1 2

791 104 13
                                    

—Es que no lo entiendo, dijiste que me querías, ¿Por qué ahora estás así? —Cuestioné dolida

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Es que no lo entiendo, dijiste que me querías, ¿Por qué ahora estás así? —Cuestioné dolida.

—Estas todo el tiempo junto a mi, me molesta que quieras estar conmigo cuando necesito hacer cosas de alcalde.

—Pero sólo quiero ayudar.

—No quiero tu ayuda, Roxanne, ve afuera con mis hijos y hagan lo que sea, yo tengo que irme al trabajo. —Luzu salió de la casa y yo me quedé sola en la habitación.

No duró mucho ya que la hija de Luzu, Tierra, vino conmigo.

—No te preocupes, Rox, papá solo está estresado por su nuevo trabajo. —Me dijo acariciando mi cabello.

—Yo sólo quiero estar junto a él, ¿Por qué no me deja estarlo?

—Bueno, yo también quisiera pasar tiempo con él, y con mis hermanos... bueno, con Fuego, que es el único que queda con vida. —Murmuró haciendo una mueca triste. —Pero papá dice que nos va a separar, ya que Quackity ahora está haciendo una revolución contra él.

—¿Quack...? —Aquel sentimiento triste llegó a mi pecho, haciéndome doler hasta el estómago.

—¿Te sucede algo? —Preguntó la morena.

—Me siento... rara. —Dije sentándome en la cama de Luzu.

—Oh, que linda pulsera. —Dijo la fémina sujetando la pulsera. —¡Auch!

—¿Qué pasa? —Pregunté asustada por su reacción.

—M-Me quemó. —Dijo mirando sus dedos.

—¿Cómo que te quemó? —Toqué la pulsera pero nada me pasó. —Quizás solo fue un poco de electricidad o algo así.

—Oh, si, a lo mejor es eso. —Dijo no muy convencida. —¿Me acompañas afuera para comprar algunas cosas?

—Si claro, vamos.

Ambas salimos de la casa de Luzu, y fuimos al pueblo para comprar las cosas que la niña necesitará. En el camino nos encontramos a Luzu, quién me ordenó que regresará a su casa y me quedara ahí, mientras que a la morena le ordenó seguirlo.

No tuve de otra más que ir a la casa de Luzu, guiándome cuál robot.

Para cuando estuve cerca, escuché un par de voces.

—Nombre' padre, pues aquí nomás andamos viendo la casa de este traidor.

—P-Pero Quackity, ¿Por qué tus primos llevan armas? ¡No me apunten, soy bueno!

—Este luchador ta' bien raro, vamos a darle paz al padre, paz en sus manitas, paz en sus piernitas, y ¡Paz! ¡Lo matamos! —Exclamó una voz desconocida, quién luego se soltó a reír con otro.

—Ya guarden el fierro, tenemos compañia. —Dijo Quackity girandose hacia mi. —Roxanne.

—¿Qué hacen aquí? —Pregunté tratando de ignorar el sentimiento de tristeza que tenía.

H Y P E   B O Y   Where stories live. Discover now