Capitulo 4

12 4 16
                                    

- Pero espera, ¿de que se supone que voy a trabajar en palacio? -preguntó Gaia confundida mientras Axel aún sujetaba su mentón.

- Bueno, había pensado en una más de las criadas que trabajan en palacio pero puedo ponerte en el puesto que se me dé la gana, ¿alguna petición?

- Lo de criada suena muy bien pero aunque no lo parezca soy extremadamente buena con la magia, me gustaría participar en el escuadrón de ataque -respondió Gaia firmemente, según la historia debía trabajar como criada para que se diera la trama en la que el príncipe se enamora de ella pero tenía que hacer algo más si de verdad quería cambiar su destino y regresar así a casa.

Axel meditó en silencio sobre la oferta de la joven y acabó aceptando su petición a cambio de algo.

- ¿Qué es lo qué quieres? -preguntó Gaia intuyendo lo que le diría.

- En principio trabajarás como criada en palacio, tendrás habitación como todas y dispondrás de comida, además quieres involucrarte con el escuadrón de ataque que por mi está bien pero solo podrás entrar en el turno de noche, aunque si quieres todo eso la condición que tienes que cumplir todas las noches es que debes ir a mi habitación y cantarme hasta quedarme dormido.

- ¿Perdón?

- Soy un príncipe muy caprichoso, me gusta como cantas y te quiero a ti es fácil, ¿tenemos trato o no? -preguntó Axel con una sonrisa ladina que para muchas sería irresistible pero Gaia tenía que centrarse en lo importante y eso no era la increíble sonrisa blanca del príncipe.

Gaia se hizo la pensativa por un breve momento, le encantaba darle dramatismo al asunto pero sobre todo le gustaba ver la cara de Axel inquieto y quizás un poco nervioso por su respuesta.

- Está bien, acepto.

- Genial pues regresemos a palacio.

- ¿Qué, ya? espera necesito recoger mis cosas y despedirme y...

Antes de que Gaia pudiera terminar de hablar Axel con poca paciencia la agarró de la cintura y la cargó sobre su hombro mientras esta pataleaba para que la bajara sin éxito alguno.

- ¿Pero qué está pasando Gaia? -preguntó su amiga Sasha quien se encontraba atónita por la escena.

- Ya te contaré -fue lo que le dió tiempo a decir a Gaia antes de desaparecer por la puerta.

Con inesperada delicadeza Axel bajó a Gaia de sus hombros, se montó en su caballo y le tendió su mano para ayudarla a subir al caballo.

Gaia, quien no estaba muy contenta por cómo la había cogido para sacarla del lugar subió por su propia cuenta a la parte trasera del caballo no sin antes dedicarle una mala mirada al príncipe que lo único que hizo fue sonreír apartando la mirada.

- Muy bien, agárrate fuerte soy un poco brusco -dijo Axel sin borrar su sonrisa del rostro, sonrisa que Gaia no podía ver pero que intuía perfectamente por la personalidad arrogante del príncipe.

Tras rechistar un poco Gaia acabó rodeando la cintura de Axel con sus brazos pegando su cuerpo al de él, en ese momento un rayo de electricidad pareció recorrer el cuerpo de Axel, iba a perder la cabeza por esa chica, el mínimo gesto o contacto lo hacía enloquecer y eso era una sensación nueva para él pero tenía claro que no quería que acabara.

Después de recorrer las calles del pueblo con las miradas de prácticamente todo el pueblo en ellos llegaron a las puertas de palacio.

- Príncipe Axel bienvenido, no tenemos constancia de que pueda entrar nadie externo a palacio, -dijo uno de los guardias mientras miraba a Gaia juzgandola por sus pintas.

Realidad en la ficciónWhere stories live. Discover now