Épico

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Aquella noche de brujas fue un tanto diferente a las anteriores. Esta vez Jimin no tuvo que correr detrás de Minnie cuando se le escapaba a la siguiente casa, tampoco tuvo que preocuparse por cargar los dulces de los dos cuando sus bolsas se hicieron pesadas. Era extraño, pero se sentía bien recibir ayuda.

Si era sincero, cuando vio a Jungkook por primera vez en aquella fiesta en su casa, había jurado que no era un imán de niños y lo comprobaba al ver sus expresiones al notar cómo Minnie le demandaba demasiado. Notaba que hacía un esfuerzo en no equivocarse, de vez en cuando pedía su aprobación para seguirle el juego al pequeño y aunque él parecía tranquilo, el rubio estaba preocupado. Realmente esperaba que eso no fuera demasiado para su vecino.

Sin embargo, los cuatro lograron recorrer un poco más los alrededores que otros años y se estaban divirtiendo mucho al notar que los niños ya estaban pensando en cómo repartir entre ellos los dulces de Jungkook y de su papá.

–¡No es justo! Yo vi que a Jungkook le dieron un dulce que a mí me gusta. –Se quejaba la niña cruzada de brazos.

–Sí, pero yo fui con él hoy y me los va a dar a mí, ¿verdad Jungkook? –Replicaba Minnie sin el mínimo interés de perder esa batalla.

Por su parte, el pelinegro los observaba de un lado a otro, nunca había estado en una situación similar y realmente no sabía qué hacer. –Yo...

–Bueno, ya basta. –Lo interrumpió el rubio. –Cada quien se llevará sus dulces, incluidos nosotros. ¿Ustedes creen que a nosotros no nos gustan los dulces o qué? –Dijo con firmeza llamando la atención de los tres. 

–Pero...

–No hay peros y mejor vayamos a esa casa porque ya va a ser hora de regresar. –Agregó para cambiar el tema y dar la discusión por terminada. 

Jungkook susurró un "gracias" antes de sentir nuevamente la mano de su acompañante entre la suya y los cuatro comenzaron a caminar hacia su destino. 

En cuanto llegaron a la siguiente casa, Jimin tocó el timbre y una señora salió a recibirlos. 

–¿Dulce o truco? –Dijeron los cuatro al unísono, habían logrado sincronizarse después de la casa número 11. 

La mujer los recorrió con la mirada y sintió como si su corazón no pudiera soportar la imagen que le estaban presentando en frente. –¡Ay, qué lindos! ¡Cariño, ven a ver! –Gritó de inmediato dejando a los cuatro paralizados. 

–¿Qué sucede linda? –Quiso saber su esposo llegando a su lado.

–Mira esta adorable familia, son hermosos...

–¿Familia? –Repitió Euni confundida y dijo en voz alta lo que los jóvenes estaban pensando. –¡Oh, ellos no son novios! –Aclaró divertida.

–¿No lo son? Oh, disculpen... –Dijo apenada la señora. –Realmente se ven muy bien juntos.

–No se preocupe, muchas gracias. –Respondió Jungkook sin mirar la reacción del chico a su lado. 

Por su parte, la dueña de la casa sacó un recipiente y comenzó a repartir. –Aquí tienen sus dulces... –Soltó dejando una porción generosa en las cuatro bolsas y miró a los jóvenes cuando los niños se encargaban de investigar qué les había tocado. –Y ustedes... Deberían considerar lo que les dije. –Agregó con un guiño provocando que el color se les subiera a la cabeza a ambos. 

Su esposo lo notó y le dio la media vuelta para que regresara adentro. –No le hagan caso, a veces es muy... 

–¡Perceptiva! –Gritó la mujer desde lejos y el hombre cerró la puerta un tanto apenado. 

VecinosWhere stories live. Discover now