⁸ "Desgracia"

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Me ví parada en medio del fin, fuera de la escapatoria. La neblina con los escasos rayos de luna que penetraban el bosque hacían verlo más aterrador. Los nervios se apoderaron de mí y una corriente eléctrica atravesó mi espina dorsal al escuchar aullidos.

Lobos

Hay lobos a mi lado, tras de mí un asesino, frente a mí un gran lago casi congelado y a mi otro extremo más bosque espeso y tenebroso por la neblina que cada vez se hacía más.

Este es el momento dónde nos preguntamos que hacer y decimos que estamos contra la espada y la pared.

Sin pensarlo más, hice lo que pude, obté por correr antes de que me pudiese coger, corrí al lago sin tener más opción, los lobos los sentí tras de mí, mis pies descalzos dolían por las ramas, y piedritas que estaban en el suelo. El miedo se apoderó de mí y la situación dejándome sin escapatoria, tenía las manos y pies helados por el frío que abrazaba a su paso. Salte al lago, el agua está helada. Solo me queda mantener algo de calma mientras veo la manera de descubrir como se nada o se mantiene a flote en el agua, sí, para mí mala fortuna no se nadar. Hasta en la tina me he llegado a ahogar y ahora ni en mi imaginación cabe que pasará estando en un lago helado con cristales de hielo rotos a mi caída que lastimaron mi piel y heridas provocadas por las ramas y espinas, en medio de un bosque, a media noche, un ondo lago, con un asesino tras de mí y una manada de lobos igual.

¿Dios, la vida o el destino?

¡Rayos!

En mi mente se veía mejor, cada vez me quedo sin aire y mi desespero en medio de este gran lago helado, apenas y puedo ver a los lobos peleando con el agua y con ese hombre que me gustaría no ver más. No me puedo mantener más, mi desespero sale a flote cuando no puedo conservar oxígeno más de tres segundos en mis pulmones y mi rostro está más en el agua que en la superficie, trago agua, lucho para poder mantenerme cuando de repente escucho un disparo a lo lejos, mis ojos se empiezan a cerrar, no puedo más, estoy cansada y sin oxígeno...

...

¿Q-que?...

...

Hmm...

...

...

...¿Dónde estoy?

...

...

...

...

Abrí los ojos, todo se ve borroso.
Me duele el pecho y respirar duele, froté mis ojos un poco dándome cuenta que tengo las manos vendadas al igual que mis brazos. Está de día, el sol es quién se hace ver en la habitación que logro reconocer.

Me senté en la cama, dándome cuenta que llevo una camisona blanca y seca, que no llevaba puesta antes, mi cabello cae en ondas estando seco. Pensaría que todo lo que pasó fué un sueño si mis piernas no tuvieran vendas al igual de mis brazos y manos.

¿Cuánto tiempo he estado así?

Me duele un poco la cabeza, debe ser por el agua que tragué.

¿Acaso él...me salvó?

El sonido de la cerradura de la puerta me sacó de mis pensamientos, haciendo que mi mirada se posara en la entrada, dónde ví entrar a ese mismo hombre que estaba bañado en sangre con el cuerpo de esa mujer sin vida, ahora cabizbajo como si jamás hubiese sido ese ser. Me miró.

—T/n...

Tan solo escucharlo me causa escalofríos, su rostro inocente y mi nombre de sus labios con ese tono tan neutro.

Cerró la puerta tras de él sin quitarme la mirada, yo solo lo veía, guardando mis miedos en mi interior.

—T/n, ¿Porque me desobedeciste?

Solo guardé silencio, observando el cambio en su mirada de serio a enojado. Frunció el ceño y gruñó.

—¡Contestame, MALDITASEA!

Golpeó la pared, haciéndome sobre saltar, siendo más difícil ocultar el miedo que sentía.

—y-yo...

—¿¡Tú qué!? —Exclamó exasperado

Se acercó rápido, tomando mi mandíbula entres sus dedos, ejerciendo la suficiente fuerza para que me doliera solo pensar.

—l-lo siento...

Desvié la mirada contrayéndo mi rostro, sintiendo una fuerte cachetada de su parte que me hizo caer la cabeza a un lado en la cama. Se escuchó el estruendor de su golpe hacia mí.

Quema.

Instantáneamente llevé mi mano hacia el golpe, sintiendo mis lágrimas caer mientras mi cabello cubría mi rostro. Sentí el sabor metálico de la sangre en mi boca.

—¡Estás loca si crees que te voy a perdonar! Traicionaste tú palabra y quisiste dártela de lista—Gruñó tomándome de los hombros con fuerza, haciéndome verlo, tenía el ceño fruncido. Yo solo podía temblar y tratar de controlar mis lágrimas y sollozos. —no me hagas lastimarte T/n, sabes de lo que soy capaz de hacer...

Luego de decir eso me soltó desviando la mirada, teniendo la respiración descontrolada. Me lanzó una última mirada para luego salir de la habitación con un fuerte azote en la puerta.

No...no entiendo porque me duele que me haya dicho esto, solo sé que no puedo dejar de llorar...

Luego de una media hora me levanté de la cama para levantarme, todo me duele, quité las vendas que tenía puesta viendo que tenían sangre, ví que encima del lavado había ropa y vendas, incluyendo iodo y gentamicina. No sé porqué dice tantas cosas, actúa como un patán, es un asesino, pero aún así me cuida mejor que mi propia familia.

¡por Dios del cielo!

Cambié las vendas, viendo que en mi rostro también tenía razguños. Se quitarán, pero con varios días de por medio.

Luego de estar cambiada, bajé las escaleras, necesito verlo...
Sí, estoy loca, pero quiero saber porqué lo hace.

Caminé por los pasillos, sin poder dar con él. Me duelen todos los razguños que fueron profundos, moverme hace que duela, pero necesito hablar con él.

Sin logro alguno, fuí hacia afuera, el clima estaba cálido apesar del frío que hay por la entrada del invierno. Llevo puesto una blusa con un suéter encima, un pantalón deportivo olgado y zapatillas acolchadas, no se de donde saca la ropa que me pongo a diario, lo que se es que todos los días es una diferente.

Caminé al rededor de la casa, en verdad que es grande, nunca me había aventurado a caminar por estos lados de la casa. Es hermoso, el césped y todo los árboles, arbustos y plantas se tiñen de rojo y marrón, el otoño está en todo su esplendor, revistiendo el lugar con su color, para dar la bienvenida al frío invierno y mi pronta ida.

Seguí los rayos del sol que penetraban parte del lugar, mejor dicho, un lugar totalmente desconocido para mí. En mis oídos se inundó la melodía de las notas de una guitarra, la canción tan conocida que con tan solo escucharla me siento esperanzada de que algún día podré ser feliz y tendré ese gran amor que todos sueña.

"Besos, limón y miel"

Empecé a tararear las letras de esa hermosa canción, mientras trataba de dar con el causante de tales bellas notas que no solo inundaban mis oídos, sino también mi corazón. Pasé por unos arbustos, donde se intensificaba el sonido de la guitarra. Intencionalmente me dejé llevar por la melodía cantando la letra sin darme cuenta de que lo estaba haciendo...los rayos del sol dieron con mi rostro, iluminando a tal imagen frente a mis ojos, una imagen tan inocente como admirable y encantadora, una imágen que hace dar más vueltas que una noria en mi mente y corazón...

Secuestrada • [ T/n&JK ] {Finalizada}✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora