Atalaya

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A la mañana siguiente el kriptoniano terminaba de ordenar sus cosas cuando de pronto alguien tocó su puerta.

-Ya voy- dijo mientras se acercaba para abrir la puerta encontrándose al mayordomo.

-Buen día, señor Kent. Espero no haberlo despertado- dijo el mayordomo con una leve reverencia.

-Buen día, señor Pennyworth. No se preocupe, tengo costumbre de levantarme temprano - dijo con una sonrisa al ver al mayordomo.

-Es bueno saberlo, señor Kent. En ese caso, le comento que el desayuno está servido.

-Muchas gracias, señor Pennyworth. Bajaré en un momento- respondió con una sonrisa guardando sus maletas en un mueble mientras el mayordomo salía de la habitación.

En el comedor, el millonario leía tranquilamente el periódico.

-*Me alegro que este periódico no hable sobre el incidente que tuve en la subasta...Tendría problemas para explicarlo...*- pensó algo preocupado teniendo en cuenta el carácter de su hijo menor- Un momento...

-El señor Kent estará aquí en un momento, señor Bruce.

-Alfred ¿En dónde...

-Los jóvenes señores estaban algo inquietos por la mañana. Así que les solicité que ayudaran con las  compras, señor Bruce- respondió de camino a la cocina.

-*¿Inquietos?*- se preguntó confundido con intención de revisar sus ubicaciones en su comunicador cuando el reportero llegó al comedor.

-Buenos días, Bruce- saludó con una sonrisa.

-Buenos días, Clark ¿Dormiste cómodo?- preguntó haciendo un ademán para que se sentara frente a él.

-Sí, te lo agradezco mucho. El cuarto es muy cómodo y amplio *y como dos veces más grande que mi casa*- pensó con una sonrisa nerviosa.

-Me alegro que estés cómodo y ten en cuenta que puedes quedarte el tiempo que necesites.

-De verdad te lo agradezco, Bruce- respondió con una sonrisa antes que el mayordomo se acercara con su desayuno. 

-Espero que le guste, señor Kent. 

-Muchas gracias, señor Pennworth- agradeció alegre al recibir su plato.

-Señor Bruce, le recuerdo que hoy tiene una reunión importante en el salón de la justicia- dijo causando que tanto el reportero como el millonario se atoraran con su café.

-Gracias por recordarlo, Alfred- respondió tranquilo mientras se limpiaba con una servilleta.

-*Debo salir cuando él se vaya...*- pensó el reportero mientras comía su desayuno. 

-¿Está listo, señor Bruce?

-Si, Alfred- respondió mientras se levantaba para acomodar su traje- Temo que debo retirarme, Clark. Tengo... Una reunión que no puedo posponer. Asumo que regresaré por la noche.

-No te preocupes, Bruce. De todas formas también debo salir para revisar una de las últimas ubicaciones de Luthor, así que también regresaré por la noche- dijo causando una ligera preocupación en el millonario.

-Clark, entiendo que tu investigación sea un trabajo importante. Pero te pido que no regreses muy tarde, hubo un incidente en Arkham y... Por lo general, las calles no son seguras por la noche- advirtió algo preocupado antes de entregarle una tarjeta- Este es el número de Alfred, solo llámalo y él irá por ti.

-No te preocupes, Bruce. Prometo volver temprano- aseguró con una leve sonrisa.

-Es hora de partir, señor Bruce- dijo el mayordomo.

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