Capítulo 6 | La Tua cantante.

11 2 0
                                    

Como costumbre me senté a comer mi desayuno en una de las mesas de la biblioteca. Miraba un libro histórico sobre Vampiros llamado "la saga crave" que había encontrado aquí en la biblioteca, de repente, siento una silueta posarse detrás de mí y me tenso.

Se agacha hasta quedar pegado a mi oído y su respiración leve y fría me golpea el oído, por lo cual me estremezco pero en vez de apartarme me quedo allí, besa el lóbulo de mi oreja antes de susurrar.

—Estás muy interesada en mi especie. ¿No, cosita? —Susurró la voz proveniente de Adam.

—Cállate. —Demandé.

—Te retó a que me calles tú. —Respondió.

Iba a callarlo, oh, claro que lo haría. Sin embargo cuando me iba a dar la vuelta para soltarle la cachetada que estaba deseando darle desde hace ya unos días atrás, me sostuvo fuerte de los hombros dejándome paralizada y negó en desaprobación.

«—Niña buena ¿seguirías así todas mis órdenes cuando seas mía?»

—No seré tuya.

—Oh, Cosita, tengo la habilidad de ver el futuro a través de mis pupilas mientras estoy contigo, tal vez sea novedad para ti, pero para mi no lo es.

—Eres un pesado. ¿Lo sabías? —Dije mientras pasaba la hoja que había terminado de leer, sin mirarlo, y sin inmutarme de su cercanía.

—Eso es un halago para mí. ¿Lo sabías? —Respondió de la misma forma, por lo que apreté mis labios.

Estúpido.

Ridículo.

Payaso.

Y pesado.

—Esos pensamientos tuyos Cosita...

—Cállate, o todos sabrán que eres un...

—¿Qué? ¿Un vampiro? —Me interrumpió.

—Eso mismo. —Terminé de decir.

De repente, me soltó y se posicionó frente a mi, tomándome del mentón con suma delicadeza y alzando mi rostro obligándome a mirar aquellos ojos completamente grises, algo que me dejó completamente descolocada. Tiró de mi labio y se relamió los suyos, algo que no pude dejar pasar desapercibido ya que me mordí el labio. Un gran error.

El chico se agachó quedando a mi altura y se acercó a mí, y aunque mi cuerpo enviaba señales de auto protección a mi cerebro, yo seguía allí, y sentía una atracción magnética hacía él que para decir verdad, era totalmente peligrosa.

Miré sus ojos grises que me miraban con deseo y relamí mis labios, hasta que un jadeo se escapó de mi garganta al notar como este me sostuvo fácilmente del cuello haciendo presión, no me estaba lastimando pero su agarre cargaba bastante agilidad y precisión.

Rozó sus labios con los míos y luego tiró de ellos con sus dientes para dejar un casto beso sobre ellos y mirarme a los ojos antes de susurrar.

—¿De verdad quieres esto? Hermosa. —Dijo en un susurro, miré a los lados para asegurarme que no había nadie y lo miré...

Quiero.

Necesito.

Claro que quiero.

Pensé, de todos modos él sabía leer mi mente. Lo mismo que me besó durante unos segundos y se separó para acariciar leve mi labio.

—¿Con o sin lengua? —Dijo con la voz grave mientras acomodaba un mechón escurridizo detrás de mi oreja.

AMNESIA: DULCES DEBILIDADES. (EN CURSO) #PGP2024Où les histoires vivent. Découvrez maintenant