Grandes Pesadillas

22 No entiendo estos sentimientos (Olivia)

Salí de la habitación, nisiquiera me inmute en mirar atrás para verlo, seguramente antes de saber que el era nuestro enemigo le habría mirado con pena porque no podríamos estar juntos pero ahora que se que ha estado jugando con mis sentimientos todo este tiempo, no me podría importar menos.

Iba decidía a buscar a los demás pero una fuerza me tiró al suelo y por el rabillo del ojo lo vi. Era L... Espera. ¿¡Como podía ser L!? Se suponía que le había inyectado algo que lo había dejado inconsciente, entonces ¿Porque? ¿Porque todavía seguía en pie?

Me incorporé y esta vez L no me detuvo, ¿Ahora esta jugando a ser el poli bueno?

Le miro con seriedad y algo de repugnadidad y el me mira decidio.

-¿Ahora que? ¿Vas a hacer como si no me hubieras atacado antes? ¿Como si no hubieras jugado con mis sentimientos? Le hice muchas preguntas y no me dió ni una sola respuesta, me cogió del brazo y yo quise zafarme, me empezaba a dar asco que me cogiera del brazo sabiendo lo que ha hecho conmigo.

Este niño... No parece humano.

Cuando parpadee ya estabamos en un sitio completamente diferente, era el tejado de una casa de una ciudad que estaba llena de grietas y se escuchaban gritos por todos lados.

-¿¡Tu has-. Mi pregunta que me quemaba se interrumpió cuando lo vi y me di cuenta de que habían dos L, uno estaba de pie mirándome y el otro estaba desmayado, el L desmayado desapareció y el otro L me seguía mirando.

-Siento que esa ilusion te haya hecho daño, hay veces que no me hace caso.

-Aja. ¿Crees que soy idiota? ¿Es eso? Porque es lo que parece.

-Olivia, yo no le pedí a la ilusión que te atacara.

-¿A no? ¡Pues eso es lo primero que hizo!

-Olivia. Se acercó a mi pero yo ya había tenido suficiente de el.

Le dí una patada en la rodilla, creo que no se lo esperaba porque empezó a quejarse del dolor y pude ver algo extraño en su rodilla, parecía algo metálico.

Me miró con pena y yo no podía seguir creyendo que me mirara así como si fuera la víctima.

-Olivia, lo que siento por ti no lo siento por nadie más.

-Estas mal de la cabeza.

Desapareció para ponerse detrás de mi y abrazarme por detrás.

-¿¡Que haces!?

Cuando dije eso el se apartó, como si eso hubiese sido estupido por su parte.

-Olivia te hablo en serio, me dan asco los humanos, es verdad, pero tu no me repugnas.

-L, has jugado con mis sentimientos, ¡NO TIENES NI IDEA DE LO QUE YO SENTÍA POR TI!

L me mira estupefacto.

-Pero tu mismo has hecho que me des ganas de vomitar.

-Olivia estoy confundido.

-¿Con que estas confundido según tu?

-Con estos sentimientos, no lo entiendo, no entiendo estos sentimientos, me haces feliz y a la vez me haces querer llorar.

¿Porque me estoy empezando a sentir mal por el? ¿Me sigue gustando este chico? ¿Aunque este loco y esté matando a todo el mundo?

-¿Porque odias a los humanos? Le pregunté.

-Mira mi rodilla y lo sabrás.

Observo la rodilla de L y vuelvo a ver algo metálico hasta que me dí cuenta. ¿¡Era un robot!?

-¿Eres un robot?

El asintió con tristeza.

-¿Eso es lo que te han hecho los humanos?

Volvió a asentir.

Me abrazó y yo no pudé evitar sentir pena por el, algo que creía que no volvería a sentir por el. ¿Me siento así porque de alguna manera me sigue gustando?

-Olivia, estoy lleno de ira. Me susurró al oido.

-Entonces detén a la ira antes de que esto empeore. Le respondí.

Dejó de abrazarme y me miró. Sus ojos quemaban para dar a entender que tenía un anhelo o que estaba harto de todo.

Lo alejé de mi recordando que el es el villano.

El me dedicó una triste mirada y en un abrir y cerrar de ojos estaba en un pasillo que parecía de la realeza y delante de mí estaban los demás buscando algo o alguien.