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Toda rivalidad tiene un motivo, una razón clara por la cual comenzó.
Pero este no fue el caso para la rivalidad entre Park Jimin y Jeon Jungkook.

Jimin y Jungkook fueron vecinos y amigos desde muy pequeños, todo gracias a la amistad que sus madres mantenían desde el día que se conocieron.

Park Jimin era el orgullo de sus padres desde el momento en que nació, era un niño hermoso, muy inteligente y receptivo.

Tenía un carisma innato, muy activo, le encantaba correr, bailar, cantar y aprender cosas nuevas cada día.

Jimin seguía sacando excelentes calificaciones, aprendiendo más sobre baile, usualmente imitaba lo que veía en la televisión e incluso inventaba sus propios pasos.

Estudiaba inglés de Lunes a Viernes con una tutora porque él quería poder cantar y comprender lo que las celebridades pop del momento decían cuando se aparecían en la radio y televisión.

Aprendió a leer a los 4 años por su cuenta, él queria entender lo que decían las revistas de su madre y el periodico de su padre.


Desde los 6 años comenzó a jugar fútbol los fines de semana con su padre en el patio y en ocasiones con su gran amigo, Jackson. Jungkook todavía era muy pequeño para manejar el balón, pero siempre jugaba con Jimin.

Los padres de Jimin nunca lo presionaron, dejaban que Jimin se expresará libremente, disciplinándolo en las ocasiones que fuese necesario sin necesidad de usar palabras bruscas.

El adorable hijo de los Jeon, Jungkook, siempre se reunía con sus amigos mientras las madres tenían sus tardes de té.
Él era el más pequeño de todos, era muy sociable a diferencia del tímido Jimin.

Minsoo había entrenado a su hijo desde temprana edad para ser el más cordial, servicial y cortés de la habitación.
Ella manejaba el entretenimiento que consumia dentro de la casa, todo tenía que ser educativo y sofisticado.


Las cosas cambiaron el día que la selección nacional de Corea jugaba contra Nepal.


Los vecinos se reunieron en la casa de la familia Zhou para ver el partido juntos.


Gritos de jolgorio se escuchaban a lo largo de la vecindad, la selección nacional de Corea había anotado 16 goles.

Para los fanáticos fue un día inolvidable y para Jimin también lo fue.


En el momento que el pequeño de 8 años vio ese marcador algo despertó en él, una pequeña llama que pronto se convertiría en su motivación más grande.

Al día siguiente mientras cenaban, Jimin les comentó a sus padres que quería seguir jugando y mejorar lo suficiente para poder jugar en la selección de su país.

Mi-Jeong escuchaba atentamente, notó el brillo en los ojos de su niño y simplemente sonrió. Ambos padres le aconsejaron que siguiera esforzándose en sus clases y que ellos buscarían academias para que su pequeño se volviera todo un profesional.


Y fue así como Jimin y Jackson, los amigos incondicionales, entraron juntos a la academia de futbol Rising Star en Busan.


Ambos daban su mayor esfuerzo, Jackson no tenía una motivación clara, Jimin sí.

Jungkook jugaba bádminton en lugar de fútbol, simplemente porque Minsoo así lo quería;
Después de que sus amigos entrarán a la academia, él también quería.


Con ayuda del señor Jeon convencieron a Minsoo para que dejara a Jungkook entrar a la academia y dejar bádminton.

Fue así como el más pequeño de todos comenzó a jugar fútbol, al inicio le costaba, pero con determinación y disciplina logró ser de los mejores en la clase.

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