Capítulo 23. ¿Cita o cena? III

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POV ATENEA 

Después de que le dijera a Afrodita y a Démeter todo lo del embarazo, me preocupé más todavía por ella. Todos los días la veía por Hefesto TV, sin que nadie se diera cuenta, claro. Había veces que salía disparada al baño, sin ninguna razón y a la noche cuando se iba a dormir, cuando sus hermanos estaban dormidos, se iba al baño a llorar y vomitar. A partir de ahí, si que me preocupe, por que son síntomas de un posible embarazo. Pero necesitaba tener la charla madre-hija que tienen todos los adolescentes cuando llegan a cierta edad, solo que la nuestra tendría mas sentido. Me propongo decírselo hoy. 

Estaba pensando sobre eso, cuando una carta de Afrodita, me aterrizó en la cara. La cual decía:

Queridísima Atenea: 

Creo que necesitas llamar a Annabeth para explicarle su 'defecto hormonal' que heredó de ti. Te tengo reservada una mesa  a las seis en el Olympus Restaurant. A tu hija ya se los he dicho, así que no desperdicies la oportunidad

Que lo disfrutes,

la más hermosa, más bella, más guapa, más delicada... y la más cuidadosa de las diosas

Afrodita

Por primera vez, desde que tenía memoria, creo que Afrodita hizo algo adecuado para mi. Lo cual agradecí y decidí decírselo más tarde, cuando la viera. 

Mala idea...

A las seis menos cinco de la tarde ya estaba en el lugar citado. A las seis entró un hombre que yo reconocía y era la última persona que esperaba encontrar. Vestía unas bermudas blancas y una camiseta con flores. Os doy una pista empieza por P- y acaba por -oseidon, dios de las mareas y padre del insoportable novio que tiene mi hija. Cuando me vio se sorprendió, pero se sentó frente a mí de todos modos.

-Hola, no esperaba que vinieras- saludo Poseidon

-Hola- le devuelvo el saludo- ¿Y por que no esperabas que yo viniera aquí? ¿Y que haces aquí?- le pregunto

-Por que no pensé que vendrías aquí para estar conmigo, mi hijo y Annabeth; pensé que ignorarías a Afrodita, como haces siempre. Y he venido aquí para reunirnos con nuestros hijos, Percy y Annabeth-

En ese momento pensé que no se lo agradecería a Afrodita.

-En realidad, yo pensaba que estaríamos solas, mi hija y yo- dijo Atenea

-Pues lo siento, pero tendrás dos intrusos. Además no tendrás secretos para mí, ni para tu futuro yerno, no???- le chicha Poseidon, con su sonrisa. 

Estaba a puntos de responderla cuando llegan dos adolescentes. Uno ojos color del mar y la otra gris tormentos. El chico con el pelo color negro azabache alborotado y la chica con un pelo rubio rizado, que le da imagen de princesa. Claro la chica es Annabeth, una de mis hijas mas inteligentes, y el chico no es otro que Percy Jackson, el monigote que tiene mi hija como novio. Ambos están riéndose por algo, pero se callan cuando nos ven. Se acercan y se sientan cada uno al lado de su padre

-¡Padre! ¿Qué tal se encuentra Bessi? ¿Y Tyson?- saluda Percy, luego vuelve la atención a Atenea- Hola Atenea-

-Hola mama, buenas tardes Poseidon- saluda Annabeth, sonriendo

-Hola chicos- saludamos Poseidon y yo a la vez, aunque luego Poseidon se acerca a abrazar a ambos. 

Pedimos una merienda para picotear, pero la comida de Poseidon y Percy es azul, lo que es extraño y divertido a la vez.

Comimos en silencio, bueno, quitando los piropos que se echaban Percy y Annabeth mutuamente. De acuerdo Atenea, es el momento me dije a mi misma

-Annabeth cielo, necesito hablar contigo- le digo

Los Héroes del Olimpo. ¿Verdad o Atrevimiento? ~Editada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora