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ALYSANNE TARGARYEN sobrevolaba Dragonstone montando a su primer dragón, Viserion aterrizando después de un rato haciendo trucos con su segundo y tercer dragón, Drogon y Rhaegal.
Al instante de tocar el suelo, el pequeño Viserys comenzó a llorar en los brazos de la joven nodriza que lo sostenía. Rhaenyra y Daemon se miraron antes de que el hombre rodara los ojos con fastidio.
—Presumida —habló Daemon cuando su sobrina bajo de Viserion.
—Imbécil —le sonrió mientras se acercaba.
—Caprichosa —el mayor continuó insultandola con una sonrisa sacarrona.
—Retrasado —Alysanne abrazo a su hermana Rhaenyra.
—Te extrañé —murmuró su hermana mayor antes de separarse.
—Yo también.
—Ya basta —Daemon separó a su esposa de su sobrina con cara de asco.
—Maldito anciano.
Tomo a su hermana del brazo comenzando a caminar ignorando completamente a Daemon,— ¿Dónde están tus hijos mayores? —preguntó Anne.
—Entrenando —respondió—, Jace siempre intenta enseñarle a pelear a Luke pero a él le interesa más la literatura.
—¿A quienes se parecen? —río la menor haciendo referencia a ellas—, no lo negaré, amo la literatura pero el combate es mejor.
—Es en lo único que concordamos enana —habló su tío Daemon detrás de ella.
Rhaenyra se detuvo a la orilla de una roca señalando hacia abajo donde estaban los príncipes. Luke era desarmado con facilidad por su hermano mayor quien le propinaba algunos golpes antes de devolverle la espada y comenzar de nuevo. Alysanne se soltó del brazo de su hermana dirigiéndose a la pequeña playa de Drangonstone.
—No seas tan duro con él Jace —habló cuando estuvo a suficiente distancia.
Jacaerys la miro sonriente al reconocer su voz,— Tía Alysanne, dile a Luke que se defienda, parece que solo quiere que lo ataque —se quejó el castaño mayor caminado hasta ella.
—Tía —saludó un apenado Lucerys.
—Dame eso —Anne señaló la espada que sostenía su sobrino mayor quien se la entregó sin rechistar—, primera regla, no te defiendas ataca —Luke se quedó inmóvil—, atacame Lucerys.
El joven príncipe se acercó a ella con espada en mano dirigiendola a su cuello, pero antes de llegar la platinada se agachó colocando la espada de su sobrino en el estómago de su hermano, claramente, sin hacerle daño.
—Segunda regla —se incorporó—, se ágil y que nadie sepa tu siguiente movimiento.
Al terminar aquella frase Alysanne atacó a Lucerys quién rápidamente se protegió con la espada y recordando la primera regla, al instante el castaño comenzó a se él quien atacaba, tirandola al suelo y colocando su espada en el pecho de Anne.
—Aprendes rápido Luke pero existe una tercera regla —sonrió—, nunca subestimes a tu oponente.
La princesa enredó sus piernas entre los pies de el príncipe apartando la espada de su cuerpo y arrojando a su sobrino al suelo quedando arriba de él, colocando una pequeña daga en su cuello.
—Se ágil y que nadie sepa tu siguiente movimiento —repitió Lucerys dejando caer su cabeza sobre la arena.
—Progresaras —dijo poniéndose de pie para después arrojarle la espada a Jacaerys.
—Es bueno tenerte devuelta —habló Rhaenyra cuando su hermana menor llegó a su lado.
Alysanne solo se alzó de hombros con una sonrisa orgullosa dirigiéndose al palacio chocando su hombro con el de Daemon.
—Maldita serpiente malcriada —refunfuño antes de comenzar a seguir a su esposa al castillo.
