~ Luna La Porrista ~

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Yocelyn era la capitana de las Porristas. Una niña preciosa, pero no nació para ser el clásico estereotipo de la chica inalcanzable. Era curioso, alguna vez estuve frente a frente con ella como varón y todo se resume en un rechazo cruel, y ahora estoy frente a ella usando una falda. El mundo da vueltas muy locas.

Yoce: Bueno... Si logras aprender al menos 1 porra para esta tarde, estarás dentro. Ven, Luna. Vamos a ensayar, esta tarde hay partido. Al menos no tienes que preocuparte de ser linda. Ya vimos lo mucho que estuviste llamando la atención con los chicos en el pasillo. A trabajar, chicas...

Me sonrojé un poco, ¿en serio soy tan obvia? Todas las chicas dejaron de verme y regresaron a lo suyo, dándonos la espalda a Andrea y a mí.

Andrea: Estarás bien. Estás preciosa, luces mejor que ellas en el uniforme, y tienes la gracia de una bailarina. El puesto es tuyo, mi niña. Ahora ve. - Dijo dándome una nalgada y yéndose por donde vinimos. Ahí estaba yo, totalmente sola, con los pompones en mis manos, viendo con nervios a todas esas chicas tan bellas.

Yoce: ¡Luna! ¡Date prisa!

Corrí hacia ellas, no sabía lo que me esperaba, pero hice mi mayor esfuerzo. Fueron horas y horas de arduo trabajo. Mis piernas me mataban. Estaba sudando como nunca en mi vida, yo solo las veía a ellas como si nada. Ni una gota de sudor, firmes y concentradas. De vez en cuando salían varios chicos a vernos ensayar, y uno específicamente gritó por "La Nueva" y un chiflido. Me gustaba la atención, pero eso fue incómodo. Y mi peor vergüenza fue caer y dejar ver mi ropa interior... Andrea olvidó ese detalle y no tenía licra. Por fortuna, mi pene estaba bien oculto.

Finalmente, Yoce dio por terminado el día. Y a pesar de todo, logré aprender hasta 3 porras.

Yoce: Me dejaste sorprendida, Luna. Tal vez no naciste para esto, pero se nota la pasión. Felicidades, estás dentro... Pero para la próxima vez, usa licra, porque la que debe llamar más la atención soy yo. Adiós...

En cuanto Yoce y las demás porristas se fueron a los vestidores, Andrea ya me estaba esperando.

Andrea: ¿Y cómo te fue?

Luna: Dile "Hola" a LUNA LA PORRISTA.

Andrea: ¡Qué emoción! Muchas felicidades, mi niña.

Luna: Solo un detallito... ¿¡Por qué no me dijiste nada de la licra!?

Andrea: Quería que sufrieras un poco todas las asquerosidades de los hombres... E igual, para que veas la importancia de saber tus necesidades.

Luna: Cómo sea... Igual, no entiendo cómo se mantienen siempre firmes esas niñas.

Andrea: Meses de entrenamiento, Luna. Puede que incluso años. Tal vez si sigues siendo porrista lo logres al 100%... Aunque, creo que sé algo que te puede ayudar.

Luna: ¿En serio? ¡Genial! ¿Qué es?

Andrea me tomó de la mano y me llevó al baño de niñas. Nos encerramos en un cubículo y sin decir más comenzó a besarme. Me sorprendió lo repentino que fue todo, pero no me quejaba. Tal vez la ayuda era liberar nervios y estrés y así ella me ayudaba. De pronto, sentí su mano en mi pierna derecha. Mi pene quería explotar por la presión... Cada vez su mano subía más y más por mi pierna hasta mi cintura, para finalmente parar en mi trasero. Apretaba mis nalgas, yo estaba en el paraíso, yo era su sumisa, Andrea podía hacerme lo que ella quisiera. Sin darme cuenta, su otra mano igual llegó ahí. Apretaba fuerte y me encantaba.

Sin aviso, me giró haciéndome ver la pared, jaló mi cintura hacia ella dejando mi trasero muy cerca de su cara. Bajo mis pantis y metió su lengua en mi ano. Hacer el amor con Andrea no era nuevo, pero que metiera su lengua en mí sí. Me encantó, estaba muy caliente. Era una sensación deliciosa que no podría haber imaginado. Así estuvo unos 3 minutos. No sabía si ya me había venido, pero era lo más probable. Sentía el ano totalmente húmedo, cuando sentí que me metió algo en él. Creí que era un dedo, hasta que me giró una vez más y me arrinconó haciéndome tocar la pared con la espalda, plantándome otro beso.

Yo podía ver sus manos así, pero aún tenía eso en mi ano. Y de repente tuve una sensación magnífica... Andrea me había metido un pequeño consolador en el ano, el cual podía activar a distancia. Y de repente sentí todo mi semen correr por mis piernas. Caí poco a poco hasta estar sentada en el piso. Al ver eso, Andrea apagó el consolador.

Era imperceptible a la vista y teniéndolo en el ano podría estar totalmente firme. Estaba agotada, así que Andrea me ayudó a llegar a las duchas, donde me limpié por completo, cambié mi ropa interior, y finalmente me puse una licra. Arreglé mi maquillaje, y una vez más estaba lista. Caminar con algo en el culo no es sencillo, pero si me ayudaba a estar derecha y firme, e igual me hacía dar pasos aún más femeninos.

Andrea: Estás lista, Porrista Luna. Prepárate, en unas horas es el partido. Vas a brillar, mi porrista.

¿Verdad O Reto?Where stories live. Discover now