¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sol se coló por los huecos de la persiana iluminando de manera tenue la estancia, Liria notó la vibración de su reloj de muñeca y suspiró mientras enterraba la cara en la almohada. Se levantó a por el móvil y desactivó la alarma. Se vistió y se aseó lo más rápido que pudo intentando hacer el menor ruido posible; sin embargo, el agudo oído de Lía captó sus movimientos y terminó despertándose.
— ¡Qué pronto te levantas! — murmuró con un hilo de voz frotándose los ojos.
— Perdona no quería despertarte... — se disculpó al escuchar su voz mientras se hacía una coleta alta — Mi turno empieza temprano.
— ¿Qué vas a hacer hoy?
— Tengo que organizar la actividad del sábado... y no tengo ni idea de lo que voy a hacer — confesó apoyando las manos en el lavabo, mirándose al espejo mientras hablaba en voz alta — ¿Alguna idea que se te venga a la mente? — preguntó girando la cabeza en dirección a las camas.
— Algo en grupo estaría bien, me gustaría conocer a más campistas. El partido improvisado de waterpolo fue divertido aunque luego se descontroló un poco... mientras esté organizado no habrá problema— comentó mientras se incorporaba y se sentaba al borde de la cama.
— Así que juegos en grupo... — Liria rebuscó en su memoria buenos momentos en el camping con sus amigos y familia hasta que visualizó el plan perfecto.
— ¿Ya se te ha ocurrido algo? — la voz con tono de curiosidad al ver la amplia sonrisa que se había dibujado en su rostro.
— No solo van a ser juegos ¡Va a ser un concurso por equipos de campistas aleatorios! — la cara se le iluminó con alegría al decir su idea en voz alta — ¿Suena muy infantil? ¿Crees que a Kevin y a los demás le gustará?
— Con que Kevin, ¿eh? — Lía dejó escapar una risa mientras se levantaba y recorría la habitación — Se va a quedar loquísimo con tu plan para integrar a la gente en las actividades del campamento, de hecho, creo que también te pidió que organizaras algo para los dos, ¿no? — sonrió con picardía.
— No me lo recuerdes, casi me desmayo ayer cuando noté que me iba a besar — respondió ahogando un grito de emoción. — Te juro que intentaría lanzarme yo pero me quedo congelada, no reacciono.
— Le va a encantar la idea y seguramente al resto también, no te preocupes.
— Tengo mucho que hacer en ese caso... — suspiró profundamente recostándose sobre la puerta del baño
— Si quieres puedo ayudarte, no tengo nada que hacer ahora mismo. Además, te debo una por joderte el momento romántico de anoche.
— No es culpa tuya, no lo sabías. Y sobre lo de ayudarme me parece bien porque necesito que avises a toda la gente que puedas pidiéndoles que vengan a la cafetería a la hora del almuerzo. Ahí es cuando haremos el sorteo para dividiros en grupos.