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La campana sonó y el profesor anunció que ya podían retirarse,haciendo que Aquino suspirar a y empezará a juntar sus cosas para salir del aula e ir a la tienda ó a otro lugar del instituto.

El castaño fue el último en salir,como siempre,y se dispuso a ir a comprar algo para llenar su estómago.

Caminó un rato,agarrando de ves en cuando las cuerdas de su mochila al escuchar susurros de los chicos que pasaban a su lado seguido de risas.

Al llegar,pidió un jugó de manzana y un sándwich para después pagar por su comida,agradecer e irse al patio trasero.

Era un lindo lugar,bién cuidado y colorido,ó bueno,sin contar algunas envolturas que los alumnos habían tirado.

Aquino miró al frente,viendo algunas bancas con mesas en las que habían adolecentes conversando y riendo.

Empezó a caminar por el pasto y esquivando a la gente hasta un lugar alejado dónde había una banca con una mesita con un árbol a la izquierda que hacía sombra.

Sin duda,el lugar favorito de Aquino.

Le gustaba ése sitio,ya que era tranquilo y bonito gracias a algunos arbustos con flores que habían al lado y a lo lejos.

Nadie se sentaba ahí,incluso no sabían que ése lugar existía hasta que él lo empezó a usar y todos lo catalogaron como su lugar.

El lugar del bakadere.

El chico se sentó y empezó a comer su almuerzo sin ninguna preocupación y de manera involuntaria una sonrisa se dibujó en su rostro.

El bakadere de la secundaria // DuxinoWhere stories live. Discover now