—La cafetera está lista, solo falta esperar dos minutos hasta que el café esté caliente.— Dejo sobre la isla de mármol dos tazas y una azucarera transparente junto a un envase un poco viejo de Coffeé Mate y dos cucharas. En cuanto termino se dirigió a su habitación y escondió un fajo de billetes bajo un cajón y dio una media vuelta para dirigirse a la habitación de su hijo.
—Tomare café con la señorita Larissa Weems, ¿No te gustaría comer algo?— Se recargó en el marco de la puerta por unos segundos esperando a que reaccionara. —¡Rowan!— chasqueó ambos dedos un poco desesperado. —No gracias.— —Desde de la mañana no has tomado nada más que tus medicamentos, tienes que tomarte el broncodilatador a las 6:30 y no es recomendable tomarla si no has llevado...— —Dejare que el asma me mate.— Su padre se sorprendió por tal respuesta, pero antes de que pudiera decir algo la mujer lo interrumpió tocando su hombre y cerró la puerta para que su hijo no escuchara lo siguiente. —Es parte de los efectos de este remedio.— —Si esto es lo único que puede mantener a Rowan bajo control, entonces estoy de manos atadas.— Suspiro colocando sus manos en su frente secando un poco el sudor que ya tenía. —Solo asegúrate de que escuche música o realice algo que lo mantenga feliz y no ocurrirá nada, o por lo menos no intentará suicidarse.— Tocó su hombro con suavidad atrayéndolo hacia la cocina y se acomodaron en las sillas alrededor de la isla. El hombre miró la caja de Cherrios que había dejado aquella mañana en su último día de clases, desde su arresto el hombre no se había tomado la molestia de limpiar su hogar, la culpa le consumía lentamente aquellos días. —Lo siento, esto no debería estar aquí, Rowan, el... fuel lo que desayuno aquel día.— Suspiro tomando la caja y la llevo hacia la alacena hasta que la voz de Weems la interrumpió. —Llévaselo.— —No creo que los quiera así, sobre todo porque puede traerle recuerdos.—Excuso.
El hombre hizo caso a la instrucción de la mujer y se acercó por el pasillo a la habitación de su hijo y abrió con lentitud la puerta intentando no interrumpirlo. —Rowan, hijo... Estamos en esto junto, y tenemos que trabajar en conjunto, por ahora te traje esto.— —Gracias, no planeaba comer nada pero eso está bien.— —Dejaste en la televisión reproduciendo un álbum de Gorillaz hace varios días y solo quería recordarte que, la música cura el alma.— Cerró la puerta frente a el y regresó con pena hacia la cocina. Rowan se levantó con pesadez de la cama experimentando una sensación extraña, como si el suelo se moviera y tomó la caja del cereal, mientras tanto del otro lado de la casa.. —Rowan, es una persona especial, pero muy complicada, dado la complejidad de sus actos me fue difícil encubrirlo todo.— —Creí que el juez nos descubriría.— —Pero no lo hizo, y no espero que me des las gracias por ello.— —¿Entonces?— El hombre dejó con tranquilidad la taza en el marmol y observó los ojos brillantes de la mujer. —Rowan, ya no es un niño ingenuo, es un ser racional, capaz de ejecutar tanto buenas como malas acciones, es consciente de lo que hace y porque lo hace, tiene esa chispa de determinación que tenia Beth Hill.— La mujer observó el vapor saliendo de la taza y continuó. —Rowan tiene que aprender a vivir con sus fortalezas y debilidades, debe saber como gestionar sus emociones y controlarlas, o de lo contrario lastimará a las personas en su entorno, como sucedió con Brandon.— —Bueno... sucede que Brandon, era una persona muy problemática y Rowan desde hace años...— Intento justificar las acciones de su hijo sin tomar en cuenta que la mujer ya tenía algo en su mente, algo muy importante que decir con respecto a la crianza de Rowan y el papel que John tomó como padre. —Nada justificara el homicidio del joven Prescott, no puedes exigirle a tu hijo que haga algo que no le has enseñado a hacer, es... muy hipócrita de tu parte..— —No se como funciona la crianza y creo que nunca terminaré de entenderla, pero si pudiera estar seguro de algo, pediría saber si esta es la mejor decisión que estoy tomando.— —Eso depende de tu percepción y de los resultados que desmantelemos con el tiempo. Rowan ha tomado una decisión y tu solo estás sentado en esta silla preguntándote si es lo mejor.— El hombre suspiró conteniendo el oxígeno en su pecho hasta que lo soltó.— —¿Sugieres que he sido un padre mediocre?— —No veo las cosas de esa forma, pero, Rowan necesita recibir las verdades y no nadar entre mentiras, hasta ahora solo has logrado engañarla a ti mismo con la percepción de un Rowan sano, Perfecto e incluso plástico. He percibido a lo largo del juicio que Rowan no sabe gestionar sus emociones en ocasiones es impulsivo y eso le trae problemas, pero es excelente ocultándolo solo hasta que la bomba estalla.—
Movió los libros de vuelta a la estantería que tenía asignada para ello, Rowan jamás se cansaría de leer las mismas historias una y otra vez, cada uno de los libros que le recordaban a su madre y a aquella lejana infancia, le hacían feliz, después de todo eran su espacio seguro, otros sentían tristeza con la pérdida de un familiar, pero otros tantos como el, sentían paz, su madre se había deteriorado tanto ocultado su padecimiento, que fuera del rencor que sentía, había una sensación de alivio, la verdad había salido a la luz y su madre ahora estaba en paz. Y limpiar su habitación como método de distracción era de gran ayuda, sentía como si su mente se conectara nuevamente con su cuerpo, como si limpiara todo lo malo que no lo dejaba en paz.
Al terminar dejó la caja vacía del cereal en su escritorio para no olvidar tirar a la basura después y miró por unos instantes una fotografía de el y su madre enmarcada, a Rowan le gustaba acompañarla a sus paseos rutinarios durante el ocaso por los terrenos sin construir en su ciudad...
Esta aún se encontraba llena de árboles por los parques y habían personas que tenían huertos e invernaderos en sus hogares. —Los poderes de la mente crecen como los árboles Rowan.— Comenzó su mamá la conversación, en ocasiones preferían caminar en silencio observando todo a su alrededor. —Eso que hiciste con la lata de soda fue impresionante.— —Mama no fue nada, solo es una lata.— justificó vagamente restándole importancia. —No le restes valor a tus méritos, a tu edad hacia lo mismo y mira donde termine.— —Solo puedo hacer eso y ya, creo que no es nada especial para mi, mantuve la sospecha de que quizás lo heredaría de ti.— —Tienes potencial para matar a alguien, te sugeriría como una mujer ya experimentada en el campo entrenarte y aprender a controlarlo.— —¿De verdad? No pienso hacerlo.— —Eso dices ahora Rowan, pero si te asaltara en este instante o entraran a la casa a robar...— —Mamá, son escenarios hipotéticos casi imposibles, además si lo quisiera no tengo las fuerzas para hacerlo.— —Eso es lo que crees, pero manda al carajo a tu padre...— —¡Mama por Dios!— se sorprendió por el vocabulario de su madre. —Oh sabes que tengo razón.—
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