Capítulo 16

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William salió de su estudio exactamente a la hora pensada, el hombre pudo ver que Arley estaba en la barra ensimismado en el teléfono de trabajo, había una sonrisa que no se apartaba de sus labios y sus ojos parecían brillar con intensidad. William también noto el olor a café y pizza que invadía la cocina. Se quedó allí parado en el marco del pasillo permitiéndose el pequeño lujo de mirar al joven sin demostrar inmediatamente sus crecientes sentimientos de afecto por él.

― ¿Qué estás haciendo?―pregunto luego de unos minutos.

Arley cerró los ojos y conto suavemente hasta diez, William se acercó a observarlo más detenidamente.

―Me asustaste―declaró Arley volviendo a abrir sus ojos y mirando fijamente al autor.

―Lo lamento―la mano de William instintivamente se apoyó sobre la mano buena de Arley

―Está bien―le sonrió―. Estaba respondiendo a comentarios de tus fans.

―Te dije que te tomaras las dos semanas.

―No pude evitarlo, me hacen reir.

William le dedico una mirada indulgente mientras el joven apartaba el teléfono aún con una sonrisa en los labios.

―Ya has hecho la pizza―dijo William acercándose al horno para mirarla a través de la puerta transparente

―Si y tu café también―luego de decir esas palabras Arley se giró en su asiento y lo miro―. Has dejado de tomar café con tu cena desde que me lo quitaron.

―No quería tentarte, se que amas el café.

―Puedo sobrevivir con mi única taza diaria durante una semana más, no tienes que privarte de tomar―los ojos de Arley estaban fijos en los oscuros de William―. Pero apreció el gesto de verdad―agrego regalándole una sonrisa.

William se la devolvió durante unos instantes antes de girarse y abrir la heladera.

― ¿Qué opinas de cenar en el sofá viendo una película?―pregunto William aun con la cabeza metida en la heladera.

―Parece como un gran plan. ¿Qué película?

―No lo sé, ¿Cuál es tu favorita?―pregunto mientras cerraba la heladera.

― ¿Qué tan predecible soy si digo StarWars?

William se giró para mirarlo con una ceja alzada.

―Pensé que no te gustaba la fantasía.

―Es StarWars.

William soltó una carcajada por la seriedad con la que el joven de veintidós años había expresado esa afirmación.

―StarWars será.

― ¿Y cuál es tu favorita?

―El señor de los anillos, aunque sí, mi infancia estuvo plagada de muñecos de acción de StarWars.

― ¿De verdad?―pregunto Arley con una sonrisa

―Casi podría jurar que cuando los regale estuve a punto de llorar.

― ¿Por qué los regalaste?―Arley lo miro como si de su cabeza hubiera brotado una planta.

―Porque en ese momento creí que no iba con el departamento de un adulto serio y responsable una colección de muñecos de acción―explico y luego de unos segundos agrego―. Además  mi pareja de ese momento los odiaba, por lo que pareció la decisión acertada.

Los ojos de Arley se abrieron de forma desmesurada, William noto que sus ojos chocolate querían gritarle que había sido un idiota, mientras que sus labios permanecían en una sonrisa de comprensión.

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