40. amor

279 39 4
                                    

<< pov. jungkook >>

Cuando caí de vuelta en el barco el dragón desapareció, el mar se calmó y el cielo que ya se iba pintando de los tenues y suaves colores del amanecer volvió a la normalidad. Los chicos y Aerin se acercaron corriendo para ayudarme a ponerme de pie, pero yo me sentía débil, derrotado y pisoteado. No fui capaz de hacer contacto visual con la chica.

— ¿Estás bien?

Hoseok.

— Jungkook, ¿estás herido?

Namjoon.

— ¿Necesitas primeros auxilios?

Jimin.

— ¿Qué pasó allá?

Aerin.

— ¿La bruja te comió la lengua, o qué carajo?

Jimin, de nuevo.

No fui capaz de hacer contacto visual con ninguno mientras me interrogaban con voces tildadas de preocupación. Escuché a Aerin llorar a mi lado. Su mano soltó la espada que sostenía y el objeto cayó al suelo haciendo un gran y filoso estruendo.

Cuando alcé la vista, ella me dio un empujón.

— ¡Idiota!

Todos lucían exhaustos de pelear y tenían raspones, golpes y rasguños en varios sectores de su piel. En el caso de Aerin, tenía un corte en la mejilla izquierda. Estaba fresco y necesitaba atención. Sin embargo, supe que no era grave.

— Aerin-

— ¿Por qué hiciste eso? Tarado, ¿por qué te lanzaste de ese modo?

— Oye-

— Estúpido — sollozó aún más, como una niña. No parecía que hubiera estado peleando con un puto dragón hace menos de dos minutos. — Casi mueres. ¡Casi nos morimos todos! — me volvió a empujar, pero no me moví. — Me dices a mí que me mantenga viva pero, ¿qué hay de ti, eh? ¿Qué hay de mí, quedándome sin ti?

Intenté tomarla de la mano, pero antes de que pudiera decir algo, ella se me lanzó encima y presiono sus labios contra los míos. El beso me brindó un sabor a lágrimas y a un miedo de lo que pudo haber sido de haber tenido aún menos suerte. Le regrese el contacto con ansias y le estreche entre mis brazos, sintiendo que la vida se me escapaba por los poros.

Al separarnos, noté a Jimin y Hoseok mirarnos con la boca abierta. A Namjoon, por otro lado, se le asomaba una minúscula sonrisa que apenas podia ser distinguida por aquellos que lo conocían mejor.

— Así que... ¿Están juntos? — Hoseok preguntó.

— Eso explica las vibras que expulsan — opinó Jimin. — Debí haberlo imaginado.

Aerin volvió a darme otro empujón. Esta vez sí me llevé las manos al pecho para cubrirme de sus ataques.

— ¡Carajo, Aerin!

— ¡No vuelvas a hacer algo así!

— Escucha-

— ¡Habló en serio! — grito, temblorosa.

mar del este • jjk ✔️Where stories live. Discover now