Día 5 (Catninja)

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—Dios mío ¡¿Podrías quedarte quieta?! —exigió lo más calmada que pudo.

—¡Me estás arrancando el cabello! —lloriqueo la morena.

Nos encontramos en casa de la portada del gato, ella estaba sentada en el suelo cerca del  costado de su cama, mientras la autoproclamada "La Ninja más hábil y asombrada del mundo" pasaba un cepillo tratando de desenredar su cabello.

—Si no te hubieras tallado tan fuerte tal vez no estaría tan revuelto y hecho nudos.

—Si tú no me hubieras hecho esa broma de poner una mancha súper pegajosa en mi cabello no estaríamos en esta situación para empezar —refunfuñó.

La más bajita se sintió horrible porque sabía que eso era verdad, lo peor es que ella misma sabía que era difícil -y muy doloroso- quitar esas cosas sobretodo si eran de las más pegajosas o las dejabas demasiado tiempo. Por lo mismo estaba ayudando con a la otra, hacer eso sola sería complicado y aunque al inicio lo hizo con lentitud y cuidado con el pasar de varios minutos ella también se desespero y empezó a pasar el cepillo con demasiada rudeza y rapidez.

—Te volveré a echar agua —dijo queriendo desviar el tema de que era su culpa—, ya se está secando y estoy segura que te dolerá más si lo tratamos de cepillar así.

—Esta bien —suspiró en respuesta.

Para su buena suerte está vez la Ninja hizo todo con cuidado y ya no sentía tantos tirones más que unos pequeños de vez en cuando, dió gracias por esto porque si buen era alguien fuerte todo ese proceso ya le había sacado varias lágrimas de dolor.

—Y ¡Listo! Quedó como nuevo, puedes mirarte si quieres.

Corinna agarro el espejo de mano que le pasó la otra y se sorprendió al ver su reflejo.

—No te pedí que me hicieras un peinado —dijo mirándola.

—Lo siento no me resistí, tienes el cabello muy largo y bonito.

—¿De dónde aprendiste a hacer peinados?

—Tuve que aprender para ayudar a algunos de mis ninjalinos tanto niñas como niños —respondió con simpleza.

—Gracias, me encanta.

—Obvio que lo adorarias soy una experta en esto.

Incluso aunque quiso ocultarlo Corinna vió como la Ninja se avergonzó un poco. «Es muy tierna cuando se avergüenza» pensó.

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