𝑨𝒏𝒕𝒆𝒔: 0.1

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Alexandra De Clare era afortunada y lo sabía

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Alexandra De Clare era afortunada y lo sabía.

Sus padres eran la personificación perfecta de lo que el amor verdadero realmente es, su padre el conde de Pembroke se enamoró justo después de haber declarado que no tenia planes de casarse, todo cambio al conocer a Audrey Rae Tewkesbury, dicha señorita llego a cambiar por completo la vida del conde, de tal forma que Tewkesbury se convirtió en De Clare  y 24 años después existían 6 hijos que compartían rasgos específicos con sus padres, algunos con el distinguido cabello color rojo de la familia De Clare , y los otros con el brillante cabello rubio de la familia Tewkesbury, sin embargo cada uno de ellos compartían un rasgo en común , los ojos azules de su madre, si la gente dice que los ojos son la ventana al alma, ciertamente encaja con esta familia.

Durante el invierno del año 1813 la casa de la familia De Clare se encontraba en una atmosfera de alegría y felicidad, en la espera del próximo integrante de la familia. Si alguien se dignaba a mirar por una de las ventanas de la magnifica casa del conde Pembroke, podrían observar a un dúo de hermanas con distinto color de pelo cada una en la compañía de su madre.

"Oh madre, crees que pueda ser el diamante de la temporada cuando sea mi turno" menciono la pequeña pelirroja de nombre Arabella, mientras sostenía uno de los vestidos de su hermana mayor.

"Claramente eso va a suceder Ara, existe mas posibilidades de eso a que yo lo sea en la mía" Alexandra camina hacia ella para observar el vestido que esta sostenía, para después acercarse a su cama y tumbarse en ella.

"oh cariño, no digas eso, tu temporada transcurrirá sin ningún apuro e incluso si no eres el diamante, siempre serás mi preciosa joya" Audrey se acercó a su hija mayor y la tomo de la mano para sentarla en la cama "y pequeña, tienes 14 años tu momento llegara, por ahora centrémonos en tu hermana"

Arabella se acerco a su madre sentándose alado de ella tomando su mano por inercia, al levantar la mirada pudo observar los ojos de su hermana, dentro de estos se podían observar tantas cosas desde emoción hasta temor, todo debido a su futuro debut la siguiente primavera, sin embargo, algo dentro de ella le decía que era imposible, su hermana era la persona más fuerte que conocía.

Alexandra por otro lado sentía que no podía respirar, era una combinación de nerviosismo y emoción, la posibilidad de encontrar a su alma gemela le causaba esta combinación de emociones, antes de que su mente se pudiera perder en las posibilidades del futuro, sintió un apretón en su mano, uno, dos, tres, esta acción la hizo levantar la mirada para encontrarse con la de su hermana y su madre, las cuales le dedicaban una cálida sonrisa.

"Mis dos únicas hijas, no les digan a sus hermanos, pero ustedes llenan mi día de alegría" se escucho una risa por parte de ambas hijas.

"Esperemos que pronto seamos tres niñas, nos ganan en número en la familia"

𝑴𝒊𝒅𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕 𝑹𝒂𝒊𝒏 | 𝑨𝒏𝒕𝒉𝒐𝒏𝒚 𝑩𝒓𝒊𝒅𝒈𝒆𝒓𝒕𝒐𝒏-𝒆𝒔𝒑𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora