epílogo

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c h a n h e e

subo el volumen de laradio con la intención de olvidarme de todo lo que pasa, sobre todo lo que hasucedido durante mi vida, recalcando este año. primero los problemas con mipadre fueron a más; denuncias, juzgados, hospitales. en los últimos meses ni siquierame había podido quedar en mi casa durante un largo tiempo. los problemas y lapreocupación de que mi padre tuviera un mal día y lo pagara con mi madre yconmigo cada día se hacía más fuerte, crecía junto a su odio a nosotros. élsiempre decía que lo peor que le podía haber pasado, éramos nosotros, quizás tenía razón.

después de todo eso se lo llevaron preso; por suerte ahora estábamos tranquilos en casa.

—mamá, ¿cuánto queda para llegar? —pregunto bufando, ya cansadode estar sentado.

subo un poco más la música, hasta que el botón no gira másdándome a entender que está al límite, sin embargo, yo sigo intentando que seescuche un poco más. como no lo consigo me echo hacia atrás, frustrado.

—¿acabamos de subir al coche y ya te estás quejando? —dice conun tono de sorpresa, totalmente fingido.

—llevamos aquí una hora. —replico, aunque sé que no es cierto.

miro por la ventanilla con la esperanza de salir del vehículo,pues me agobia estar encerrado.

—no llevamos ni diez minutos, chanhee.

dejo escapar un silencioso "oh", para al instanterepetirlo con la diferencia de que esta vez es con alegría al ver el hospitala unos metros.

justo cuando mi madre consigue un puesto en el parking, micanción favorita empieza a sonar, y en ese momento no me importa quedarme unostres minutos más en el coche.

mi madre abre la puerta del vehículo y yo hago lo mismo,estirándome por completo. empiezo a seguirla ya que ella sabe a dónde dirigirse. cuando se para enfrente la puerta automática, ésta se abre, y antesde que se cierre por completo entro yo también. al momento el aire frío quesale de los muchos aires acondicionados me golpea.

—tengo una revisión —escucho a mi madre a lo lejos, y caminohacia ella apresuradamente—, mi nombre es choi hye kyo.

la chica que se encuentra detrás del mostrador teclea el nombreen el ordenador, después le da las indicaciones sobre a qué piso y sala hemosde ir, mi madre asiente agradecida, y le dedica una sonrisa a la que como elnombre escrito en su cartel indica, se llama hye young.

nos dirigimos hacia las escaleras, y me doy cuenta de que justoal lado hay un ascensor.

—¿podemos ir por el ascensor? —pregunto.

ella mira a la máquina y después posa su mirada en lasescaleras, me mira con cara terrorífica.

—ve tú por el ascensor si quieres, te espero arriba.

sacudo mi cabeza y ella empieza a subir, mientras yo espero aque las puertas se abran. entro cuando lo hacen y me doy de lleno con mireflejo, las paredes de ese ascensor estaban cubiertas de espejos con la medidaexacta. me quedo mirando a uno de ellos y no me gusta lo que veo. no porqueestuviera en desacuerdo con mi físico sino porque lo único que se podía vereran hematomas verdosos. por lo demás, mis ojos marrones y el pelo negro soncompletamente normales.

cuando el ascensor se vuelve a abrir veo a mi madre hablandoanimadamente con un chico, el cuál se mantiene en pie gracias a dos muletas yaque tiene la pierna vendada.

—¡chanhee! —me grita mi madre—, él es el que trajo el cesto esavez, tu amigo.

miro al chico con el ceño fruncido, pues él me mira como sitampoco me conociera.

cabina telefónica.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang