14. Te estás ganando una patada en la pompis

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¿Quiénes felices por esta actualización?


Han

—¿Cómo es que una persona con un IQ más alto de todo el instituto, puede olvidarse llenar de gasolina su motocicleta? —escucho la pregunta con un tono irónico a mi derecha.

Giro mi cabeza con timidez hacia la chica de ojos bonitos.

Observo el rostro de Leah con una ceja alzada y los brazos cruzados sobre su pecho. Por el tono que usa, me doy cuenta que se está burlando de mí, así que opto por sacarle la lengua en un acto de completa madurez por mi parte, obviamente. Ella rueda los ojos y no me queda más opción que dedicarle una sonrisa nerviosa.

—Íbamos a llegar tarde a la fiesta.

—Las fiestas no tienen hora de llegada, en realidad.

—Nos hubiésemos quedado sin bebidas.

—Me da un pesar de sólo imaginarme no haberme podido emborrachar como el noventa por ciento de los que estaban ahí —continúa con su sarcasmo.

Detengo mis pasos junto a la moto y Leah hace lo mismo.

—Bien. Quise recogerte y olvidé por completo llenar la gasolina.

Finalmente, la pelinegra esboza una sonrisa complacida.

—Y la verdad te liberará —termina por decir.

Vuelve a darme la espalda y continúa su camino sin rumbo. La verdad estamos un poco lejos de cualquier gasolinera o parada de autobús para poder llevar a Leah a su casa. La muchacha tampoco ha comentado nada al respecto sobre regresar con su hermana.

Siendo sincero me sorprendió el hecho que respondiera con un "sí" a mi propuesta sobre irnos de la fiesta y pasar tiempo juntos en estas horas de la noche. Quería pensar que Leah ya no sentía ningún tipo de incomodidad al tenerme cerca y eso provocaba unas locas sensaciones en mi pecho. Elijo creer.

—Oye, quarterback.

Al instante que escucho su voz, fijo mis ojos en ella. Dios, que mal estoy.

—¿Qué sucede?

Inclina su cabeza hacia adelante en una dirección desconocida. Dirijo la mirada hacia donde me dice y me doy cuenta que a unos metros hay una pequeña tienda de bebidas, la cual obviamente estará abierta un fin de semana.

—Ya que nos perdimos las bebidas... —espeta divertida— Hagamos nuestra propia fiesta.

—¿Aquí?

Leah se encoge de hombros.

—Ya vuelvo —dice.

—Dame unos minutos para aparcar la moto y te acompaño.

—¿Me vas a proteger? ¿De qué? ¿De la botella de ron?

—Sólo dame un segundo, enana.

—Me hago vieja esperándote. Cuida tu moto. Ya vuelvo.

—Leah...

Pero claro está que la pelinegra ignora mi pedido. Camina de manera despreocupada al interior de la tienda y estoy agradecido de que el lugar esté lleno de grandes ventanas porque de esa manera puedo cuidar sus movimientos desde el exterior.

Saco el celular de mi bolsillo derecho y me doy cuenta que es la cuarto y media de la madrugada. No encuentro ninguna persona por la calle, seguramente todos están de fiesta o disfrutando el fin de semana en casa. El pensamiento me hace a recordar lo que hice unas horas antes y le envío un mensaje a Theo.

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⏰ Last updated: Aug 28, 2023 ⏰

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Quarterback, fuck you [Español] | En cursoWhere stories live. Discover now