Capítulo 5

661 41 1
                                    

Trato cordial

Engreído. Mira que acusarla de estarlo mirando con tanta atención como a una ecuación. Si Malfoy antes era molesto ahora era un completo egocéntrico, si antes Hermione no sentía nada de empatía por él, ahora la sacaba de quicio.

No podía imaginarse como sería tener un trato cordial con él, si en su vida entera había estado en contra y luchando con todo lo que él era. Cuando parecía que al fin tendría un año normal en Hogwarts estaba condenada a reunirse con el insoportable de Malfoy en cada clase de aritmancia y verse todavía en transformaciones.

-Sinceramente, no creo que intente propasarse contigo -comentó Ginny-, necesita demostrar buen comportamiento ante la sociedad mágica, especialmente hacia los hijos de muggles, además de que para concluir con su libertad condicional necesita de sus testimonios.

- ¿Estás muy informada sobre Malfoy, no? -preguntó inocentemente Luna Lovegood. Ginny parpadeó nerviosa.

-Harry me contó el veredicto final para los mortífagos que recibieron el indulto -todos la miraron esperando una explicación más larga-. Me preocupa que anden paseándose por Hogwarts.

-Por eso la profesora Wenlock te puso a Malfoy de compañero -añadió Neville- ¿Crees que haya sido él quien lo sugirió?

-No seas tonto -dijo Hermione-. Malfoy no me considera más que una sangre sucia, como muchas veces me llamó. Aunque la caída de su incuestionable estatus superior y que ya no es más el niño orgulloso al que todos deben mostrar admiración y respeto lo ha rebajado cruelmente, no estoy convencida de que sea suficiente motivo para comportarse distinto con alguno de nosotros.

-Entonces, ¿por qué tú? Quiero decir, hay más estudiantes de padres muggles en nuestra clase de aritmancia.

-No todos tienen el mismo nivel de intelecto que Malfoy, pienso que Hermione es la contrincante indicada con la que él pondría aprueba sus destrezas -sugirió Ginny, ofreciendo una sonrisa amistosa.

Retomando a fondo el comentario de la pelirroja, Hermione comprendió que esa era la única razón por la que trataría de ser paciente con Malfoy, ella sabía reconocer el buen desempeño académico.

Ciertamente Malfoy había sido prefecto de su casa, lo que significaba que sus asignaturas debían expresarse con una alta calificación. También era consciente de que Malfoy podría llegar a posicionarse como el mejor de la clase si se lo proponía, cosa que le resultaba enormemente frustrante, pero situación que aprovecharía para aprender de los métodos de estudio de un sangre pura con sus mismas habilidades.

Contrario al primer trabajo en equipo, Draco Malfoy mostró una actitud completamente diferente. También conocía las capacidades de Granger y le resultaba conveniente debatir temas de aritmancia con alguien a su mismo nivel.

Estaba cambiando, desde su encomendada tarea en la torre de astronomía sintió emociones encontradas, de repente no supo con certeza a que bando pertenecía. Odio ser neutral, detestó no tener determinación y sintió un gran desdén por el mismo. No podía perdonar sus propios actos, desde entonces supo que no había razón para andar humillando y despreciando a los demás a su antojo, odiar su vida misma ya era bastante vergonzoso, pero al fin su castigo.

Sentía una ligera satisfacción cada que Granger lo miraba de la misma manera en que él se aborrecía. Agradecía que no le demostrara lástima, preferiría un millón de veces que su presencia causara desdén y no pena o lastima. Los comentarios de los demás nunca le habían afectado en absoluto no serían la excepción ahora.

Pero si Hermione Granger lo consideraba un arrogante vanidoso, entonces él podría tratar de ser cordial.

Un trato cordial es lo mejor que podía brindarle a aquella chica de esponjosa cabellera castaña, porque no sabía si era capaz de cambiar alguna vez. Deseaba olvidar todas las aristócratas ideas que recibió desde su niñez, pero no se sentía tan valiente ni fuerte para dejar de actuar en base a ellas.

-En las dos tablas de números, fíjate que cambian a cada minuto a veces llevas el complemento de mis números porque son ordinales, pero luego tienden a ser completamente irracionales -observó Hermione, trazando sus finos dedos por los pergaminos hechizados que yacían sobre su mesa de trabajo-. Para clasificarlos se necesita...

-Volverlos a trazar -exclamó Draco extenuado-. Necesito tu tabla numérica, sino te importa.

Hermione se dedicó a divagar con la mirada mientras Draco reescribía los números correctos en su pergamino, admiró disimuladamente su elegante caligrafía y la soltura con la que dominaba la pluma. La próxima vez trataría de recrear su tenaz técnica porque le pareció que trazaba todo limpio y rápido.

-Gracias -habló Malfoy con una voz suave, podría decirse que hasta era agradable.

-No es nada -aclaró Hermione, tomando el pergamino que él le regresaba.

-Gracias por salvar mi vida en la Sala de Menesteres -Hermione logró ver un sincero sentimiento a través de sus grises ojos. Él le permitió entrar y no supo cómo sentirse al respecto-. Dijiste que iniciáramos una vida absuelta de pecados, penas o tragedias... ¿Crees que pueda ser digno de eso?

Estaba perpleja, atónita, completamente fuera de sí misma. Por primera vez Malfoy no se dirigía a ella de forma ofensiva, ni para burlarse o recordarle que era una sangre sucia. Draco Malfoy le estaba agradeciendo por el pequeño gesto de bondad que tuvieron con él en la Sala de Menesteres, y no solo eso, él se estaba mostrando vulnerable ante ella.

Hermione se estremeció por no saber cómo responder ante la pregunta que él con tanta esperanza había dicho, su mente estaba en un bloqueo total, el hombre que tenía frente a ella estaba irreconocible y no sabía si ser cordial o inflexible, aunque su temperamento se estuviera ablandando ante ese asombroso cambio.

-Por supuesto que no -bufó Malfoy con desilusión. El silencio de Granger le afirmó que jamás podría ser nada más que una engreída y molesta vida.

Desestabilidad [Dramione]Where stories live. Discover now