Soledad y sangre

00 INEVITABLE

Con la respiración agitada, la sirvienta de la familia Sententia se apoyo contra la pared y lentamente se dejo caer, una vez sentada y con la mirada hacía abajo, notaba como sus delicadas y suaves manos rozaban el duro metal del arma, la misma que había sido disparada recientemente. La Sirvienta Evelyn Clamat no mostraba expresión alguna, se veía fría en todo sentido pero por dentro no podía evitar estar sorprendido por los recientes sucesos. Mientras la sangre alcanzaba la suela de sus zapatos, ella se preguntaba porqué no se sentía mal, pues a menos de un metro el suelo seguía sucio como siempre aunque en esta ocasión la suciedad era una persona cuya vida se había ido.

-Tu ya eras un cadaver andante...tenías que morir.

Susurro Evelyn acariciando el arma. Por un lado trataba de justificar la situación, por otro lado no le importaba lo que había sucedido, y al mismo tiempo tambien le sorprendía no sentir culpa, no sentir remordimiento, no sentir ira, no tener temblores en las manos al sujetar la causa de la muerte ajena...ella no sentía nada, y a la vez eso era lo unico que le preocupaba.

Sin mucho que hacer, era cuestión de tiempo para que la policía llegara y tirara la puerta a patadas, aún viviendo en una mansión, el barrio estaba lleno de multiples casas, lo que era igual a varios vecinos que fueron capaces de escuchar el sonido de la pólvora al explotar. A pesar de las llamadas, la policía demoro dos horas completas, parecía como si el destino quisiera que la sirvienta aprovechara para mínimo ocultar el crimen, o huir...con tan mala reputación, cualquiera podría haber matado a la gente que vivía ahí, tenían fama de cretinos. A pesar del tiempo bendecido, Eve sentó el cadaver del dueño de la mansión en una silla del comedor y le robo su caja de cigarros para ponerse a fumar frente al rostro ajeno, usando este mismo de cenicero.

Finalmente se escucharon varias sirenas de los transportes, tanto de la policía como de la ambulancia. Tocaron la puerta, una, dos, y hasta tres veces a la vez que hacían un perímetro, y la paciencia acabo. La enorme y cara puerta fue derribada y entonces tres oficiales entraron armados dos con un arma de 9mm y uno cargando una escopeta de aire comprimido, y tras ellos la detective. Por la llamada y el tiempo de espera parecía importante la presencia de una detective para averiguar lo sucedido, ya que la muerte de la gente con dinero siempre solía ser compleja con planes rebuscados donde no se dejaban pistas...pero este no fue el caso.

Sentada en el segundo escalón de la escalera principal, Evelyn dio la bienvenida a las visitas, aún usando su uniforme cubierto en sangre, en lo que terminaba su ultimo cigarro, mientras en su mano diestra aún portaba el arma que disparo la bala asesina.

-Buenas noches oficiales.