Blues de invierno

4.2K 281 359
                                    

Ya habían transcurrido tres días desde que la Fortaleza Móvil, el Destructor, había tratado de destruir el pueblo de Axel, la mal llamada Ciudad de los Principiantes. Tres días desde que la súperarma ancestral finalmente encontró su final a manos de Izuku Midoriya y su compañera Megumin, la Demonio Carmesí más famosa en la generación actual.

También habían sido tres días desde que el pueblo sufrió su más aterrador confinamiento en toda su historia.

Adentro de su oficina, cierta recepcionista voluptuosa suspiraba mientras continuaba escribiendo su reporte.

Luego de que Izuku destruyó al Destructor, y se quedó en silencio, pasaron muchas cosas. Primero, el Archidruida salió del pecho del titánico antárbol siendo cargado gentilmente, junto a Megumin, por un grupo de dríadas. Esto no habría sido una vista fuera de lugar, considerando quién era el héroe, pero el grupo estaba... vestido, en el sentido de que, no sólo no estaban desnudas, sino que estaban sorprendentemente bien cubiertas. Muchos testigos se abstuvieron de comentar en voz alta ese hecho, pero había opiniones al respecto, algunas de las cuales decían que las dríadas probablemente temían sufrir retribución de la pequeña Demonio Carmesí, y otras de que se parecían a niñas traviesas que se mostraban tímidas enfrente de sus padres.

Luna podría haberse sentido igual de molesta al ver eso, pero el hecho de que el Titán Verde permaneció después del evento fue lo que capturó su atención, casi toda, de hecho.

Al echar un vistazo a su reporte, observó las palabras con las que había escrito la siguiente parte, y pensó en cómo iban a sonarle al Gran Maestro...

Con el Archidruida fuera de comisión, y su novia incapacitada, los sonidos ominosos que provenían de la carcasa de la súperarma ancestral casi le dieron un ataque cardíaco. Cualesquiera que fueran los mecanismos antiguos que mantenían ensamblada la monstruosidad habían comenzado a colapsar, lo que habría resultado en una explosión seriamente destructiva... si no fuera porque todo el bosque de repente cobró vida y cargó contra la obstinada maquinaria.

Los antárboles eran una amenaza seria incluso para aventureros de nivel intermedio. Uno solo de ellos podría aniquilar a un grupo promedio de novatos con gran facilidad. Y había docenas de ellos, que estaban haciendo pedazos la carcasa del Destructor, asegurándose de que no hubiera posibilidad alguna de explosiones adicionales.

Luna quería creer que este ejército de antárboles no era una amenaza para el pueblo, que estaban bajo el servicio de Izuku, y por lo tanto que serían una magnífica línea defensiva para Axel. Desafortunadamente, Izuku todavía no había hablado con nadie respecto a esto, y nadie tenía el valor de ir con los antárboles o las dríadas para preguntarle...

Excepto por un conocido enano artesano, y un recientemente redimido lich que se había establecido a vivir allí.

En cuanto los restos del Destructor dejaron de dar señales de que iba a explotar, Keel y Talenof se aproximaron a los guerreros arbóreos para hacer sus demandas. Keel quería llevarse algo como trofeo para Izuku, un recuerdo de su victoria sobre el enemigo más peligroso del mundo. Talenof sólo quería echarle mano a tanto metal y artefactos como pudiera. Los antárboles estuvieron más que felices de dejar que Keel seleccionara cualquier cachivache que quisiera de los escombros en lo que parecía ser una sala de control con un trono, mientras que Talenof designó un área donde podría colocar toda la basura metálica y aceitosa; aunque para ser justos, Talenof dijo que era un "sitio de recolección de basura, para poder removerlo del bosque de manera ordenada".

Luna desvió la mirada del documento, dejando que su mente se distrajera mientras se preguntaba cómo iba a trabajar con todas las piezas de la armadura del Destructor. Dudaba muchísimo que el enano tuviese una fundidora lo suficientemente caliente para derretir el metal, o un martillo lo bastante fuerte para darle forma a los lingotes, en el caso improbable de que se los pudiera llevar.

Bendecido con el corazón de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora