Los 3 Kuja.

III

La décimo séptima división de Barbablanca estaba acorralada tras ser capturados,encadenados de manos,pies y cuellos para ser llevados a una plaza,estaban perdidos, sus esperanzas en Yamato y Franky se esfumaron al ver al oni además de encadenado en lo que parecía una gran tina con agua de mar y el Cyborg estaba debilitado por múltiples heridas en la espalda.No podían esperar a Robin,Brook o Jimbei por el hecho de que no tuvieron forma de avisarles de que los buscaban para capturarlos así que estaban a Merced de la misteriosa emperatriz que esperaba a que trajeran a todos los invasores para iniciar la ejecución.

El último en llegar fue espadachin capitán, sin sus Katanas y en estado petrificado en la misma pose que sus compañeros.Unos segundos después vino la famosa (e inmensamente hermosa) Emperatriz a sacarlo de su estado y de un rápido salto ir al palco donde se encontraban lo que la tripulación pensó que eran sus hermanos y cuñadas (y no los culpaba no tenía ni el mínimo parecido con sus hermanas) los veían con diversión excepto Luffy dado que era su primera ejecución pública por lo que tenía ciertos sentimientos encontrados.

-¿Hancock estás segura de que esto es correcto?.-Pregunto el pequeño príncipe jalando la capa de su hermana de manera infantil (ignorando olímpicamente los sollozos de Chopper en su pierna).

-Es lo que indican nuestras leyes ,Lu.Si no lo hiciéramos ellos podrían ir con su capitan y organizar una invasión masiva por lo cual?...-Dijo con una voz suave para el pequeño que se había vuelto su hermano jurado, lo quería mucho y por lo mismo odiaba el pensar en que este saliera o conociera el exterior por todo el peligro que ella tuvo la mala suerte de conocer.

-¿Nuestra isla sería saqueada,muchas Kujas morirían, las niñas serían secuestradas,esclavizadas y vendidas a dragones celestes?.-Pregunto con un deje de inseguridad y leve tristeza.Luffy entendía hasta cierto punto la preocupación de Hancock pero esperaba con ansias explorar el exterior y de verdad queria hacerse amigo de estos extraños recien llegado.

-Exactamente.-Respondió la mayor dejando un suave beso en la frente del monito esperando calmar sus dudas.

-Tranquilo Luffy piensa que ellos han hecho cosas peores a muchas más isla y esto es lo que el destino quería.-Decia Ace extrañamente tapando su mitad izquierda con su capa no quería que sus hermanas y hermanos vieran las marcas que de "la oni" pero tampoco estaba dispuesto a ponerse un top o camisa.

-Si tuvieran temor a la muerte no serían piratas y menos de alguien tan funesto como su capitan.-Continuo Sabo el cual observaba todo junto a la serpiente en sus hombros, el personalmente no conocía al tal Barbablanca pero no necesitaba oír mucho más aparte del miedo que los piratas que había visto en sus salidas en el barco como para odiar al desconocido.

Además de que el haber integrado la cultura de la isla a él también contribuía a su rechazo a lo exterior.

-Esta bien.-Dijo sin muchas ganas el pequeño D tomando su lugar junto a sus hermanos para presenciar la ejecución.

Hancock ignoro la expresión de Luffy para aclarar su garganta y tomar un Den Den Mushi micrófono dando inicio al espectáculo.-Tribu mía,hoy estamos todas reunidas para enjuiciar a estos piratas del exterior por los crímenes de invasión a nuestros territorios,traer hombres a la isla y atentar contra la vida de las princesas.-Dijo lo último dirigiendo su vista hacia Sabo y Ace que saludaban levemente a las Kujas que fijaron su vista en ellos, Ace aún tapándose y sonrojado pero igual que Sabo no quitaba su expresión de satisfacción al ver a los invasores de rodillas en el centro de la plaza.

Muchas Kujas empezaron a abuchear,tirar cosas o insultar a los invasores.

Hancock sonrió para continuar.-¡Como castigo por sus crímenes serán condenados a muerte luchando en el coliseo!.-Exclamo vivazmente pero contrario a lo esperado solo se oyó un silencio incomodo.-¿Que?.-Pregunto aún sin entender hasta que vio hacia Sabo y Sandersonia que tenían una expresión de culpabilidad idéntica a la de unos niños que rompieron la licuadora Oster de su madre.