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Todos estaban tensos, el ambiente se volvió así después de la pelea que tuvieron Coti y Daniela. La mayoría esperaba a que ambas chicas salgan. Y, otros como Romina y Alfa, hablaban de qué iban a comer con la poca comida que les quedaba.

—Che, ¿Y qué vamos a hacer con la leche que nos regaló Santi? —Se metió Julieta en la conversación, todos la miraron y después se quedaron pensativos. La chica había dado en un clavo suelto, se habían olvidado de la leche y qué iban a hacer con ella; obvio, estaban agradecidos con Santi, pero eso no quita que la leche no les servía de nada en estas circunstancias.

—Uhh, cierto, también está la leche. —Romina pareció recordar ese detalle importante. —Podemos hacer un guiso de carne y salsa, después a la noche comemos lo que sobró del guiso y también hacemos pan con la harina que nos queda para acompañar. Total hoy comimos choripan y cualquiera al que no le guste la comida puede ir y comer alguno, total sobró. —Sugirió después de pensarlo por algunos minutos.

—Claro, y la leche sobra para mañana el desayuno y la merienda. —El Alfa sonrió y todos asintieron ante lo dicho.

Luego de eso, la mayoría se concentró en lo suyo y el ambiente dejó de ser tan tenso, pero se sentía un poco de los restos de la tensión aún. Todos prestaron atención y giraron sus cabezas hacia el pasillo cuando escucharon una puerta abrirse y los agradecimientos de Gran Hermano. Dios mío, Daniela estaba de miedo, su rostro denotaba enojo puro y tenía los puños apretados.

Tenía miedo de acercarse a Coti y que la otra le salte encima y le clave una uña en el ojo.

—Dani, ¿Todo bien? —Julieta, la mejor milipili y la persona con mejor juicio en esa casa (sarcasmo), se acercó a Daniela en vez de, la clara víctima: Coti. Se notaba que era la copia de Paola Argento dentro de la casa de Gran hermano.

—¿Mi amor, estás bien? —El Cone se acercó preocupado a su novia y la abrazó por los hombros, Coti se notaba cansada, su respiración era algo pesada, pero eso no la paró a asentirle lentamente a Alexis y enterrar su rostro en el pecho del mayor, quizás estuvieron hablando con el psicólogo o con Gran Hermano. Aunque, había un pequeño detalle...

Coti tenía un gran arañazo.

—¡Coti, nena!, ¿Qué te pasó en el brazo?, ¡Está sangrando! —Romina fue la que exclamó y recalcó el detalle que al parecer solo él y ella se habían dado cuenta. Se notaba que la marca del arañazo fue fuerte, además su cuello estaba un poco rojo y se notaba que tenía un intento de rasguño en el hueco que había entre el cuello y el hombro. La herida se notaba que era reciente, la sangre no chorreaba de manera exagerada pero caían leves gotas rojas por su brazo y otras que iban directamente al piso, manchandolo.

—Mboe, se nota que Daniela concentró toda la furia en sus uñas y arañó con fuerza. —Habló Thiago sorprendido. Romina, Alfa, Thiago, Cone, Maxi y él se dirigían hacia la cocina para tratar el rasguño de Coti, ¿Quién sabe?, quizás se infectaba. La Tora, Juan, Juliana, Julieta y María Laura estaban con Daniela en el cuarto de las chicas. Nacho y Marcos se habían ido a acostar con el pretexto de: “Son demasiados problemas para ser tan temprano”.

La cuidadora de la casa agarró el jabón junto con una toallita.—Tené' cuidado con lo que hacés, te voy a pasar un poco de jabón para desinfectar así que probablemente te arda o te pique por un rato. —Advirtió Romina, Coti solo asintió.— Thiago y Agustín, ¿Pueden ir a buscar una cajita de curitas, cinta y gasa, por favor? —Ambos asintieron y se apresuraron a ir por el pedido.

—¿Vos decís que le den sanción a Daniela? —Preguntó Thiago.

—Y sí, es obvio que le van a dar sanción sabiendo que la violencia está prohibida. Igual, deseguro ya le dieron allá en el confesionario y por eso salió tan enojada. —Thiago le dio la razón ante eso y justo llegaron al baño, abrieron la puerta y ¡Pum!

El primo apunto de bajarse los pantalones para mear, impresionante.

—¡Ay, perdón, boludo! —Marcos se dio la vuelta de forma tranquila, se notaba que estaba adormecido, soltó una risa.— Romi nos mandó a buscar curitas, gasa y cinta... ¡Vamos a buscar todo rápido y después te dejamos mear! —Nervioso, se dio la vuelta de forma brusca para empezar a rebuscar las cosas dentro del mueble, Thiago se cagaba de la risa mientras él estaba por colapsar de la vergüenza.

Le sorprendió cuando no le agarró un paro al escuchar que el primo empezó a bajarse los pantalones para mear.

—Fua, grande el primo. —Thiago dio una sonrisa socarrona, obviamente su comentario con un doble sentido intencionado, Marcos soltó una risa.

—Obvio, primo. —

—Thiago, la puta– Vení acá y deja de verle la pija a Marcos que no encuentro las cosas. —Le retó, era vergonzoso que su amigo fuera tan caradura y no tuviera vergüenza de mirarle el pito a uno de sus compañeros. Él, sin embargo, era un chico penoso.

—Ah, yo ya las tengo. —Dijo con simpleza, algo que lo hizo enojar.

—¡Me hubieras avisado, estúpido! —Frunció su ceño para levantarse otra vez de manera brusca, intentando ignorar la presencia de Marcos que justo había comenzado a mear. —¡Ah, y perdón otra vez, Marco–. —Quedó mudo cuando su mirada, por reflejo, se dirigió a la entrepierna de su compañero y le vio terrible pija. Los colores se le subieron a la cara.— ¡Perdón otra vez!– ¡Uh, la puta! —Se dio un golpazo contra la frente de Thiago después de cerrar la puerta de golpe. Se ve que poco le importaba al turro porque se cagaba de la risa como si se estuviera desinflando.

—¡Deja de reirte, corneta! —Caminaban rápido hacia la cocina, se estaban tardando.

—Hasta que por fin llegan. —Se quejó Romina mientras agarraba de forma cuidadosa las cosas y las apoyaba en la encimera, Coti tenía los ojos un poco llorosos y se notaba que le picaba al rascar la piel alrededor de la herida. Habían quedado en silencio, nadie preguntó nada, va, en realidad no sabían cómo ejecutar la pregunta; ¿Qué había pasado cuando estuvo encerrada como por una hora y media con la loca dentro del confesionario?

—¿Todo bien, prima? —Apareció Marcos de repente, la mitad se asustó, estaban tan concentrados en pensar de cómo preguntarle eso sin hacerla sentir incómoda o presionada que no se dieron cuenta de la llegada del castaño.

—Sí... Todo bien, ¿Vo' recién te levanta'? —Preguntó haciendo una mueca por el ardor y picazón.

—Sí. —Le sonrió.— Yyy, ¿Qué pasó con Dani allá dentro? —

E hizo la pregunta que todos querían hacer.

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Sinceramente esto me pareció una cagada, aún así, gracias a las personas que apoyan la historia <3

¡Nos leemos!

¡Mejores amigos!  | Margus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora