Capítulo 3: Bienvenida no tan amistosa

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Ahí estaba yo, en lugar lleno de nieve y frío, una pierna herida y mis manos arañadas por las feroces garras de ese tigre blanco

Y solo con un pedazo de madera con filo en mis manos, rodeados de los que según leí sería jabalis, sus ojos rojos reflejan su instinto asesino, por el frío no debieron de encontrar comida, eso explica el débil estado de la tigresa blanca

De pronto uno de ellos rugio, y comenzó a correr hacia mi, me sorprendió un poco la rapidez con la que se movía

Recibi una embestida de lleno en el estómago, sentía como sus cuernos se clavaban en mi abdomen

El dolor era insoportable ya que con mi cuerpo evitaba que sus dientes me mordieran

La desesperación por comerme se veía en sus ojos y sus constantes intentos de morderme

Yo solo movía mis pies para atrás sintiendo como mis heridas se abrían mientras más lo evitaba

La sangre de mi pierna cayó sobre su boca y eso atrás lo al resto, oi también unos rugidos, venían de la chica monstruo con la madre tigre albino

...Esperen, ¿Le acabo de poner otro nombre a un tigre blanco? Deberían ponerle nombre más moderno a ese término... ¿Apodo sonará bien?

-¡Espera! ¡Por que porque pierdo el tiempo pensando en eso!-

Empecé a clavar la madera afilada en la nariz de la bestia

-GUIII!!~- fue el rugido que saco de su boca, un sonido desgarrador que reflejaba el dolor que sentía, pero de pronto

-GRUII~!- otro rugido y de pronto otros tres de esas bestias se acercaron ami, parece que el olor de la sangre de su amigo también los atrajo

**MORDISCO**

-ACK... GRRH- Mi mano estaba siendo mordida por al otra bestia, mientras sostenía desesperadamente la que seguía clavando con mi otra mano en la nariz de la otra bestia

Pero el resto de sus amigos también se me acercaron, y estuvieron apunto se morder mis pies, al notar eso comenze a mover las por todas direcciones

Alcance a ver de reojo como la niña esa extraña tenia problemas con dos de esas bestias, tenía garras, pero al parecer tenía miedo de usarlas

... lo peor es que verla ahí me hizo recordar una de las cosas que me enseñaron en Esparta

"Siempre protege a una mujer si esta es arrinconada", uno de los principios que me enseñaron la mujer que me crío durante mi último año de juventud

Es una estupidez que lo piense ahora, ella es una cosa extraña que de seguro viene del Hades, si me involucro con ella sería como un insulto a Ares el Dios de la guerra

Además tenía mis propios problemas, las bestias no dejaban de acercarse a mi y tratar de devorarme

Solo me quedaba empujarlos sujetando sus cuernos con mis manos desnudas, pero su fuerza superaba mis capacidades

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