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En la choza de los bandidos se podía ver como la única mujer de la casa observaba y escuchaba con detenimiento las indicaciones de la menor.

—Presionas aquí y aquí, trata de no hacerlo muy brusco, Mamá, podría romperse. Esto hará que la casa este más fresca.

—¿Como dices que se llama?

—Aire Acondicionado, con este pequeño control puedes nivelar la dirección y su temperatura. Ya no tendrás que pasar más calor, Mamá.

La pequeña sonrisa de la menor y su preocupación flecho inmediatamente a la mayor.

—¡Kyaaa! Mi niña es tan inteligente.

Mientras festejaban, dos pequeños niños de cabellos negros y rubios observaban maravillados escondidos tras la puerta. Aún que no quisiesen admitirlo, los inventos de Thomas lo impresionaban cada día más, y agradecían con honestidad lo que les regalaba, se divertían mucho con ellos, especialmente el pequeño rectángulo que se abría y tenía botones, sus juegos favoritos eran el de un hombrecillo de traje rojo y azul que tenía que rescatar a una princesa junto a una especie de zorro naranjo que debía debia de recorrer una selva y un montón de obstáculos. A Sabo también le gustaba.

—Ace, Sabo, vegan a refrescarse.

Tan ensimismados estaban que no se dieron cuenta de que los habían descubierto, vieron como todos se encontraban tirados en la habitación disfrutando de la refrescante brisa.

—...

—Vamos, no tengo todo el día.

Entraron con emoción y se situaron debajo de la gran caja.

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—Atrevete a tocarlo y perderás el otro brazo.

La amenaza fue escuchada por los presentes, el receptor sudo ante eso, solo quería usar eso que tanto Makino como Luffy le contaron. Su oportunidad se dio cuando la menor entro a recoger algo y dejó en el mostrador el objeto rectangular, más fue pillado con las manos en la masa.

—No lo repetiré dos veces.

Soltó con derrota el objeto y alejo las manos.

—Lo siento, Luffy y Makino no dejaban de presumir el fabulosos invento que hiciste y quería probar...

—Tomar las cosas de otra personas sin su consentimiento, es un hurto y un quiebre en la confianza. Las cosas se piden y cuando se les dice que no es no.

—Lo siento, Lo siento....¿Podrías prestarmelo?

—...No.

Sin más se sentó y comenzó a comer el platillo que la mujer le había preparado, por otro lado el mayor siguió rogando por el celular, fue tan insistente y pesado que convenció a Luffy y a Makino para unirseles, termino por pasárselo.

—¡Oh!....¡¡Oh!!— Exclamaba con sorpresa cada que sacaba una fotografía, su tripulación lo rodeaba tratando de ver como funcionaba.

—¿Que es este objeto?¿Como se te ocurrió? ¿Como lo hiciste?

—Es un celular, como lo hice es un secreto. El teléfono celular tiene varias funciones tales como cámara, video cámara, calculadora, reproductor de musica y video, posee juegos para la entretención y estimulación cerebral, permite la interacción con otros dispositivos, block de notas, lienzo, libro de recuerdos, grabadora y varios más. Sus desventajas son mayormente la poco resistencia al agua, sensibilidad en la pantalla y fragilidad, además de la lenta recarga de la batería.

—¡Waoh!

—¡Tommy! ¿Podemos jugar?

—Si cortan el césped de la señora Mary y ayudan con la carga del señor Roy. Y tu te comes las verduras, solo así les permitiré diez, no, quince minutos.

Un grito de alegría resonó por la isla, casi al instante salieron a ayudar en lo pedido, Luffy literalmente trago la comida y corrió con ellos.

—...Esa es otra función.

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—Entonces, nos vemos. Espero que no se metan en problemas.—

Habían pasado once años desde aquel momento, Ace había zarpado al mar el año pasado como se prometio, claro está que insistió en que fuera con él que recorriera los mares y fuera parte de su tripulación, más desistió una vez perdido la batalla con fundamentos indiscutibles. Hace un mes fue el turno de Luffy, su pequeño bote había zarpado con éxito y ya contaba con una gran recompensa, todos los días a las tres y cuarto sin falta los tres se comunicaban através de sus celulares. Thomas fue muy seria al respecto, enseñándoles como utilizarlo y sus cuidados, les advirtió con preocupación no perderlos ni romperlos, en caso de romperse o fallas se lo enviarían por correo, no sabían por qué tanta preocupación pero lo aceptaron, sin objeciones.

Ahora es momento de volver a la actualidad, que para nuestra protagonista es un desastre total.

[★★★★★★★★]

Podría haber estado durmiendo, escuchado música, ayudando a Makino o a Mamá, podría haber estado haciendo cualquier otra cosa, entonces ¿¡Porqué tengo que esta infantería, con este montón de estúpidos!?

Yo Thomas Anderson,  una mujer de cuarenta y nueve años, reencarnada en una niña en el famoso y extenso anime One piece, graduada de Mecánica automotriz e industrial, Informática y programación. Yo, quien no ha sido derrotada en una discusión desde que llegué a este mundo, estoy siendo obligada a interesarme por la Marina.

—Vamos, no pongas esa cara Tommy.

Monkey D. Garp miraba con nerviosismo a su nieta mayor, hace una semana la había llevado contra de su voluntad a la infantería, con la esperanza de que dedicará sus habilidades e inventos al bien del mundo y no como los otros que se corrompieron en el camino.

—...Deberías de saber por qué la tengo. Ya te había dicho que no seré pirata y tampoco seré Marine— Añadió al ver la esperanza en los ojos del mayor.
—Ya tengo seten-...veinticuatro años, se lo que está bien y lo que está mal, puedo tomar decisiones por mi misma. Así que estate tranquilo, no seré pirata.

—Bien....pero al menos ve como son las cosas, después vayamos por un helado de limón y jengibre, de esos que te gustan tanto.

La mujer le dio una pequeña sonrisa y asintió a la petición, no podía negarle mucho a su "abuelo" no cuando le recordaba demasiado a su antiguo abuelo. El recuerdo la hizo mirar el recorrido con melancolía, la hizo ir a esos días en los que su abuelo estaba vivió y se reunían en las Pascuas y días festivos, escuchaban musica mientras se recostaban en el sofá o en la alfombra, cuando bebían hasta desfallecer y contaban anécdotas pasadas.

—...Y aquí está Sengoku, un viejo amigo, dime si te molesta. Este abuelo lo golpeara.— Ahí estaba, esa cálida sonrisa que tanta melancolía le traía.

—¿A quien golpearas? ¿¡Eh!?—

Tecnología Y Ciencia, Ignorantes De Mierda [One Piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora