Dicen que es posible viajar en el tiempo y quedarse ahí ¿Será eso verdad o solo otro tonto cuento más? pues eso mis amigos, Messi y Ochoa lo descubriran.
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El minuto 55 del partido había llegado y habían marcado penal a favor de Polonia, él que iba a tirar era Lewandowski.
- Ay, espero que Memo logré atajarlo - Dijo el argentino de 35 años.
- Che ¿Pero por qué no confían en él? -
- Pues, huh, digamos que es una larga historia -
- Mira, ya van a tirar -
Ambos argentinos estaban pegados a la pantalla, esperando que el portero parará aquel penal.
- ¡Ahí viene Lewandowski, Lewandowski! - Se oía en la televisión, entonces patearon el balón.
Y milagrosamente Memo logró parar el balón del jugador polaco, quitándole la oportunidad de tener el gol.
- ¡DALE, MEMO PARO EL BALÓN! - Dijeron ambos argentinos emocionados por esa gran atajada.
Ambos se veían felices, y aunque el jugador de 35 no le tenía tanta fé, se emociono.
- Vaya, debe ser uno de los mejores porteros del mundo - Exclamó el Messi menor.
Ambos se miraron por un momento hasta que él mayor hablo.
- ¿Quieres más chocolatinas? -
El resto del partido concluyó normal, ni un solo gol de cualquier equipo, así, quedando México y Polonia empatados 0-0
- Vaya, Memo te quiero, pero superaste mis jodidas expectativas - Dijo el argentino mayor, aún sorprendido porque había logrado pararle un penal a Lewandowski.
- Es un buen portero, bueno, más o menos, al menos no le metieron goles al equipo -
- Memo perdóname, ahora te amo más - Dijo mirando al televisor.
Después de como una hora el mexicano había llegado con los argentinos, feliz por la tremenda parada que le dio a Lewandowski.
- ¡Memo, jugaste re bien! - Dijo el argentino de 35 años yendo a abrazar al mexicano.
- Aww gracias, pero, no me tenías fé ¿Verdad? -
- Fuaaa ¿Qué decís? Obviamente tenía suma confianza en vos, sabía que lo lograrias -
El mexicano correspondió el abrazo del contrario, riendo levemente.
Todos estaban aburridos, hasta que él mexicano propuso una idea.
- Oigan ¿Y si vamos a un restaurante? Sinceramente ahora mismo no tengo nada que hacer -
- Suena bastante bien, yo me apunto - Dijo el Messi mayor, el mexicano y al argentino miraron al menor, esperando una respuesta positiva, aunque no se atreverían a dejar solo al menor, pensaban que sería peligroso.
- Dale, me apunto ¿Por qué no? -
Ambos le sonrieron al menor y le pasaron una gorra, así los tres saliendo para encontrar un restaurante
