Ilusión

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-Mahidevran- me movió Hürrem, me desperté de golpe y la miré.

-¿Qué pasó? ¿Nos encontraron?- pregunté.

-Ojalá, pero no, sólo te quería decir que la comida ya está.

Me levanté dejando que el cachorro siguiera durmiendo, caminamos hasta la cocina y nos sentamos en la mesa que había. La comida estuvo rica, dejé un poco para el cachorro para cuando se despertara.

-¿Qué dices si le ponemos nombre al cachorro?- me preguntó.

-Suena bien, ¿pensaste en uno?- la miré.

Ella me miraba atentamente.

-¿Qué te parece Onur?

-Me parece bien, es lindo.

-Bueno, desde ahora Onur va a ser nuestro, ya que no encontramos a su dueño.

¡Sí! Ya tenía un hijo con ella, bueno, no es hijo pero es nuestro, es de las dos.

-Es nuestro- susurré y sonreí.

Después de comer salimos un rato afuera a tomar aire y a recolectar un poco de madera, en la habitación había una pequeña chimenea y la íbamos a prender para que no tuviéramos frío.

Después de unos minutos volvimos adentro y vimos que Onur ya se había despertado, Hürrem colocó las ramas en la chimenea y las prendió, no sé cómo, pero las prendió.

-Esto nos mantendrá caliente durante la noche- dijo.

Después cerramos la puerta de la casa con seguro y corrimos un mueble, no queríamos que algún animal entrara, luego cubrimos la ventana rota con una sabana que encontramos.

Fuimos a los aposentos, al llegar agarré dos almohadones y los puse cerca de la chimenea para poder sentarnos. Onur se subió a la cama y se rescotó allí.

Hürrem en vez de sentarse, se acostó.

 -Estoy cansada para estar sentada, por eso me acosté. Mejor recuéstate aquí.

Me senté junto a la chimenea, ella trataba de mantener los ojos abiertos, luchaba contra el sueño al igual que yo. Pero debíamos mantener el fuego prendido, el cansancio parecía querer ganar la batalla.

Ella se acomodó a mi lado, abrigándose con las sabanas y pegándose a mí. Me recosté a su lado mirándola, era algo tan lindo, el calor de su cuerpo pegado al mío, ella acurrucada a mi lado, y yo con la oportunidad de mirarla sin tener que apartar la mirada de ella.

Es mi amiga, mi amiga... pero debía admitirlo, la quería, la adoraba, estaba enamorada de ella... No, no podía ser. Esto no podía ser, no estaba bien, ella no me correspondería, ella es... es normal, es perfecta, no era justo perjudicarla.

M: 17/05/24

Enamorada de EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora