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El atardecer se hizo paso rápidamente, coloreando el cielo de tonos naranjas y oscuros junto a una agradable brisa que golpeaba contra las ventanas cerradas de la habitación de hotel en la que Sunghoon seguía durmiendo, sintiéndose un poco más relajado luego de que la señora Shim se tomó el tiempo para encargarse de sus golpes, curándolo con algunas pomadas para desinflamar y con medicamento para el dolor.

Mientras se hacían cargo de él, por ningún motivo quiso que Jake entrara a la habitación y lo viera en esas condiciones, sabía perfectamente que se veían fatal sus golpes, y aunque al principio, Jake protestó porque quería quedarse a su lado, obedeció a final de cuentas, resignándose para no incomodar al castaño. Riki y Sunoo se mantuvieron a su lado como apoyo, dándole ánimos y tratando de distraerlo en un intento de tranquilizar sus nervios, aún sin saber exactamente qué estaba sucediendo, pero de seguro, luego les contarían.

Jake entró a la habitación varios minutos después de que su madre salió, encontrándose con Sunghoon profundamente dormido boca abajo. Caminó con sigilo hasta él y se sentó en la orilla de la cama, dándose cuenta de que la camisa se le había levantado levemente, dejando al descubierto algunos de los golpes que había recibido en la zona. Mordió su labio inferior, reprimiendo las ganas de llorar al notar lo mal que se veían las marcas en sus brazos y espalda baja. Bajó la camisa con cuidado y se recostó a su lado en dirección a él, apartó los cabellos que caían por su frente, dejando sutiles caricias en su rostro y cabello hasta que cerró sus ojos poco a poco, cayendo dormido sin apartar sus manos de la cabeza de su novio.

Un par de horas después, Sunghoon abrió sus ojos lentamente, encontrándose con que ya había oscurecido, siendo una pequeña lámpara la única que iluminaba la habitación. Al intentar movilizarse, sintió un peso a su lado, reaccionando casi al instante de que se trataba de Jake. Suspiró mientras negaba con la cabeza por la desobediencia de su novio, pero ya no podía hacer nada, de seguro lo había visto. Se levantó lentamente con el cuidado de no despertarlo, percatándose de que apenas eran las siete de la noche; caminó hacia el baño y refrescó su rostro con agua, vio sus brazos y la inflamación había bajado considerablemente, además de que ya no sentía el cuerpo tan adolorido, solo era un leve dolor muy lejano, casi desapareciendo. Se apoyó en el gran lavabo del baño, mirándose atentamente en el espejo, pensando seriamente en qué haría, ya no sabía si podía regresar a casa, y por nada del mundo quería incomodar a los Shim, mucho habían hecho por él al atenderlo y dejarlo quedarse.

Pensó en su hermano, sintiendo la preocupación llenarlo completamente al no tener ninguna noticia sobre él, solo esperaba que todo estuviera bien.

ㅡ¿Sunghoon?ㅡJake se detuvo en el umbral de la puerta del baño al ver la luz encendidaㅡ¿Te sientes mejor? ¿Necesitas algo más?ㅡcuestionó, preocupado por su bienestar.

Sunghoon le regaló una sonrisa dulce en un pequeño intento de no preocuparlo. Secó sus manos en una toalla y se dirigió a él, acercándolo en un cálido abrazo.

ㅡEstoy mucho mejor, casi no dueleㅡrespondió, restregando su mejilla en el cabello azul del menor.

ㅡ¿Casi? Eso quiere decir que todavía no estás bienㅡhabló, levantando un poco la cabeza para mirarlo mientras hacía un puchero.

ㅡYa, no me mires asíㅡrió el mayor, apretando con sus dedos los labios del peliazul, causando que se quejara por lo bajo mientras fruncía el ceño.

Jake se soltó de los brazos de Sunghoon y tomó su mano, guiándose a la cama. Se acomodó con la espalda pegada al respaldo de la amplia cama, viendo atentamente como Sunghoon se posicionaba a horcajadas de él, ambos en total silencio, sabiendo con anticipación las preguntabas que ese silencio significaban.

forbidden ✧ jakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora