1 Sin saber (A)

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Todo lo que veo esta en negro y grietas a punto de abrirse. En el borde de la desesperación, aparece una silueta en blanco, esa silueta es como la mia, pero comienza a deshacerse para formar una malefica sonrisa en ese lugar lleno de oscuridad.

Me sobresalto de una especie de maleta con una colcha dentro, intentando imitar una cama. Me llevo una mano al pecho agradeciendo que solo fuera una pesadilla, pero al observar mi entorno veo que esta es la verdadera pesadilla, cuantro paredes y una puerta sellada.

En el suelo habia una silueta tumbada, intenté levantarme de la "cama" sin marearme. Nada mas levantarme de la "cama" la silueta se comenzó a mover en un intento de despertar, me acerqué lentamente a la silueta, y ví una hermosa chica, cabello castaño claro largo como el chocolate de leche, llevaba una camiseta corta y rota en la parte de la espalda, revelando una larga S como si fuera una serpiente, vaqueros negros largos y rotos.

Era bella fisicamente pero su rostro estaba cubierto de marcas. La lleve a la "cama" y busqué en esas cuatro paredes si habia algo con lo que podria
curarla.

Estuve buscando y lo unico que encontré fue un pequeño espejo para llevar en el bolsillo, me miré en el y ví mi cabello corto negro, y como llevaba una sudadera naranja con capucha, ojos marrones oscuros, y mis vaqueros azules marinos cortos y rotos. Iba descalza y uno de mis dedos tenia una raja blanca.

Me acerqué a la chica guardandome el espejo en los bolsillos de la sudadera. Ella comenzó a reaccionar, y ví dos preciosas esmeraldas que sintierón temor al verme.

-¡¡¡Ahhhhh!!!

-¿¿¿¡¡¡Quién eres!!!???

Extendí mi mano hacia ella, ofreciendole ayuda. Parece dudar, pero aun así agarro mi mano, y la ayudo a levantarse

-¿Porque no hablas?

Comenzé a mirar a mi alrededor, veo como vuela una hoja y cae al lado de una pluma con tinta. Agarro la hoja y la pluma con tinta y escribo:

-Soy muda

Le mostré el papel escrito a la chica de la gran S.

-Ya veo

-Oye, ¿Tu sabes quien eres y que haces aqui?

Negué con la cabeza, lo unico que sabía era que tenia una A bordada en mi brazo.

Señalé su espalda del que desprendia aquella S en forma de serpiente

-Es una marca que no se porque, pero ahí esta. Dijo y parecia que le daba rabia hablar de esa marca

La chica decia algo que no escuché porque comenzé a oir fuertes pasos aproximandose donde estabamos.

Agarré su mano con fuerza, y una luz desprendió de nuestras manos unidas.
La puerta sellada comenzó a agrietarse, hasta que fue atravesada por una hacha, mi vista se volvió borrosa, la chica S se encontraba en el miedo, me abrazó como si yo fuera su escudo entre pequeñas formas blancas que se encontraban a nuestro alrededor.

Terminé perdiendo el conocimiento, la figura blanca identica a mi volvió a aparecer, esta vez habia en presencia el calido abrazo de S y aquella figura permaneció sin desaparecer, mirandome fijamente sin ninguna malevola sonrisa, por alguna razón sentía odio al ver a esa figura, como si fuera mi archienemigo, la figura se convirtió en un arbol de cerezo, pero sus petalos eran morados, y el árbol estaba rodeado por hierbas y flores violetas, ví una imagen en mi mente de alguien colocandome una violeta en mi oscuro cabello, eso hizo que sintiera un relampago subir por mi espalda, como si aquello fuera importante.

Comenzé a sentir como alguien me agitaba el hombro. Abrí lentamente los ojos pensando que esa persona era un monstro, en cambio ví a una chica diferente a S, su cabello era entre rubio y moreno, su pelo era media melena y estaba atado a una goma formando una coleta alta, ojos azules claros como ese cielo que parece que no he visto en una eternidad, llevaba en el pie izquierdo un zapato rojo intenso, por otra parte su pie derecho solo tenia un calcetín negro, el mono negro que llevaba puesto tenía un circulo azul como si le hubiera caido un bote de pintura, camiseta gris con manchas verdes y tenía una C en su mejilla.

-¿Estas bien?

-Has aparecido de repente, como si fuera magia.

Y ella tenía razón, no estaba en esas cuatro paredes, sino en una especie de comedor abandonado.

Un momento, ¿Donde esta S? ¿Se habra ido sin mi? No creo, ya que parecia demasiado asustada con aquella hacha, no daria ni un paso lejos de mi después de lo que a presenciado.

Me levantó y busco en mis bolsillos, ni rastro del espejo y la hoja con la pluma.

Asentí respondiendo a su anterior pregunta.

-Puedes llamarme C.

-¿Cual es tu nombre?

Acto seguido de esa pregunta, comenzé a sentir dolor en el brazo como si tuviera fuego, me remango la manga y veo que mi ardor proviene de mi A, pensé en lo que ocurrió, ¿Porque salieron esas formas blancas de nuestras manos? C a mencionado la palabra magia, pero eso es surrealista, debe de tener una explicación todo esto

Olvidé la presencia de C por un momento

-Asi que A, ¿no?

La miré y asentí

-Bueno, acompañame ya que no eres una fanatica de las palabras

-Tengo un refugio, asi que no te pienses que alguien nos atrapará, encontré a otra chica antes y no esta muy estable, si sabes como curar heridas podrias ser una buena ayuda, sigueme.

La seguí hasta una grieta en la pared de ese comedor abandonado.

-Pasa con cuidado por aqui

Pasamos por la grieta y al salir ví un paisaje mucho mas colorido, todo era hierba, arboles, una fogata con una tienda de campaña que parecia pertenecerle a C, pero lo que mas me llamó la atención fueron dos árboles de cerezos, uno tenia petalos de color naranja como el fuego, y el otro tenía los petalos de color morado, como aquellas violetas de mi sueño.

Habia una figura en el árbol de petalos naranjas, era S, me acerqué a ella pero como bien dijo C, no estaba en las mejores condiciones, había tres rayas en su espalda, donde se encontraba la gran S, como si se tratara de tres uñas de una garra, estaba inconsciente, oi pasos y miré detras de mi para ver a C con vendas y desinfectantes.

-Parece que uno de esos monstros que pasean por toda esta zona le hizo eso, debe de tener las uñas muy afiladas ese monstro.

Le hice indicaciones con la mano para que me pasara el desinfectante con las vendas, C me pasó un algodón para el desinfectante, eche liquido del desinfectante al algodón, y con cuidado comenzé a pasar el algodón por una de las rayas y así hasta que terminé con las tres, C le colocó la vendá sobre la espalda.

Cargué con S y la llevé a la tienda de campaña, donde C colocó un colchón.

-Esperaré a que despierte, te vendrá bien despejarte la mente A

Le hice caso y salí de la tienda de campaña, mis ojos solo podian mirar el árbol de petalos morados, me acerqué y ví una violeta debajo del árbol, me senté y apoyé mi espalda contra el tronco del árbol, mientras observaba la flor pensando en mi sueño.

Grandes Pesadillas Where stories live. Discover now