Muy temprano por la mañana se arregló con una sudadera verde y unos pants holgados, para salir a ejercitarse, sin que su padre se enterara, pero John Laslow siempre estaría tres pasos delante de él, —¿Puedo saber a donde vas?— pregunto sin quitarle la vista al periódico. —A caminar ¿Vendrás conmigo?— —No.— respondió tajante. Rowan abrió la puerta sintiendo algo extraño, que estaba mal en el escenario. —¿No me dirás nada mas?— pregunto observando a su padre por el rabillo del ojo. —Cuídate mucho, evita que otros te vean.— —Gracias, volveré en una hora.— Rowan dio un paseo tan temprano por la mañana, era una fresca, y oscura, apenas eran las 6:15 y Rowan aprovecho que las calles se encontraban solitarias, para caminar y disfrutar de su último día en la ciudad, el verano había terminado y pronto se iría a Massachusetts al internado Nevermore, sus maletas estaban hechas y todos sus objetos estaban en cajas que posteriormente serían trasladadas al nuevo lugar en donde John Lazlow viviría, solo, sin compañía.
Al regresar, su padre estaba sentado terminando el café y sentía que de algún modo su padre también se estaban ahogando junto a él. —No quiero que esto te afecte mas de lo que debería, pienso que ella es una excelente mujer, ella, es linda y te ama, no esperes a pedirme permiso, es tu vida.— El hombre paso un tiempo con Kyla Morgan, era su compañera de trabajo y ella ayudó en gran parte a empacar y enviar algunos muebles al camion de la mudanza. Su padre forjó una conexión más fuerte a ella y ciertamente esperaba el momento indiciado para salir con ella y oficializar su relación, una mujer divorcia y con un hijo discapacitado a raíz de una trágico accidente automovilístico que le quedaban meses por delante para su recuperación. Rowan había notado que Kyla y John comenzaban a sentir algo muto, sin embargo notaba los esfuerzos de su padre por no corresponderle y supuso que quizás estaba esperando a pedirle "permiso", y para el era injusto que su padre respetara su decisión de ir a Nevermore pero el no respetar a su nueva pareja, después de tantos años, Rowan entendió a su progenitor, no fue fácil, pero maduro y entendió que todos los miedos y negativas que venían de él eran desde su forma de ser para protegerlo, o sobre protegerlo, perdió momentos en su infancia, fiestas o salir con amigos, por su situación médica, incluso antes del diagnóstico definitivo, Rowan sufrió un patrón de enfermedades sospechosa que limitaba su desarrollo. No precisamente la sobreprotección de su padre lo limitó.
El no respetaba la decisión de el porque no amara a su hijo, cuando amas tanto a alguien eres capas de poner barreras, de limitar y castigar, y eso no te hace alguien frío, su hijo sabía que Nevermore había sido una época importante para la vida de su madre y que dejó ciertas secuelas mentales en ella, desatendió su salud mental y física por Rowan, un sacrificio que le costó su vida a tan temprana edad, pero esa era la señal de amor de Elizabeth Hill y la señal de amor de John Lazlow fue esa sobre protección que quizás asfixió a su hijo más que el asma, pero no hay un manual para padres, solo para ser malas personas.
—Sentí la responsabilidad de preguntártelo.— —¿Preguntarme qué Carajo?— el hombre suspiró de alivio y por un momento pensó llamarle la atención por las malas palabras, pero hay cosas en esta vida que pesan más. —¿Acaso te pregunté si estabas de acuerdo en que fuera a Nevermore? Fui egoísta, y ahora entiendo muchas cosas y es tu derecho estar con quien se te de la gana, tú querías lo mejor para mi, y ahora yo quiero que seas feliz.— El hombre no pudo evitar llorar, todas las noches pensaba en lo difícil que era llorar frente a los demás, aunque no lo sentía como un signo de debilidad, lo sentía como una forma de abrirse a los demás y conociendo el mundo allá fuera sabía que no podía abrirse ante cualquier persona, dos golpeteos se escucharon detrás de la puerta, Rowan atendió el llamado, y al abrirlo se encontró con Kyla sosteniendo un Tupperware azul con waffles lleno y frente a ella a Masón en su silla de ruedas. —Buenos días.— saludo con su característica jovialidad, —Buen día, déjame ayudarte con eso, extendió sus brazos y recibió el Tupper que dejó posteriormente sobre la isla de mármol y al voltear, vio a la mujer perpleja observando a su padre del otro lado del mueble limpiarse las lágrimas, Masón no pudo mirar a ninguno a los ojos, sentía que habían llegado en un mal momento. —¿Rowan?— Pregunto sin saber que más decir Rowan se acercó a ella y la abrazó. —Ya eres bienvenida en la familia.— La mujer sonrió de lado a lado contenta y mientras su padre se limpiaba el rostro únicamente con agua Rowan tocó la cabeza de Masón y entre los tres arreglaron un poco la mesa para desayunar juntos. Al terminar la mujer pidió a Rowan que llevara a Masón fuera para que los adultos tuvieran una conversación más privada.
—Adelante, puedes jugar basket frente a mi, no soy un niño llorón, y disfruto ver a otros jugar mientras estoy recuperándome.— Rowan le lanzó el balón y el lo atrapó. —Adelante, tú primero.— Masón impulsó sus brazos lanzando el balón lo más cerca que pudo de la cesta, pronto se dio cuenta que el impulso qué haces con tu cuerpo es muy diferente cuando estás sentado a cuando estás de piel, el balón choco con una parte de la canasta y reboto una vez en el suelo dirigiéndose hacia Masón, Rowan con su telekinesis detuvo el balón a centímetros de su cara, el menor retrocedió con su silla hacia atrás asombrado tratando de buscar una explicación.— —Wow, que mierda.— exclamó. —No le digas a mi madre que dije eso.— —Querrás decir nuestra madre.— Respondió. —¿Lo dices enserio?— Asintió sin decir una palabra. Rowan dejó caer el balón y éste rodó cuesta abajo hacia el terreno vecino. —Sabes una cosa, siempre escuche a mis amigos hablar de sus horrendos hermanos en la escuela.— —¿Esperas que sea alguien distinto a todos ellos?— —No, espero seas igual, de tantas anécdotas que escuchado, he llegado a la conclusión de que, los hermanos se tratan como una mierda para demostrar lo mucho que se aman.— —No nos veremos mucho pero cuando compartamos la casa seré fastidioso contigo.— —Siempre me pregunté a mi mismo, porque no pude tener un hermano, descubrí tiempo después que mi madre lo enterró, no tuve la oportunidad de conocerlo, mucho menos el mundo, eso me convierte en un niño arcoíris, ¿has escuchado del término?— —Yo también soy uno después de dos hermanos.—
—Eso es triste de escuchar, pero cambiando a otro tema, ¿Que fue eso, como lo hiciste?— —¿Hacer que?— preguntó vacilante fingiendo ingenuidad —Detener el balón enfrente de mi cara.— —Bueno, fueron años de práctica.— —¿Y puedes?...— inmediatamente Rowan sabía la próxima pregunta e interrumpió. —No, no puedo romper paredes o volcar autos como Eleven.— —Carajo. ¿como descubriste tus poderes?— —Peleando con papá, no fue muy agradable tenía una botella de vidrio... fueron heridas menores, pero me sentí terrible ese día y los meses siguientes.— Rowan suspiro y acercó el balón con sus dones este rodó por el suelo hasta detenerse frente a Masón y el lo tomó con sus manos. —Ahora inténtalo de otra forma— Rowan ayudo a Masón a levantarse de la silla, sintió como su cuerpo era elevado por una fuerza invisible y al estar totalmente de pie recordó lo mucho que extrañaba caminar, después de tantos meses limitado a estar en una silla, finalmente logró levantarse, con ayuda de su hermanastro, pero el estaba parado frente a la cesta, rebotó el balón una sola vez y después lo lanzó hacia la canasta, logrando encestar perfectamente.
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