Vecino incógnito (Jaywon)

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Todo parecía irreal, tan increíble.

Jungwon parpadeaba repetidas veces, para recordarse a sí mismo que era real, que lo que sucedía era real, igual, si todo era un sueño, lo clasificaria como el mejor sueño que tuvo.

Jungwon abraza a su hermano con fuerza, tenía miedo de que se vaya, y en varias ocasiones, Beomgyu le tuvo que pedir que afloje el agarre que tenía en su brazo, ya que lo estaba lastimando.

El ambiente era tan cálido y lindo, todos reían y sonreían felices. Tanto tiempo paso para que todos pudieran sentir nuevamente aquel sentimiento.

Jungwon tenía muchas preguntas para hacerle a su hermano, pero quería guardarlas para más tarde, ahora simplemente quería disfrutar.

—Voy al baño—le avisó su hermano, y Jungwon soltó su brazo para dejarlo ir.

—Por mucho tiempo creí que no merecía esto—comentó Sunoo, mirando a Jay y Heeseung jugar a las cartas.

—¿A qué te refieres?—

—A la felicidad, a sentirme querido, a este momento, ustedes son lo más cercano que tengo una familia.—

Jungwon asintió con su cabeza, sin saber bien que responder.

—A veces siento que esto es increíble,
irreal, como si todo fuera un sueño.—

—Yo también... Incluso algunas veces me despierto asustado por eso.—

—Es difícil superar todo, pero con ayuda y apoyo todo mejorará.—

Sunoo le sonrió, dejando que se vean sus
blancos y perfectos dientes.

Sunoo es muy muy lindo y su personalidad es tan relajante. Jungwon tenía ganas de guardarlo en una cajita para protegerlo de cualquier mal.

Alrededor de las siete de la tarde, Heeseung y Sunoo se fueron, Nayeon y Jay decidieron ponerse a limpiar, dejándole tiempo a los hermanos para charla.

Los Yang se encontraban en el pequeño balcón del departamento, se mantuvieron callados por unos segundos, hasta que el mayor habló.

—Lo siento...—

—¿Por qué?—

—Por dejarte, no tuve que irme, yo sabía que algo malo iba a pasar, pero me fui.— Beomgyu levantó su cabeza, y miró al cielo—Quería hacerte feliz, quería que pases un lindo cumpleaños, quería darte eso que no tuve, lo siento... Yo te he metido en todo esto, arruine tu vida, te destruí.—

—No tienes la culpa, no te culpes—le pidió Jungwon, acariciando la espalda contraria.

—Tengo la culpa de todo. Ellos te fueron a buscar porque yo les conté todo sobre nuestra familia, confíe y me metí, sin saber en donde me metía, y cuando quise salir fue muy tarde...—

—Basta, Beomgyu. Ellos fueron los malos, ellos son los malos, tú no has hecho nada, tú sólo querías lo mejor para mí, ya no pensemos en eso, ¿Sí? Ahora estamos juntos y eso es lo que importa.—

El mayor lo miró, y acarició su mejilla, se mantuvó así por unos segundos y luego dijo;

—Me quiero ir de Busan.—

—Oh...—

—Quiero que vengas conmigo.—

El menor alzó su cabeza, mirándolo con ilusión.

—¿En serio?—

—Claro que sí, eres mi hermano, ¿Cómo no te voy a llevar?—

—¿A dónde iremos?—preguntó con
emoción.

—Italia.—

—¿Italia?—

—Sí, o podemos ir a Francia, Canadá, Australia.—

—Yo pensé que ibas a mudarte de
cuidad...—

—Era mi primera opción, pero ya no siento que sea mi lugar aquí. Quiero hacer mi vida nuevamente y empezar de cero.—

Jungwon asintió ligeramente.

—Creo que permanecer aquí, no nos permitirá poder superar todo lo que vivimos, continuaremos nuestra vida con miedo.—

—Entiendo...—

—No quiero obligarte a ir conmigo, puedes quedarte si quieres, yo intentaré venir a visitarte.—

—No, yo quiero ir, creo que es lo mejor.—

—Es lo mejor—aseguró.

—¿Cuándo nos iremos?—

—Dos días después del juicio final.—

—Falta menos de una semana para eso...—

—Lo sé.—

—¿Y de donde sacaras el dinero?—

—Hay una ley que se llama protección a la víctima, y básicamente nos da esta oportunidad de reconstuir nuestra vida en otro lugar, nos darán alojamiento, y todo lo que necesimos por un año más o menos, hasta que logremos estabilizarnos y maternos por nuestra cuenta.—

—Oh... No sabía eso.—

—No muchas personas lo saben...—

Beomgyu hizo una pausa, y mirando al cielo dijo;

—Pronto podremos ser libres de una buena vez, y felices.—

Jungwon simplemente afirmó, un poco confundido.

Le agradaba la idea de irse a vivir con su
hermano, pero le generaba una sensación
rara saber que debería alejarse de Jay.