PRÓLOGO

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- ¡Maldita sea! — golpeo el volante del auto después de cerrar la puerta — maldita Jieun ¿Cómo puedes ser tan hija de puta? — bufo para sí mismo.

Encendió el auto y se dispuso a salir antes de que aquella chica, de la que se había enamorado y amado por mucho tiempo, lo alcanzará, al doblar la esquina hacia la avenida, vio a lo lejos un chico haciendo señas, supuso que intentaba para un taxi, sin embargo, algo en él llamo su atención, sin poder creerlo, bajó la ventanilla del lado del copiloto y se asomo un poco.

 Aquel joven, era demasiado atractivo, tenía un perfecto cabello rubio, ojos azulados, piel acaramelada, labios rosados y carnosos, cintura pequeña, muslos tonificados y una perfecta y sensual clavícula que se alcanzaba a ver tan malditamente seductora por esa camisa de seda en cuello v «Perfecto» pensó él, ni en sus mejores días imagino, que su persona ideal (físicamente) la tendría de frente y mucho menos que fuera un chico, siempre pensó que aquella silueta que aparecía mil veces en sueños, podría ser un hombre, claro que para él no resultaba ser un conflicto, pues le atraían ambos sexos, aunque jamás se le habían presentado imágenes completas y siempre eran fugaces partes del cuerpo, pensó que sería una mujer, ya que en sus sueños, la piel se veía tan suave, brillante y delicada al igual que los rasgos faciales, sin embargo, ahí lo tenía, frente a sus ojos (o eso quería creer).

- ¿Pasa algo? — pregunto al ver que el chico se acercaba algo nervioso.

- H-he... n-no disculpa, estaba es... esperando un taxi — respondió balbuceando.

- Es imposible que agarres taxi por aquí y menos a esta hora, ¿vas muy lejos? — preguntó con cautela, el chico lo miró con algo de duda, hasta que recordó que estaba portando un cubrebocas y una gorra, ahora entendía la desconfianza — tranquilo, no es como si te fuera a secuestrar — el contrario abrió los ojos como platos — bien, tal vez eso diría un secuestrador o psicópata, pero no es el caso.

... El rubio con algo de desconfianza aún, se armó de valor y le acercó un papel — V-voy a esta d-di... dirección — aquel chico de ojos oscuros y mirada felina le hizo sentir algo de tranquilidad, por una extraña razón se le hacían conocidos, esos ojos los había visto en algún lugar, pero no le tomo tanta importancia.

- ¡Oh! Es por donde está el Bar "All night", me queda de pasada, si quieres puedo llevarte — dijo devolviéndole el papel.

- ¿He?

- De verdad, no tengo problema, me queda de paso — volvió a decir.

... Un poco indeciso, aquel chico de cabello rubio lo pensó bastante, pero en realidad, no pasaba ningún taxi, o algún camión que lo llevará por ahí, jamás había estado en ese lugar, como era nuevo en la academia, no había hecho amigos , siempre lo miraban mal por todos los halagos que los profesores le hacían y su único amigo que había logrado tener, no había asistido ese día . Suspiro con pesadez y pidiendo al universo que nada le pasara, acepto.

El camino fue silencioso, no se dijeron nada, sin embargo las miradas fugaces no faltaban, el chico de cabello rubio, tenía la sensación de que algo pasaba por alto, había un tanto en aquel chico que le llamaba la atención, le recordaba a alguien, pero por más que lo intentara, no recordaba, pues aquel joven de ojos felinos, llevaba puesto un cubrebocas y una gorra, que solo dejaba ver aquellos ojos.

El contrario, cada vez que podía, miraba al menor, tenía un perfil perfecto, algo que no había notado, era sus mejillas abultadas que lo hacían ver tan tierno, de repente su boquita se abultaba formando un sutil puchero, que lo hacía parecer como un pico de un pollito «Dios, es tan hermoso, por favor, si quieres castigarme, que sea cualquier cosa, pero no me lo quites y dame el valor para pedir su número» Indeciso aún si hacerle la plática, mordía su cachete por dentro, nunca había iniciado una conversación, casi no era de hablar, prefería el silencio como en ese momento, sin embargo parecía una tortura, decidido a preguntar su nombre, se dio cuenta que el chico de mejillas abultadas tarareaba por lo bajo, la canción que se reproducía en el auto.

«No puedo creerlo ¿acaso está cantando mi canción favorita? ¿esto debe ser una broma? ¿Qué más escondes? ¿eres todo lo que siempre he soñado?»

"If you can hold the stars in place

You can hold my heart the same

Whenever I fall away

Whenever I start to break

So here I am, lifting up my heart

To the one who holds the stars."

El menor comenzó a cantar, lo que causó que se paralizara «pero... si... justo como lo imaginé, tiene una voz angelical ¿está sonriendo? P-pero... si es la sonrisa más hermosa que he visto en mi vida, ¿Quién eres? Por favor háblame, yo soy un cobarde»

Estaba tan inmerso en sus pensamientos cuando un semáforo se puso en rojo, que no se dio cuenta que lo estaba mirando, hasta que el contrario, volteo a verlo también con una sonrisa dibujada en esos gruesos y apetecibles labios rosados, inmediatamente desvió la mirada avergonzado, aunque eso pasó a segundo plano cuando reconoció que estaban a punto de llegar, ¿Por qué le era tan difícil preguntar su nombre? Si no lo hacía, habría perdido tan perfecta oportunidad que tenía en ese momento, se sentía afortunado, pero... ¿Por qué no podía hablar? Su tiempo se le estaba terminando y no sabía qué hacer.

...Con un suspiro resignado, estaciono el auto y lo miro — Listo llegamos, aquí es, te dije que me quedaba de pasada — encogió los hombros quitándole importancia y el contrario sonrió.

- En verdad te agradezco tanto, no se que hubiera echo, tengo poco aquí en esta ciudad y no conozco muy bien, pero, dime como pod...

- Ahí estás, ¿sabes lo preocupado que estaba? — un chico rubio más oscuro, interrumpió al menor — muchas gracias por sus servicios, ¿cuánto le debemos? — dijo aquel chico que había interrumpido su oportunidad — ¿Cómo que nada? — el contrario frunció el ceño y sacó a su precioso chico del auto.

- Tranquilo hyung, es un amigo, me hiso el favor de traerme — mintió, cosa que le extraño al de la mirada felina, ¿Por qué diría que era su amigo si se acababan de conocer? pero no importaba porque eso le hizo ilusión, sin embargo aquella terminó, cuando el mismo intruso lo jalo sin dejarle decir nada más — Muchas gracias, espero verte de nuevo — grito el pequeño, y con esa esperanza en su corazón, se fue a su hogar con una enorme sonrisa.

- Tranquilo hyung, es un amigo, me hiso el favor de traerme — mintió, cosa que le extraño al de la mirada felina, ¿Por qué diría que era su amigo si se acababan de conocer? pero no importaba porque eso le hizo ilusión, sin embargo aquella terminó,...

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Comenzamos con esta historia, esperamos que sea de su agrado, se estarán subiendo capítulos cada sábado esperamos que le den mucho amor.

Con amor...

N 💜 A 💜 D 💜 S

Free Love (Pausada por edición)Where stories live. Discover now