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Dafne Romanov

Al fin ya era la hora de irme de la oficina.

Claramente me llevaria mi tableta por si la inspiración fluia.

-Adiós- me despedi de Ashley y subí al piso de Ulises

-Hola Mario-

-Hola Luigui- me abrazo

-Tú hombre esta ahí adentro- asentí para entrar a su oficina

-¿Se puede?- asome mi cabeza nada más

-Para ti siempre- sonreí para entrar a su oficina

-¿Ya estas lista?- asentí

-Vamos entonces- el apago su ordenador y me tomo de mi mano

-Vamos a casa- sonreí para dejar que me besara

-Vamos a casa- susurre para salir con él

-Nos vemos mañana Mario-

-Hasta mañana chicos- le sonreimos para irnos en su elevador

-No puedo dejar de abrazarte- sentí como Ulises me abrazo por mi espalda

-Me gusta que seas así- lo mire por el reflejo frente a mi

-Quería ser así de cariñoso contigo hace mucho, pero las circustancias nos separaban- asentí

-Pero ya al fin podemos estar juntos- el beso mi cuello

-Jamás quise a alguien como te quiero a ti- mi sonrisa no la podía borrar por todo lo que él me dice

-No tengo ropa en tu casa- salimos tomado de la mano de su elevador

-Podemos parar a comprar algunas ropa- asentí

-Si no te molesta-

-Para nada preciosa- el sonrió

-Hasta mañana- nos despedimos del chico de seguridad

Ulises me abrió la puerta del pasajero y me dejo subirme primero

-Gracias-

Cuando se subió encendio el auto y nos fuimos.

No podía dejar de mirarlo.

-¿Ocurre algo?-

-No solo que todo parece un sueño que tengo miedo de despertar- el tomo mi mano y la llevo a sus labios

-No es un sueño- dejo besos continuos en mi mano

Llegamos a un centro comercial en donde nos bajamos juntso de la mano.

-Compra mucha ropa así te puedes quedar más tiempo- reí negando

-Estas loco-

Nuestra primera parada fue en Victoria Secret.

-Oh amor, este- levanto una tanga roja

-Por Dios las puedo usar, pero me hacen sentir mi ultimo suspiro de vida-

-Perfecto lo compraremos- negué riendo

-Oh amor, aquí esta su sosten- señalo uno rojo

-No importa que diga lo quieres- el asintió para ponerlo en la canasta

Elegi unas bragas que estaban en descuentos junto a sus sostenes.

Iba a pagar, pero el se me adelanto.

-Sabes que podía pagar por mi ropa interior- cruce mis brazos

-Es la primera ropa interior que te pago y definitivamente hoy quiero verte con uno de ellos- reí negando

Romanov | Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora