-Otro tipo de nervios..🧡- Camilo Madrigal.

Parte 2.

—¿No es esto muy raro todo esto?—
Cuestionó la Hernández a su abuelo.
—Tienen poderes mágicos...— murmuraba. —¡Tienen poderes mágicos! Eso es demasiado raro.—

—Te acostumbras.— contesto Don Enrique a su nieta.

—Fácil decir eso cuando llevas toda tu vida en este lugar y nunca sales de él..— dijo Oscar.

Como se mencionó, el Encanto, pueblo que no se encontraba en ningún mapa contaba con la familia Madrigal, una familia conocida por sus dones mágicos, era difícil procesar información así.

Pero era otra mañana dentro de una semana distinta y don Enrique había decidido que durante  la estancia de su nieta mayor, ella ayudaría en la panadería familiar, decía que sería una buena distracción y forma de conocer gente del pueblo, aunque igual disfrutaba la oportunidad de despertar más tarde durante los fines de semana.

—Magia...— murmuraba _____, incomodando a algunos clientes, mientras que otros solo reían después de escuchar el contexto a sus suspiros.

—Buenos días, Don Quique.— exclamó una voz vagamente conocida. —¡Oh! Hola, _____.— saludo Camilo. —¿Que haces aquí?—

—Aquí vivo.— contesto con seriedad forzando su amabilidad. —Y trabajo ahora.

—¿En serio?— sonrió el Madrigal. —Que afortunada vivir donde siempre huele a pan caliente.—

—Aja..— contestó _____. —¿Que te ofrezco?—

— Tres medía lunas porfa.

—Bueno.— dijo buscando una hoja para hacer las cuentas.

—¿Y conoces a Don Enrique?— pregunto Camilo.

—Es mi abuelo, ¿Quieres bolsa o así está bien?— respondió _____.

—¿De donde llegaste?— cuestionó el Madrigal.

—No importa eso. —dijo sin voltearlo a ver.— ¿con o sin bolsa?—

—¿Por que viniste? ¿Cuanto tiempo piensas quedarte? ¿Quieres que te de un recorrido por el pueblo? , igual puedes hablarme sobre tu hogar, siempre he querido visitar el exterior del pueblo.

—Bueno, ¿Con o sin bolsa?—

—Con.— por fin respondió Camilo a lo que _____ hizo caso. —No hablas mucho ¿verdad?—

—Y tu hablas demás.— murmullo entregándole al chico su pan. —Bonito día.. supongo.

—Gracias— dijo, pero sin salir, se recargó contra la puerta y siguió la plática, usando la bolsa de papel como plato para su pan. —Entonces volviendo a mi pregunta, ¿cuanto tiempo crees quedarte?—

— ¿Quieres que me vaya? — dijo seca.

—¡No! ¿Siempre estás a la defensiva?— burló Camilo.

_____ se avergonzó un poco ante su comentario. —No estoy a la defensiva, solo creo que eres muy preguntón..—

—Ahh, bueno es solo que casi no hay nadie externo aquí, tomo interés en los que llegan.— sonrío.

—Tengo un hermanito menor.— dijo _____. —Puedes ir con el si quieres.

—Nah, aquí ando bien.— dijo Camilo con la boca entre llena, mientras seguía con sus preguntas sobre el origen de la castaña a su derecha.

Camilo le daba nervios a _____, pero eran otro tipo de nervios, estos se apegaban más a la incomodidad, eran demasiadas preguntas, algunas que parecían fuera de lugar.

Una de las preguntas fue —¿Tienes novio?—

—No, ¿Y tu?— fue lo único que _____ logró contestar.

Camilo soltó una corta carcajada. —No , yo tampoco.—

El silencio mientras el Madrigal siguiera devorando su pan parecía infinito, _____ solo se le ocurrió cortar el silencio con una película.

—Y la magia.. ¿De donde viene?— pregunto con temor .

—¡Mmm!— sonó Camilo separándose de su pan. —La verdad es complicado, se que cuando mi abuelo Pedro murió, de la flama de la vela que mi abuela cargaba, salió una luz brillante que la protegió y creo nuestro hogar, junto a todo encanto, y desde entonces, toda mi familia tiene dones.—

—¿Todos?— repitió con asombro.

—Todos.— .. —Bueno, todos menos mi prima, Mirabel, y Toñito, mi hermano.

—¿Y eso por que?—

—Toñito no recibe su don hasta Mayo, Mirabel nunca consiguió uno, es la única que no recibió un don en la familia.— dijo como si nada.

—Oh.. eso, eso está triste.— comentó algo pensativa, si fuese ella, estaría deprimida. —¿Y qué pasó con la vela? ¿No se acabo ya?—

—¡Para nada!— exclamó Camilo. —sigue Yam reluciente y viva como siempre, mi abuela se encarga de eso. —Si quieres, puedes venir a verla.

La historia cada vez parecía más un cuento, pero ya lo podía aceptar más pues el chico protagonista se encontraba frente a ella, comiendo y hablando con la boca entre llena.

Pero justo cuando el pan se termino, una chica de moño rojo y pelo rizado entro.

—Camilo, tu turno en la guardería ya va a empezar, hola _____, tu hermano se cayó hace quince minutos.

—...— proceso _____. —¿Que?—

—¡Ah! _____, esta es mi hermana Dolores, ella lo escucha todo, no exagero.— dijo con ligero estrés.

La chica se acercó sonriente y con sus ojos bien abiertos. —Hola, llegaste hace dos semanas ¿no? Lamento no haberte saludado antes. — río.

—Está.. esta bien.— contesto confundida esta _____ y se levanto un poco de su asiento.
Dolores salió de la tienda y espero a que Camilo se despidiera.

—Oye ¿y que días estás libre?— pregunto Camilo.

—Lunes, Martes y los fines de semana creo.. ¿Por?— pregunto _____ apenas poniéndole atención.

—Ven a mi casa el próximo Martes, en la tarde.— dijo Camilo acercándose a su mirada.

—¿Para?—

—Para que veas la vela, mi casa es una grande y con flores al este, es fácil de encontrar y le puedes preguntar a quien quieras.— dijo estirando su piel hasta volverse una mujer alta de pelo negro y ojos azules que remplazaban los rasgos originales del Madrigal. —Chau.—

—Chau.— contestó reaccionado.

En la ventana, _____ a través de sus ojos marrones observaba cómo Dolores le daba de codazos a Camilo quien volteaba a ver a su nueva amiga y a su hermana raro, _____ se dio la media vuelta y siguió con su día.

FIN DE CAPÍTULO.— Ranis.

Capítulo corto que escribí con uno por ciento de batería.<33

Esta cuenta e historia está más muerta que nada, pero aquí sigo a pesar de las tareas que me llegan, anyways,¿Que otros personajes no reales les gustaría ver en historias?  díganme que les pareció y espero hayan disfrutado, bonito viernes.🌞