2. Cuando me conociste

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Tras el silencio que se formó por las palabras de Chifuyu, Baji quiso sonreír, amaba cuando Chifuyu lo animaba, aunque era consciente del escenario, y que seguro no era ahora Chifuyu quien le tenía que dar seguridad a él sino al revés. - Lo siento, eso no responde a tu pregunta, quiero decir, supongo... - Dijo tomando la mano de Chifuyu quien estaba al lado suyo, cinco centímetros más lejos de los de costumbre, que se sentían como una eternidad, encontrándose de nuevo con aquel vacío de respuesta. Dejando de lado a sus antiguos amores, y de lo que alguna vez fue, trato de hablar de lo que tenían ahora. Inhalo fuertemente antes de hablar, juntando un coraje ausente ante un tema sin hablar posteriormente, porque a Chifuyu le había contado todo de sus antiguos amores, pero no de como se había enamorado de él - Pensaba que era tan jodidamente irresistible cuando me conociste - Dijo con una sonrisa a medias al recordar aquellos días, acariciando la mano de su amante, contagiando a Chifuyu en un intento de sonrisa, cosa que levantó un poco los ánimos de la habitación, sonrisas melancólicas, de esos recuerdos que te pellizcan en las mejillas y terminas sonriendo inconscientemente.

Y aquellas palabras eran reales, porque nunca antes le había importado la escuela ni las etiquetas que le colocaban, el mundo era su reino, sobre el cual vivía lleno de gracia junto a sus amigos, hasta aquel incidente en la tienda de motocicletas. Entonces se vio golpeado con la realidad social, y se vio obligado a ponerse en buenos términos con el colegio, por su madre, entonces se dio cuenta de sus carencias, de lo que le faltaba para estar al nivel académico que le exigía la sociedad.

Entonces apareció Chifuyu, con sus comentarios tranquilo que no sonaban como bruscas correcciones, sino como tontas sugerencias- Cuando tenía trece años - Continuó hablando Baji, evocando antiguos recuerdos, de los primeros días de instituto, cuando se vieron por primera vez - Finalmente comencé a sentirme como una persona real ¿sabes? Como un ser humano - Dijo Baji, admitiendo que tanto como cuando sangras recuerdas que eres mortal, cuando fallas y caes, recuerdas que eres tan débil como todos los demás y no importa toda la parafernalia detrás todos somos iguales de débiles, de seres perdidos en busca de algún sentido. Y admite solo para él, que realmente no sería consciente de lo débil y a la vez fuerte que era gracias a Chifuyu, porque nunca nadie antes le había mostrado ser capaz de aguantar tan bien los golpes e insultos y seguir de pie, gritando por lo que creía justo (inocente niño que cree en la justicia y bondad del mundo) pero a la vez llorar por ciertas canciones o conmoverse por el filo de un libro. Aquellos sentimientos demasiado nobles para los ojos de Baji, que sin darse cuenta se apropio y terminó tarareando aquella tonta canción de Mitski cuando se encontraba solo.

-Guardo el tipo de secretos que la gente real guarda, digo el tipo de mentiras que la gente real dice - Dijo mirando el suelo de su habitación, incapaz de volver la mirada a los ojos del menor, se sentía demasiado cobarde para hacer aquello más profundo, al carajo, él no era ningún cobarde, levantó la cabeza, encontrándose con los ojos de Chifuyu, mierda demasiado profundo, mar de sentimientos ignorados - Y lo más emocionante de todo... amaba como creía que la gente real amaba - Baji habló con el corazón descubierto, en sus manos mostrándole a su amante como corría el ritmo de su sangre, solo Chifuyu y las cuatro paredes presentes. Él nunca fue de hablar de sus sentimientos y vivió contento con ellos gran parte de su vida, pero Chifuyu era completamente contrario a él y no solo expresaba sus sentimientos constantemente, sino que también tenía la urgencia de la reciprocidad en ese ámbito, necesitaba que Baji, le exprese que sentía, cómo se sentía y ahora parece que necesitaba también un porque. Y tanto como en su momento tuvo que buscar una respuesta a que sentía por Chifuyu, ahora se encontraba en otra búsqueda, y aquello era totalmente nuevo, un terreno completamente desconocido, nunca había llegado tan lejos, nunca nadie le pidió que parase, que piense que sentía, cómo se sentía, y peor aún que lo exprese de manera no violenta, Baji no sabía si eso era el amor. Todo aquello iba un poco más allá del deseo y la atracción, y nunca antes se vio obligado a ir más allá. Pero ya habían pasado ya siete meses de relación con Chifuyu, y el menor en todo ese tiempo le había mostrado otra forma de amar, otra forma de vivir, poniendo de cabeza todo lo que alguna vez había conocido, haciéndolo cuestionarse lo que él llamaba amor y romance.

En ese momento, que no saben realmente cuando comenzó, cuando el amor se convirtió en una decisión, pasada aquella caída temporal del ego al que llamamos enamoramiento, que lo tenía suspirando por el rubio, cuando los muros volvieron a levantarse y tenía que decidir si Chiufyu se quedaba o no dentro de su corazón.

Baji era un completo desinteresado por los romances de secundaria, al contrario de Chifuyu, quien se la pasaba leyendo historias de amores perfectos y enamoramientos eternos y soñaba con tener uno alguna vez, un romántico empedernido que tenía muy claro que se quería casar y adoptar tres gatitos más. Al comienzo de su amistad, Baji más de una vez burló del menor, quien profeso que soñaba con alguna vez tener un amor tan lindo como en los mangas que leía, al contrario de llevarle la contra a Baji, Chifuyu, tal vez en un acto de "respeto" por él, hacía oídos sordos a sus comentarios y continuó, con la angustia y ansiedad apretando su estómago por la incertidumbre que le daba el mundo, pero con la frente en alto y el corazón oculto.

En un comienzo, Chifuyu tras quedar flechado por el mayor, creó la ilusión de un amor perfecto. Pero su castillo construido en las nubes de puras ilusiones, se derrumbó muy rápidamente, ya que Baji dijo con simpleza una vez "Yo no quiero salir con nadie, no me interesan esas cosas" dijo cuando Ryusei (consciente de los sentimientos de Matsuno) le preguntó a Baji a la salida del colegio si le gustaba alguna de las chicas de su salón, ya que se acercaba San Valentín.

"Claro, lo siento lo olvide ¿Y tu novio Baji? ¿Cómo la está pasando en la correccional?" Dijo aquella vez Ryusei con tono burlón, tentando contra su vida. Chifuyu no terminó de entender las palabras de los otros dos cuando Baji ya había estampado a Ryusei contra la pared y tomado del cuello con una mano, apunto de atinarle un golpe directo a su boca para callarlo, pero no lo hizo "Lo siento hombre, tema delicado" Dijo Ryusei en un intento de evitar las consecuencias de sus desconsideradas palabras.

Baji lo soltó sin decir nada tras unos segundos, acomodó su mochila y dijo "No vuelvan a tocar el tema" Mirando a ambos; con lo que se podría decir odio. Chifuyu injustamente se sintió culpable, a pesar de no haber dicho palabra alguna, vio a Baji irse solo al mismo tiempo que sus esperanzas de un romance de instituto con su capitán se derrumbaban. Esa tarde se quedó a ayudar a levantarse a Ryusei y retarlo por la insensibilidad de sus palabras, sin saber realmente de qué hablaba. El chico moreno se encargó de poner a Chifuyu al tanto de lo que él sabía de la relación de Baji y "Tora", un primer acercamiento a los antiguos amores de Baji.

Las ilusiones se vieron obligadas a guardarse más adentro, pero lamentablemente no a irse, cosa que lastimaba al recordar que Baji no solo ya tenía a quien amar sino que era muy improbable de que Baji se fije en él, muy improbable, pero no imposible y esa tonta esperanza aunque un poco agridulce, lo mantenía vivo, porque creía que podía vivir aunque Baji no le corresponda, mientras este a su lado, él era feliz ¿no es así?

Pobre niño, desesperado por la urgente necesidad de sentirse amado.

-Nunca me quedaba en ningún lugar, perpetuamente en el proceso de ir a algún lado- Continuó Baji, sacando a Chifuyu del espiral de recuerdos que había desatado el recuerdo de cómo comenzó todo, obligándolo a volver a la pequeña habitación de paredes color mármol.

Antes, y tal vez aún ahora, Baji iba de aquí a allá, buscando en los paseos de motocicleta y en peleas callejeras respuestas a preguntas sin plantear, algo que lo haga sentir realmente vivo. Cuando las respuestas estaban allí enfrente suyo, tal vez demasiado cerca para ser consciente de ellas.

Cuando Chifuyu conoció a Baji, se enamoró de aquella temeridad y fieros ojos que llevaba el mayor, Chifuyu quería estar a su lado, pero aunque intentase seguirlo siempre, había veces que no podía seguirle el paso, corría en un intento desesperado de alcanzarlo, más de una vez tropezó, pero no se rindió, toma un momento para respirar y al camino otra vez, sin importar el dolor en los pies o como le apretaba el pecho por la falta de aire (por la falta de amor) pero nunca se rendía aunque doliera tanto a veces.

Siguió a Baji tanto como pudo, pero todos tienen un límite, hasta los más leales y los más enamorados.

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