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¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que vio a Lionel? Una eternidad, un año, quizás solo unos pocos meses,  definitivamente eso no importaba mucho, Messi era un tema superado en su vida y eso no debía de afectar en su partido, ambos eran adultos bastante mayores y maduros emocionalmente como para poder verse las caras después de aquella ruptura...

O eso era lo que quería pensar.

En realidad estaba tan asustado por el enfrentamiento que llevarían acabo en cuestión de minutos, de alguna forma u otra estaba seguro que los sentimientos por Messi se habían esfumado, pero aún así había algo que no le dejaba tener demasiada fé en eso.

— Cálmate imbecil — Se dijo así mismo en un tono bajo mientras terminaba de arreglar su cabello.

Sus manos temblaban ligeramente sin sentido alguno, en verdad quería salir corriendo de allí, y lo peor era que seguramente Messi se encontraba de puta madre, haciendo bromas con sus compañeros y seguramente hablando mal de su equipo.

— ¡Ochoa! — Grito Lozano logrando captar la atención del de rizos — ¿Qué pedo contigo? Ya tenemos que salir — Guillermo noto como el vestidor ya se encontraba totalmente vacío ¿Tan mal estaba? — Órale mijo —

Lozano dio unas cuantas palmadas en la espalda de Memo dándole ánimos, y este rápidamente salió del sitio sintiéndose un completo estupido.

Por otro lado, Lionel Messi se sentía tranquilo, claramente se había tenido que tomar unos 200 mates para tranquilizarse, pero de resto, todo bien.

Toda la situación que estaba apunto de vivir le parecía graciosa ¿No era muy cliché volver a ver a tu ex el cual aún amas, y todo solo porque son rivales en un partido del mundial? No, definitivamente no, y eso era lo más raro.

— Pero quita esa cara Lio — Habló el Kun Agüero dándole algunas caricias en el pelo, intentando animarle de esa forma — Pareces pelotudo —  Quizás no era el mejor animando a la gente.

Lionel no pudo evitar soltar una pequeña risa.

— ¿Gracias? — Respondió con una sonrisa

El kun no alcanzo a responderle cuando se les dio el aviso de que el partido ya iba a comenzar, y fue entonces cuando su corazón se aceleró, y toda esa calma que había conseguido se le había escapado en cuestión de segundos.

Ambos equipos llegaron a la chancha provocando gritos por parte de los aficionados, Ochoa evito totalmente cualquier cercanía con Messi, mientras que el argentino buscaba saludarle de todas las formas posibles, cosa que en su momento no pudo conseguir.

En cuanto terminaron los himnos se dio inicio al partido, Lionel pudo tranquilizarse, más que todo por su ego, además tenía una meta clara, y eso era ganar, quería meter el primer gol para que Ochoa se fijara en él y no lo ignorará, y el milagro se le dio justo en el segundo tiempo.

Y claro, Memo se sentía completamente culpable, porque siempre que veía a Lionel tan de cerca sus piernas comenzaban a temblar, dejaba de escuchar todo a su alrededor y su mirada solo se concentraba en el cuerpo del contrario, y no en lo verdaderamente importante, el maldito balón.

Se maldijo a si mismo cuando el segundo balón entro en su portería, y se quiso matar ahí mismo cuando el árbitro dio el último silbido anunciando que el partido había terminado.

Se sentía tan mal que quería irse al hotel y simplemente encerrarse hasta el próximo partido, quizás era bueno matarse, probablemente cancelaran el mundial, o les dieron directamente el título de ganadores a los mexicanos ¿Premio doble?

Y por estar quejándose mentalmente no noto que aquel argentino que lo estaba volviendo loco corrió hacia él.

Y aquel apretón de manos lo saco de su realidad para entrar a una donde solo existían ellos dos, sentimiento que siempre había sentido cuando se encontraba con Lionel, pero claro, eso fue en el pasado, entonces ¿Por qué nuevamente le sucedió aquello?

Sintió como el apodado mejor jugador del mundo lo abrazaba, y torpemente el hizo lo mismo.

— Lo hiciste bien Guille, no te mortifiques tanto — Dijo Lionel y a Ochoa le pareció tan descarado ¿Cómo podía hablarle así como si nada? Pareciera que para el nunca hubiera pasado nada — En verdad, estuviste bien, levanta esa carita ya — Soltó una pequeña risa al terminar de hablar.

Ochoa se sentía tan lejos de ese plano astral, no entendía que estaba pasando.

— Gracias — Respondió de manera rápida, dejando una pequeña caricia en el cabello de Lionel para después salir corriendo, de la misma forma que lo haría un niño asustado.

— Pelotudo — dijo con una sonrisa realmente estúpida, de esas sonrisas que solo los enamorados tienen.
































No sé tomen esto muy enserio, ni yo sé qué verga.😭

Pido perdón por cualquier error de redacción o ortografía, me da paja revisar eso.

Love me again - Ochoa x Messi Where stories live. Discover now