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Beomgyu pensó que realmente estaba en la miseria.

Si no era así, entonces no sabía exactamente lo que la vida le estaba diciendo.

Tan solo ayer había despertado en su cama como de costumbre. Bajo el techo en el que había vivido durante dieciocho años. Con un padre estricto y sobreprotector.

Pero, ahora, todo este concepto de padre estricto y sobreprotector había desaparecido. Cuando llegó de nuevo a su casa, su padre lo recibió con palabras para nada amigables.

Cualquier persona totalmente ajena al mundo real se hubiese horrorizado.

Beomgyu lo hizo.

Su padre le abrió la puerta con una pequeña maleta con sus cosas. Eran pocas, tampoco es como si Beomgyu tuviera mucho.

Realmente nunca había tenido nada propio.

"Eres adulto ahora, debes irte. No te puedo cuidar más".

Sí, Beomgyu no se estaba tomando sus palabras a bien.

Se suponía que era su cumpleaños. Y su padre lo había sacado de la comodidad de su hogar, si es que ahora podía llamársele así.

Determinó los primeros puntos, cómo sobrevivir era probablemente la pregunta principal que debía hacerse.

No tenía nada. Sus cosas, y un poco de dinero. Pero, ¿una casa, alguien en quien apoyarse? Era prácticamente como si no tuviese nada.

Nadie, también.

Sacó su teléfono, y vagando por las calle comenzó con una detalla búsqueda de alquileres baratos. Cualquier cosa le serviría. Finalmente, no era más que un estudiante con estudios inconclusos.

Estudios.

Beomgyu quería volverse loco. No podría volver a estudiar si su padre se había desentendido completamente de él. Si estudiaba, entonces, no habría tiempo para trabajar, y sin trabajo, no habría dinero para autosustentarse.

No, no había forma de volver a sus estudios.

Se sentó en una banca, con su pequeña maleta sobre su regazo. Navegó rápidamente por internet, buscando algún sitio que realmente fuera asequible. Luego, tendría que llamar al arrendatario y rogarle por flexibilidad a la hora de los pagos.

Beomgyu nunca pensó que estaría siendo forzado a actuar como un adulto a tan temprana edad. Aunque, ya era un adulto, solo que nadie le había avisado que aquello sucedería. Entonces, habría ahorrado más. O, habría denunciado a su padre. Pero, ahora no había nada y debía encontrar soluciones.

Encontró una publicación de un pequeño apartamento a las afueras de la ciudad. Miró las fotos que el usuario había adjuntado a la publicación.

Beomgyu detalló el apartamento. Era horrible. Con paredes viejas y de colores desteñidos, una vibra sombría que podías sentirla incluso a través de la fotografía. El usuario comentaba que el apartamento no dichaba de calefacción ni mucho menos de calentador. Por lo que, en épocas de frío, tendría que vivirse con algunos sacrificios. Por último, decía que el apartamento era habitado por dos personas, los cuales, eran los arrendatarios. El sitio constaba de dos habitaciones. La pequeña estaba disponible, y amueblada con una colcha para dormir. Los servicios como el agua, la luz y el gas eran gratuitos. Los pagos se podían discutir por llamada, y podría instalarse el mismo día que se firmara el contrato por alquiler. Y sobretodo, el precio del sitio era muy bajo. Beomgyu se interesó inmediatamente en este punto.

Beomgyu no dudó en presionar el número que la publicación había dejado en caso de dudas. Esperó el timbre durante algunos segundos, hasta que una voz masculina le contestó.

my place ● yeongyuWhere stories live. Discover now