Harry se permitió perder su batalla contra la inconsciencia unos minutos, luego de haber escuchado el pitido que anunciaba el final del partido, con Lee Jordan proclamando de fondo, la victoria del equipo de Hufflepuff.

—¡Harry!

Un par de brazos tomando uno de sus hombros lo hicieron volver en sí. Estaba tendido en el campo de juego, con la lluvia cayéndole en la cara. Alguien se inclinaba sobre él. Vio unos increíbles ojos grises, con un poco de dorado rodeando la pupila. Se sintió levemente aturdido.

—Oh Helga, él está bien— giró el rostro, viendo a Heidi totalmente pálida detrás de Cedric, quien era el que había estado inclinado sobre él.

—¿Harry? — Cedric lo veía preocupado. —¿Estás en una especie de shock?

—Eh...

Antes de que Harry pudiera dar una respuesta, Cedric y Heidi fueron empujados lejos de su visión, siento remplazados por una sonrisa radiante.

—Háganse a un lado, voy a inmovilizarle el brazo.

—¡Oh, no, usted no! — exclamó, regresando en sí mismo.

—No sabe lo que dice —sonrió Lockhart.

—Profesor, Harry debería ir a la enferme...

—Tonterías, puedo arreglarlo.

—¡No! —dijo Harry—, me gusta como está, gracias.

Lockhart río como si se tratase de un chiste. Harry intento alejarse, pero entonces fue consciente del terrible dolor en su brazo. Oyó cerca un «¡clic!» que le resultó familiar.

—No quiero que hagas fotos, Colin —dijo alzando la voz sin darse cuenta.

Siguió tratando de eludir la varita del profesor, hasta que su atención fue atrapada por Anthony y Malcom que luchaban contra la bludger loca. Todavía se resistía.

Sólo bastaron esos segundos de desconcentración, para que Harry dejará de sentir dolor, remplazado por una sensación extraña y desagradable que se le extendía desde el hombro hasta las yemas de los dedos. Sentía como si el brazo se le desinflara, pero, adivinando las consecuencias de su desconcentración, no se atrevía a mirar qué sucedía.

Su confirmación de que algo realmente salió mal fue ver la sonrisa brillante congelarse, los jadeos de la gente que había alrededor y, la palidez aún más pronunciada que Heidi adquirió.

—¡Ah! —dijo Lockhart—. Sí, bueno, algunas veces ocurre esto. Pero el caso es que los huesos ya no están rotos. Eso es lo que importa. Así que, Harry, ahora debes ir a la enfermería. Ah, señor Diggory, señorita Macavoy, ¿pueden ayudarle? La señora Pomfrey podrá..., esto..., arreglarlo un poco.

Un Nuevo comienzoWhere stories live. Discover now